Teniendo en cuenta la trascendencia de la ocasión, ver a Donald Trump dirigirse a los tribunales en Washington D.C., (y próximamente en Georgia) resulta ya extrañamente familiar. Que la comparecencia de un expresidente pueda parecer de alguna manera “rutinaria” es sorprendente, pero dado que este fue su tercer viaje a un tribunal para enfrentarse a cargos, tal vez comprensible.

Trump ya no es un fenómeno nuevo. Los estadounidenses saben exactamente con quién están tratando; sus mentiras están bien documentadas, sus defectos personales, expuestos. Y, sin embargo, incluso ante el grave peligro legal, el apoyo entre su base es —increíblemente para muchos— cada vez más sólido. Es el favorito indiscutible para la candidatura republicana y está prácticamente empatado con el presidente Joe Biden en las últimas encuestas.

Es más, la “gran mentira” de Trump ha cuajado. Una encuesta de la CNN publicada el jueves reveló que 69% de los republicanos no cree que Joe Biden haya ganado legítimamente la presidencia. En todos los partidos, 58% tiene poca o ninguna confianza en las elecciones estadounidenses, y 50% dice que la posibilidad de que se anulen unas elecciones por motivos partidistas es “probable” o “algo probable”.

Aunque Trump está recaudando dinero a costa de sus apuros legales, también lo está gastando rápidamente, gran parte de él en sus propios abogados. Su PAC ya ha gastado 40 millones de dólares en honorarios legales este año. El exfiscal general Bill Barr dijo que esto le parece nauseabundo. “Él sale y recauda dinero de gente trabajadora, pequeños donantes, y gran parte de este dinero parece ir a sus honorarios legales”, dijo a mi colega Kaitlan Collins.

La esperanza de los adversarios de Trump es que sus dramas judiciales frenen su candidatura a la reelección, pero pueden estar equivocados.

Los Padres Fundadores cubrieron muchas bases al redactar la Constitución de su nación, pero no previeron a Donald Trump. El profesor de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Richard L. Hasen, experto en derecho electoral, cree que Trump aún tiene posibilidades de volver a la Casa Blanca en 2024. “La Constitución tiene muy pocos requisitos para que una persona sirva como presidente”, dijo a CNN vía correo electrónico. “No prohíbe que alguien acusado, condenado, o incluso que cumpla condena en la cárcel, se presente como candidato a presidente y gane la presidencia”. Sin embargo, hay algo de esperanza para la democracia estadounidense: la encuesta de CNN mostró que 61% de los estadounidenses cree que Biden ganó las elecciones de 2020 limpiamente, aunque la división partidista se está ampliando.

En el exterior del tribunal de Washington D.C., a la espera de la llegada del expresidente, una pareja sostenía una pancarta con el lema: “Trump o la muerte” junto a dos fechas: 1776 y 2024. Puede que Estados Unidos aún no se encamine hacia otra revolución, pero se están cavando trincheras en una batalla cada vez más encarnizada por su alma.

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