RAFAH, Franja de Gaza.— Los vecinos de Israel y mediadores clave advirtieron el sábado sobre el desastre y las repercusiones que se generaría con una ofensiva terrestre israelí en la ciudad palestina de Rafah, donde, según Israel, se encuentran algunos bastiones de Hamas, pero también más de la mitad de la población de la Franja de Gaza.
Los bombardeos israelíes mataron a por lo menos 44 palestinos —entre ellos más de una docena de niños— en Rafah, horas después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu dijera que había pedido al ejército que planificara el desalojo de cientos de miles de personas antes de una invasión. No dio detalles ni plazos.
El anuncio generó pánico. Más de la mitad de los 2.3 millones de habitantes de Gaza están hacinados en Rafah, que colinda con Egipto. Muchos de ellos llegaron ahí tras verse obligados a desplazarse por las repetidas órdenes de desalojo israelíes que afectan ya a dos tercios del sitiado enclave. No está claro a qué lugar podrán huir ahora.
El ministro del Exterior egipcio Sameh Shoukry dijo que una ofensiva terrestre en Rafah tendría “consecuencias desastrosas” y afirmó que Israel pretende expulsar a los palestinos de su tierra. Egipto ha advertido que cualquier movimiento de palestinos hacia Egipto pondría en peligro el tratado de paz entre Israel y Egipto vigente desde hace cuatro décadas.
Otro mediador, Qatar, advirtió también que habría un desastre en caso de una ofensiva israelí, y Arabia Saudí dijo que tendría “repercusiones muy graves”.
Incluso hay mayores fricciones entre Netanyahu y Estados Unidos, donde los funcionarios dicen que una invasión de Rafah sin un plan para la población civil acabaría en un desastre.
“La población de Gaza no puede desaparecer en el aire”, declaró la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, en X, y señaló que una ofensiva israelí sobre Rafah sería una “catástrofe humanitaria en ciernes”.
Israel ha bombardeado Rafah casi a diario, incluso después de decir a los civiles en las últimas semanas que se refugiaran allí de los combates terrestres en la ciudad de Jan Yunis, ubicada a poca distancia al norte.
Durante la madrugada del sábado, tres ataques contra viviendas en la zona de Rafah dejaron 28 fallecidos, según un funcionario de salud y reporteros de The Associated Press que vieron llegar los cadáveres a los hospitales. Cada bombardeo acabó con la vida de varios miembros de tres familias distintas, incluyendo un total de 10 menores, el más pequeño de apenas 3 meses de nacido.
Fadel al-Ghannam perdió a su hijo, su nuera y cuatro nietos en uno de los ataques. De pie entre los escombros, dijo que los cuerpos de sus seres queridos quedaron destrozados.
Temía algo aún peor ante la inminente ofensiva terrestre contra Rafah, y dijo que el silencio internacional había permitido a Israel seguir adelante.
Más tarde el sábado, un bombardeo israelí contra una vivienda en Rafah causó la muerte de al menos 11 personas, entre ellas tres niños, según Ahmed al-Soufi, jefe del municipio de Rafah.
“Esto es lo que Netanyahu ataca: a los civiles”, dijo un vecino, Samir Abu Loulya. Otros dos ataques en Rafah mataron a dos policías y a tres altos cargos de la policía civil, según funcionarios municipales.
En Jan Yunis, el ejército israelí disparó contra el hospital Nasser, el más grande de la zona, y mató a por lo menos dos personas, además de causar heridas a otras cinco, de acuerdo con Médicos Sin Fronteras. Los tanques israelíes llegaron a las puertas del hospital el sábado por la mañana, indicó Ahmed Maghrabi, médico del centro, en un post de Facebook.
El portavoz del Ministerio de Salud, Ashraf al-Qidra, dijo que el personal médico no puede moverse entre los distintos edificios del complejo debido al intenso fuego. Añadió que en el hospital hay 450 pacientes y 10 mil desplazados.
El ejército israelí dijo que sus tropas no estaban operando dentro del hospital, pero describió los alrededores como “una zona de combate activo.”
El jefe del ejército israelí, teniente general Herzl Halevi, dijo que los ataques de Israel mataron a más de 2.000 combatientes de Hamás en Jan Yunis, pero que la ofensiva en la ciudad estaba lejos de terminar.
Israel declaró la guerra después de que miles de combatientes de Hamás atacaron el 7 de octubre el sur de su territorio, donde mataron a unas 1 mil 200 personas y tomaron a otras 250 como cautivos.
El Ministerio de Salud de Gaza informó que en las últimas 24 horas habían llegado a los hospitales los cadáveres de 117 personas que murieron por los ataques israelíes, lo que eleva el número total de víctimas mortales de la ofensiva a 28 mil 064, en su mayoría mujeres y niños. Según el ministerio, más de 67 mil personas han resultado heridas.
Israel responsabiliza a Hamás de las muertes de civiles porque —dice— sus combatientes operan desde zonas civiles, pero las autoridades estadounidenses han pedido ataques más precisos. El presidente Joe Biden ha dicho que la respuesta de Israel ha ido “más allá del límite”.
La oficina de Netanyahu dice que es imposible eliminar a Hamas si de dejan cuatro de sus batallones en Rafah.
Naciones Unidas dice que la ciudad, que normalmente alberga a menos de 300 mil personas, acoge ahora a 1.4 millones que huyeron de los combates en otros lugares y está “gravemente sobrepoblada”. Aproximadamente el 80% de la población de Gaza ha sido desplazada.
El sábado, el ejército israelí afirmó haber descubierto túneles bajo la sede principal de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos en la ciudad de Gaza, y alega que los combatientes de Hamás utilizaban ese espacio.
Un bombardeo israelí contra la ciudad de Deir al-Balah, en el centro del territorio palestino, causó la muerte de cinco personas e hirió a otras 10, según funcionarios hospitalarios y periodistas de AP.
En el barrio de Tel al-Hawa de la ciudad de Gaza, dos médicos de la Media Luna Roja Palestina fueron hallados muertos en una ambulancia destruida tras haber desaparecido hace 12 días. Habían intentado rescatar a Hind Rajab, de 5 años, que viajaba con su familia para acatar las órdenes de desalojo.
La Media Luna Roja Palestina había hecho pública una grabación de una llamada de la prima de Hind en la que decía que el coche había sido tiroteado y que sólo ella y Hind habían sobrevivido. La prima enmudeció en medio de la llamada. Hind murió más tarde.
La Media Luna Roja dijo que la misión de rescate se había coordinado con el ejército israelí, que no hizo comentarios.
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