Londres.— La primera ministra Theresa May prosiguió ayer los contactos con los líderes de la oposición británica en busca de un consenso sobre el Brexit, una tarea complicada a poco más de dos meses de la fecha prevista para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
La dirigente conservadora comenzó a recibir a los líderes de los otros partidos el miércoles por la noche, tras el fracaso de la moción de censura presentada por los laboristas en su contra. Sin embargo el líder laborista, Jeremy Corbyn, se negó a reunirse con ella hasta que descarte la temida posibilidad de un Brexit sin acuerdo, de catastróficas consecuencias. “Señora primera ministra, renuncie [a la salida sin acuerdo] y negocie seriamente la manera de contemplar el futuro”, dijo Corbyn en un discurso ante sus militantes en la ciudad de Hastings, en el sureste de Inglaterra, pidiéndole a May que abandone sus “líneas rojas”.
Asegurar que de ningún modo habrá un Brexit sin acuerdo es una “condición imposible”, le respondió la jefa de gobierno en una carta. May tiene hasta el lunes para proponer un plan B, que debe votarse en el Parlamento el 29 de enero. La tarea es tan ardua que la primera ministra anuló su asistencia al foro económico de Davos, que comienza el lunes.
Diplomáticos europeos dijeron que la UE está dispuesta a dar su visto bueno a un aplazamiento de la retirada británica, pero sólo si existen sólidas garantías de Londres. El portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, aseguró en rueda de prensa que no recibieron ninguna petición de parte del gobierno británico. Si esta llegara, debería estar motivada y los 27 socios de Londres deberían aceptarla por “unanimidad”.
Por lo pronto, Francia adoptó ya un proyecto de ley que prepara al país para el Brexit, horas antes de activar un plan nacional para enfrentar los eventuales efectos de una salida sin acuerdo. El plan, preparado desde abril de 2018, incluye “medidas legislativas y medidas jurídicas que apuntan a que no haya interrupción de los derechos y que los derechos de nuestro ciudadanos o de nuestras empresas sean efectivamente protegidos”, explicó Philippe al término de una reunión con varios ministros.
Se trata de proteger los intereses de los franceses residentes en el Reino Unido, de garantizar un estatuto para los ciudadanos británicos en Francia y prever medidas para restablecer los controles aduaneros en los puertos y aeropuertos franceses para los productos británicos.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, dijo que “en cuestión de semanas” revelará sus planes para convocar a un segundo referéndum de independencia respecto del Reino Unido.