Bruselas.— La canciller de Alemania, Angela Merkel, utilizó su primer viaje al exterior desde el inicio de la pandemia para dejar en claro que en su última oportunidad al frente del bloque comunitario hará ejercicio de su liderazgo y europeísmo para fortalecer a Europa de cara a desafíos sin precedentes como la pandemia y el reacomodo del orden mundial.

“La máxima prioridad de la presidencia alemana consistirá en que Europa salga más unida y fortalecida de esta crisis”, dijo Merkel, quien se encuentra en su cuarto y último mandato tras 15 años en el poder.

“Alemania está preparada para mostrar una solidaridad extraordinaria”, preciso.

El mensaje se escuchó en el hemiciclo del Parlamento Europeo, en donde expuso las prioridades de la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) para el segundo semestre del año.

Enfundada en un traje verde claro, dijo que la presidencia alemana centrará sus baterías en la reactivación económica tras la enorme sacudida provocada por la pandemia del coronavirus, aunque subrayó que sólo con solidaridad y trabajando conjuntamente podrá alcanzarse la meta.

El primer paso será lograr un acuerdo sobre el Plan de Recuperación para hacer frente a los estragos de la pandemia y que estará dotado por 500 mil millones de euros. Indicó que la apuesta es resolver este capítulo durante el verano, al poner énfasis en una dimensión social y la ayuda a los jóvenes para su reinserción en el mercado laboral.

Aseguró que de la reactivación económica dependerá mantener alejados a los fantasmas del nacionalismo y populismo.

“No seamos ingenuos, los enemigos de Europa se frotan las manos para abusar de esta crisis”, señaló, al detallar que ante el auge nacionalista la comunidad debe demostrar que en efecto es capaz de proteger a sus ciudadanos ante la crisis y de cara al futuro.

El segundo componente del trabajo teutón para la recuperación económica implica cerrar las negociaciones sobre el próximo presupuesto plurianual de la Unión. Luego de meses de conversaciones es evidente que la misión no es fácil, los presupuestos nacionales son estrechos y hay que llenar el vacío monetario que ha dejado la retirada de Reino Unido.

Además de la urgencia de superar las consecuencias de la pandemia, que pasa por el desarrollo de una estrategia para reforzar la soberanía sanitaria de Europa, la presidencia alemana también se comprometió a finalizar los términos de la futura relación con Reino Unido.

Merkel dijo que luchará por alcanzar un buen resultado en otoño, pero también se ocupará de tomar las medidas necesarias por si no se llega a buenos términos y hay un “Brexit duro”.

Otras dos prioridades que componen el paquete de trabajo alemán de los próximos seis meses son el desarrollo de estrategias pioneras y de vanguardia en el rubro de la transformación digital y la lucha contra el cambio climático. Señaló que debe quedar por escrito el compromiso de que la UE alcanzará la neutralidad en carbono en 2050.

En el renglón exterior, las prioridades serán Africa, China, los Balcanes y el proceso de adhesión con Macedonia, y probablemente Albania.

Merkel sostuvo que Europa debe estar a la altura de los desafíos, puesto que se viven tiempos de ruptura geopolítica y de fuertes movimientos de fuerzas de poder, y se encuentra rodeada de países como Rusia, Bielorrusia, Turquía, Egipto y Libia.

La apuesta colectiva, insistió, debe ser “la defensa a nivel internacional de un orden de derecho.

“Europa es capaz de grandes logros si trabajamos unidos y nos mantenemos juntos en la solidaridad”, enfatizó. Alemania recibió del timón comunitario de manos de Croacia, que se estrenó encabezando el bloque con la más insípida y desdibujada presidencia en la historia de la UE.

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