Priscila Naftali
, yucateca quien lleva casi siete años viviendo en Israel, narró a EL UNIVERSAL cómo vivió los lanzamientos de cohetes contra Israel , cuando regresaba del trabajo, el 11 de mayo.
“Como alrededor casi de las 9 de la noche, 8:45, estaba manejando y la gente me empezó a gritar: ‘¡Salte!, ¡salte!’ Y yo no entendía qué me estaban diciendo. Abro la ventana y me dijeron: ¡Salte de tu auto!, ¡corre!", recordó la joven quiropráctica de 34 años. "Salgo corriendo y cuando me doy cuenta, levanto la cabeza y estaban las bombas arriba".
Ella vive en Herzliya , “de las zonas más seguras. Las bombas no caen aquí, normalmente caen en el norte o en el sur, en las fronteras, en las franjas con Gaza , con Siria , con Egipto , con el Líbano . Nunca habían llegado hasta aquí, un señor me dijo que no había oído las alarmas desde 1970".
Priscila (quien está como priscila_naftali en Instagram) contó que “fue algo muy raro, nos espantamos, porque los que vivimos en el centro no estamos acostumbrados a las alarmas. La gente que vive en Ashkelon , en Ashdot, están súper acostumbrados.
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"Me espanté porque no sabía qué hacer en medio de la calle, con otras personas que gritaban y no sabíamos dónde resguardarnos… No estaba en mi casa. Estaba en la calle, y vi que empezaron a explotar las bombas en el Domo de Hierro… empecé a gritar... fue una experiencia horrible que te dé en la calle, manejando, salgo corriendo de mi auto y no sabes dónde meterte, ¿dónde te metes?”.
Mientras ella estaba regresando a su casa, tras lo vivido y “entrar en pánico”, su esposo -quien es judío-israelí y a quien conoció en 2013, en Cancún- estaba en el restaurante: “A él le tocaron las alarmas en su trabajo”.
Recordó que empezaron a tirar las bombas “en la noche del 11 de mayo, aproximadamente al cuarto para las nueve empezaron a atacar. Sonaron las alarmas acá en Herzliya. Al día siguiente, ya habían dado en las noticias que se iban a quitar muchas labores: escuelas canceladas, guarderías”.
Contó que en su caso, que labora en un hotel, su jefa les dijo en la mañana que como no había mucho trabajo, “van a cerrar el spa”. También mencionó que en este espacio “hay más seguridad y está más tranquila”.
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Ella regresó a su casa el miércoles a las cuatro de la tarde, “porque amenazaban con otro bombardeo por la tarde”, mientras, su esposo también cerró el restaurante temprano, “sacó a los empleados y llegó a la casa. Hubo ataques . Toda la noche no nos dejaron dormir. Las calles están vacías, muchas cosas están cerradas, pero hoy sí hubo más trabajo, pero la vida de que sea normal, normal, no”.
Al mediodía de ayer, hora de la Ciudad de México, EL UNIVERSAL se comunicó con Priscila y dijo que en ese momento estaban atacando. La joven detalló que “cuando tiran las bombas, suenan las alarmas de la zona donde va a caer… se llama el Domo de Hierro” .
Explicó que con el sistema saben “dónde va a caer la bomba, más o menos, porque las tienen que interceptar en el aire. Suenan las alarmas , tienes minuto y medio para llegar al búnker. Todos en Israel deben tener uno en su casa o en el edificio donde viven, tienes que bajar corriendo… Acá muchos tienen sus propios búnkeres, en sus casas, sus propias habitaciones antibombas ”.
Priscila contó que vivió la guerra de 2014 y “vivía en un edificio, en el piso siete. El departamento tenía su habitación antibombas ”. Sin embargo, donde ahorita reside “tengo que bajar las escaleras y abajo, en el sótano, está el búnker ”.
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También describió que hay refugios en las sinagogas, donde se pueden resguardar “hasta 30 personas, con sábanas. Muchos durmieron allá, porque hay personas que no tienen (búnker) en sus casas… El país está preparado… para los ataques, hay gente que está acostumbrada. Yo no lo veo normal”.
Sobre el conflicto con los palestinos, la joven aclaró que “no tengo nada contra los musulmanes , trabajo con ellos. Hay 2 millones de musulmanes en Israel, trabajamos, vivimos juntos, nos llevamos súper bien”.
Sin embargo, reconoció que “hay gente buena y mala. De los un millón ochocientos, trescientos mil son los que hacen el desmadre”.
“La cosa no es contra Palestina ni contra los árabes… Los grupos de Hamas, que están en Gaza, son los que están haciendo esta situación que nos está atacando”.
Incluso, comentó que conoce a una joven colombiana, con la que se lleva muy bien, quien vive en territorios palestinos , y ella le escribió y le puso: “‘Mucha fuerza para Israel’, ‘cuídense’. Ella quiere paz. Yo le dije: ‘Cuídense, guárdense’”, porque al final la población “no tenemos culpa de esto”. “Lo que más me interesa es que se sepa la verdad sobre lo que está pasando en Israel”, indicó.
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De las mexicanas con las que ha hablado, afirmó que “todas estamos bien”.
“Mi familia claro que está preocupada”, indicó. “Pero ellos confían en que voy a estar bien”. “Mi familia tiene miedo, pero ya habían hablado conmigo. Acabo de regresar de México, estuve allá una temporada”.
Priscila recordó que “no es la primera vez que vivo una situación de esta manera”, ya que le tocó la guerra de 2014. Ella conoció a su esposo en 2013, en Cancún.
Explicó que “tras el servicio militar, se acostumbra hacer una vacación grande. Muchos viajan por América. A muchos israelíes les encanta América. Mi esposo estaba de vacaciones en México después del servicio”.
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“Estaba en Coco Bongo cuando lo conocí, en el 2013. Fue como historia de amor, fue amor a primera vista, cambiamos números”, recordó Priscila.
“Estuvimos en contacto, luego yo, como soy de Mérida y está cerca de Cancún, viajaba para verlo. A los cinco meses de conocerlo, nos casamos… Estuvimos tiempo viviendo en México, unos meses, y luego llegamos a Israel”.
Ella no descartó regresar a Mérida, donde es mucho más tranquilo. “Esperemos que esto termine y pueda regresar a México. Ahorita no creo que sea posible”. No obstante, recalcó el gran apoyo que les da el gobierno de Israel.