Bruselas.— La mujer mexicana no sólo padece de abusos en el hogar y la comunidad, también en el ámbito judicial, en el que no se hace distintivo entre el gran capo y la “mula” que por necesidad se expone a la explotación, sostiene un estudio publicado en Londres.

Como consecuencia de la falta de sentencias más indulgentes para las mujeres involucradas en delitos de bajo nivel relacionados con drogas, las cárceles del país han registrado un aumento significativo de la población femenina, indica el informe elaborado por International Drug Policy Consortium, Penal Reform International y la firma de abogados Linklaters.

De acuerdo con World Prison Brief, un programa patrocinado por la Universidad Birkbeck de Londres, hasta mayo de 2018 había en México 10 mil 591 mujeres encarceladas, equivalente a 5.2% de la población penitenciaria; una cifra muy superior a las 6 mil 813 contabilizadas en 2000, 4.4%. El reporte examina las condenas impuestas a las mujeres por delitos relacionados con drogas en 18 países, incluyendo Rusia, Estados Unidos y Filipinas; concluye que en la mayoría de las jurisdicciones la legislación y las sentencias no consideran las circunstancias en las que las mujeres cometen el delito, ni el papel que desempeñan.

El dossier sobre México sostiene que la mujer está expuesta a ser castigada con todo el peso penal, desde 10 meses hasta 25 años de cárcel, debido a que la Ley General de Salud no toma en consideración su papel en la cadena delictiva. Es decir, no distingue entre si es delincuente o actuó solo como mensajera, entre si la ganancia económica por la transacción delictiva es para ella o para otra persona, entre si fue engañada, forzada o actuó como integrante de la agrupación. Afirma que en la mayoría de los casos examinados, muestra que las mujeres se ven involucradas en delitos de drogas por presión de su pareja masculina o por las necesidades que implica el sustento de sus hijos.

“Dichas fuentes identifican que la intención del delito por parte de una mujer no es, en muchos casos, un riesgo calculado ni financiero, sino se encuentra más dentro del ámbito emocional, de la coacción por parte de pareja masculina o como fuente para mantener a su familia”. Según Penal Reform International y Prison Reform Trust, en México se estima que al menos 40% de las mujeres condenadas por delitos relacionados con drogas, incluyendo el traslado de sustancias ilícitas y el contrabando de drogas a las cárceles, fueron obligadas a hacerlo por sus novios o esposos.

Además muchas mujeres usadas como “correos” de la droga ignoran el tipo de narcótico que portan y el valor de la mercancía, hasta su arresto y encarcelamiento. “Si dichos factores fueran considerados como circunstancias atenuantes en delitos de bajo nivel relacionados con drogas, proporcionarían a los jueces las herramientas necesarias para abordar situaciones específicas que podría resolverse mediante una advertencia, rehabilitación o medios alternativos”. Señala que la mujer en México a menudo es víctima de violencia, carece de educación, padece bajos ingresos y un largo historial de abusos. Al mismo tiempo, son cabeza de familia y responsables de aportan bienestar económico y moral en el hogar.

“Dado el peso cultural y la importancia del papel de la mujer en México, los estudios destacan la necesidad de una reforma relacionada con los delitos de drogas de bajo nivel cometidos por mujeres, la eliminación de la detención preventiva y una revisión exhaustiva de factores agravantes y atenuantes”. El documento hace referencia a la propuesta presentada por la magistrada Mónica López Benítez, quien ha identificado las deficiencias del sistema. “Desafortunadamente, la reforma legal que aborda la precaria situación de las mujeres que han caído en la delincuencia organizada relacionada con las drogas no se ha producido”.

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