El nuevo gobierno laborista británico expresó este miércoles su intención de "redefinir" y "mejorar" su relaciones con "los socios europeos" en el anuncio de su programa para esta legislatura, leído en el Parlamento por Carlos III en su "Discurso del Rey".
En el texto del nuevo programa de gobierno, pronunciado por el soberano, como marca la tradición, el nuevo primer ministro laborista, Keir Starmer, de 61 años, mostró su deseo de alcanzar una estabilidad económica, con unos presupuestos evaluados por un organismo independiente, y su intención de luchar contra el "crimen organizado" en materia de inmigración irregular.
"Mi gobierno buscará redefinir las relaciones con los socios europeos y trabajará para mejorar las relaciones comerciales y de inversión con la Unión Europea", afirmó Starmer en el discurso leído por el rey, en el que reiteró el "pleno apoyo" del Reino Unido a Ucrania.
Además, el ejecutivo laborista, que llegó al poder al ganar las elecciones del 4 de julio, poniendo fin a catorce años de gobiernos conservadores, anunció su intención de suprimir el derecho hereditario de alrededor de un centenar de miembros de la Cámara de los Lores.
Los casi 800 miembros de la Cámara de los Lores no surgen de elecciones, al contrario de los que ocurre con los Comunes, sino que son nombrados por el rey y tienen un poder consultivo.
En el "Discurso del Rey", el gobierno laborista británico confirmó también su deseo de crear una nueva fuerza de seguridad con los medios de que disponen las unidades antiterroristas para luchar contra el "crimen organizado" en materia de inmigración irregular.
La creación de este nuevo "comando de seguridad fronteriza" pretende "reforzar" la lucha contra los traficantes, que han permitido que cerca de 90 mil inmigrantes lleguen al Reino Unido desde 2022 cruzando el Canal de la Mancha, que separa las costas de Francia e Inglaterra, en pequeñas embarcaciones.
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Tras ganar las lecciones, Keir Starmer confirmó que abandonaba el proyecto de los conservadores de deportar a Ruanda a inmigrantes irregulares.
Sobre Irlanda del Norte, el nuevo gobierno se comprometió a derogar una controvertida ley para poner fin a las investigaciones y los procesos penales por delitos relacionados con los disturbios y otorgara inmunidad a personas de todos los campos.
Como marca la tradición, el rey dejó el Palacio de Buckingham en carroza dorada en dirección al Parlamento de Westminster para este momento lleno de solemnidad.
El gobierno laborista de Keir Starmer ganó los comicios tras su viraje hacia el centro, alejándose de su predecesor como líder del partido, Jeremy Corbyn, más izquierdista, después del fracaso en las elecciones de 2019.
La victoria de Starmer fue aplastante, con 411 disputados de los 650 de la Cámara de los Comunes, lo que le permitió obtener mayoría absoluta frente al anterior primer ministro, el conservador Rishi Sunak, que obtuvo 121.
En el "Discurso del Rey", los laboristas prometieron que los presupuestos que presente sean evaluados por un organismo independientes, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) para garantizar "la estabilidad económica" del país.
"Cada cambio significativo en los impuestos y el gasto estará sujeto a una evaluación independiente", añadió.
A finales de 2022, la entonces primera ministra conservadora Liz Truss provocó el pánico en los mercados financieros con recortes de impuestos no financiados.
Entre los principales proyectos leídos por el rey figura retomar el plan conservador de prohibir la venta de tabaco a las personas nacidas después de 2009.
Carlos III, de 75 años, que ascendió al trono en septiembre de 2022, pronunció su segundo "Discurso del Rey", en Westminster, donde algunos manifestantes antimonárquicos gritaron "No es mi rey" ante el Parlamento.
En mayo de 2022, siendo Príncipe de Gales, sustituyó a su madre, Isabel II, cuya salud empeoraba.
Según el protocolo, poco antes de la llegada del rey a Westminster los guardias reales realizaron la ritual inspección de los sótanos del Parlamento en busca de explosivos, herencia del fallido intento de católicos de volar el edificio en 1605.
Cumpliendo la tradición, la diputada laborista Samantha Dixon fue retenida simbólicamente como rehén en el Palacio de Buckingham para garantizar "el regreso seguro del rey" a su residencia.
mcc