Washington.— El senador John McCain decidió poner fin a su tratamiento contra el cáncer de cerebro, anunció ayer su familia, un año después de que hizo público su diagnóstico.
El legislador republicano de 81 años, ex candidato a la Casa Blanca en 2008, recibía tratamiento desde julio de 2017 por un glioblastoma, una forma de cáncer cerebral muy agresiva y con una reducida tasa de sobrevivencia. “Desde hace un año, John superó las esperanzas de supervivencia”, escribió su familia en un comunicado.
“Pero los progresos de la enfermedad y el envejecimiento inexorable han dado su veredicto. Con su habitual determinación, él decidió poner fin en lo sucesivo a su tratamiento médico”, agregaron sus familiares. El comunicado no indica el estado de salud actual del senador, pero abandonar el tratamiento significa que el paciente ha perdido toda esperanza de curarse.
“Gracias a todos por su apoyo continuo y vuestras plegarias”, escribió en Twitter su hija Meghan McCain. “No podríamos haber llegado tan lejos sin ustedes. Ustedes nos han dado la fuerza para continuar”, añadió. El legislador ocupa una banca en el Senado desde hace tres décadas.
“Ningún hombre en este siglo ejemplifica mejor el honor, el patriotismo, el servicio, el sacrificio, y poner al país como prioridad que el senador John McCain”, dijo el ex candidato presidencial republicano Mitt Romney. “Su heroísmo inspira, su vida da forma a nuestro carácter. Soy bendecido y honrado por nuestra amistad”, añadió. Sin más elecciones en las que competir, desde 2016 ha sido un inusual y franco crítico del presidente Donald Trump.
Conocido por su temperamento explosivo, ha acusado al presidente número 45 de “ingenuidad”, “egoísmo” y de simpatizar con los autócratas.
Después de la reciente cumbre de Trump con el presidente ruso, Vladimir Putin, McCain describió con acidez su comportamiento como “una de las actuaciones más vergonzosas de un presidente estadounidense en la memoria”. McCain no ha asistido al Senado en meses.
“Amo a mi esposo con todo mi corazón. Que Dios bendiga a todos los que lo han cuidado a mi esposo en este viaje”, dijo su esposa, Cindy.
John Boockvar, director del Centro de Tumores del Hospital Lenox Hill en Nueva York, dijo que ese tipo de cáncer es “incurable”.