Bucarest.— Tras la aventura que tuvieron que pasar para salir de la zona de conflicto, connacionales regresaron este viernes a la Ciudad de México. Entre los pasajeros del Boeing 737-800 había mexicanos, ucranianos, ecuatorianos, un peruano y un australiano.
Al menos dos mujeres de origen ucraniano, acompañadas de sus pequeños hijos, viajaron a México para encontrarse con sus respectivos esposos. La historia de ellas es similar: sus pequeños tienen la nacionalidad ucraniana y mexicana, y estaban de vacaciones en la nación invadida.
El regreso fue antes de lo esperado. Aquí el común denominador fue el mismo: huir de la guerra.
En diciembre de 2021, Jesús y Fernando compraron boletos para viajar por Europa, con la intención de permanecer tres meses. Días después de su compra escucharon sobre las tensiones entre Rusia y Ucrania, pero decidieron seguir. “La verdad no creímos que pudiera pasar algo como una guerra”, comentó Fernando.
Ambos jóvenes, de la Ciudad de México, se embarcaron hacia Moldavia para encontrarse con otro amigo y comenzar su tour por Europa del Este, particularmente. La guerra los encontró en Chisinau, capital de Moldavia, en la frontera con Ucrania. Escucharon los bombardeos que hubo en Odessa, Ucrania y fue cuando decidieron regresar a México, cortar el viaje. Su decisión se basó principalmente en que los boletos de avión que tenían para regresar a finales de marzo a territorio mexicano fueron cancelados; se les indicó que el seguro de vida que tienen no es válido para guerra y la agencia turística tampoco respondería. “Era nuestra decisión y preferimos regresar”, mencionó Fernando.
El problema es que comenzaron a buscar vuelos para salir del área y nada, además de costos muy altos. Así que monitoreando noticias se dieron cuenta de que habría un vuelo de la Fuerza Aérea Mexicana para evacuar a connacionales que se vieron envueltos en el conflicto. José Luis Benítez tenía dos días de casado cuando se empezó la guerra en Ucrania. Este mexicano nacido en Pachuca, Hidalgo, viajó a territorio ucraniano para casarse con su novia. Todo transcurrió bien hasta que el 24 de febrero Rusia invadió Ucrania. José Luis y su esposa, Katerina Boldienco, decidieron que la luna de miel tendría que ser trasladada a México, lugar que ahora será su nueva residencia.
Ambos abandonaron Ucrania vía Moldavia y José Luis se enteró de que el gobierno mexicano enviaría el avión de la Fuerza Aérea para evacuar mexicanos. Llegaron a Rumania por sus propios medios y abordaron el avión que despegó ayer a las 10:32 de la mañana, con 138 personas a bordo y una mascota.
Del total, 44 son de México (23 hombres y 16 mujeres); 28 de Ucrania (23 mujeres y cinco hombres) que forman familia con mexicanos; siete ecuatorianos (cinco hombres y dos mujeres); un peruano y un australiano (cónyuge de mexicana). Tras parar en Canadá, estaba previsto que el avión aterrizara en México en la madrugada. La embajadora de México en Ucrania, Olga García Guillén, permanecerá en Rumania para ayudar a más connacionales.