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Steccato, Italia.— La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, reclamó por carta a la Unión Europea (UE) acciones conjuntas para frenar los flujos migratorios hacia sus costas, porque de lo contrario la presión próximamente “no tendrá precedentes”, mientras en un gimnasio de Crotona, en el sur de Italia, destacaron cinco pequeños ataúdes blancos entre los 65 que llegaron, pertenecientes a las víctimas del naufragio de un barco de migrantes ocurrido el domingo.
“Debemos trabajar todos juntos para defender el principio de que en Europa se entra sólo legalmente y, por lo tanto, en condiciones de seguridad total”, indicó Meloni en una misiva dirigida a la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y del Consejo, Charles Michel. En el documento, revelado este miércoles, agregó: “Sin medidas concretas de la UE, desde las próximas semanas y durante todo el año la presión migratoria no tendrá precedentes, dado el difícil contexto que azota vastas zonas del planeta”.
El documento se conoce tres días después de un trágico naufragio frente a las costas de la región de Calabria (sur de Italia) de una embarcación en la que viajaban unos 180 inmigrantes que habían zarpado desde Turquía, de los que se ha confirmado la muerte de 67.
Meloni, líder de los ultraderechistas Hermanos de Italia, rechazó que “no se pueda hacer nada” para paliar este fenómeno.
En su opinión, “hace falta una política europea única sobre los refugiados que prevea el apoyo fuera de los confines de la UE a los afectados por las guerras y los desastres, y corredores humanitarios legales y seguros” hacia los países europeos que decidan acogerlos. La primera ministra italiana opinó que es “un desafío dificilísimo” que pasa primero por distinguir entre inmigrantes económicos sin derecho al asilo y los refugiados.
La prioridad, defendió, será “desarticular la trata ilegal de seres humanos”, las organizaciones que se enriquecen con esas a menudo mortales travesías, para que “el fenómeno sea gestionado con respeto a reglas y con seguridad” para esas personas y “permitir su efectiva integración” en el continente.
Sostuvo que para los inmigrantes, distintos de los refugiados, “la única posibilidad de entrada debe ser dictada por las cuotas de inmigración legal que cada Estado decide libremente establecer”.
Otra acción requerirá “combatir sin titubeos a los clanes criminales que alimentan la inmigración ilegal de masa”.
Ayer, dos de los cuatro supuestos traficantes que comandaban la barcaza naufragada el domingo fueron puestos en prisión preventiva acusados del desastre.
Un tribunal de Crotone (sur) convalidó el arresto para dos de los cuatro supuestos traficantes que dirigían la nave, un turco de 50 años y un paquistaní de 25, detenidos el lunes.
Un tercero, también paquistaní de 17, está a cargo del Tribunal de Menores y hoy decidirá si lo mantiene en prisión, y un cuarto resulta en paradero desconocido. Los dos adultos están acusados de los delitos de inmigración clandestina, homicidio culposo múltiple y lesiones, y fueron identificados por los propios supervivientes de la barcaza.
Mientras, los ataúdes de las víctimas, decorados con flores, fueron alineados en tres hileras en el PalaMilone, un complejo deportivo de Crotona, municipio de unos 60 mil habitantes. Unos cuantos periodistas fueron autorizados a entrar para filmar y hacer fotos. Antes de eso, los ataúdes se abrieron para que los familiares y amigos de los fallecidos pudieran identificarlos. Frente al polideportivo, decenas de vecinos se concentraron el martes poniendo velas y flores en homenaje a las víctimas.
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