Marrakech.— Un inusual y poderoso terremoto sacudió Marruecos haciendo que la gente saliera corriendo de sus camas a las calles y derribó edificios en pueblos montañosos y ciudades antiguas que no estaban construidas para resistir tal fuerza. Más de 2 mil personas murieron y se esperaba que la cifra aumentara mientras los rescatistas luchaban por llegar a las zonas remotas más afectadas. Países de Occidente ofrecieron ayuda y enviaron sus condolencias.

El terremoto es el mayor que ha azotado el país en 120 años e hizo que la gente huyera de sus hogares aterrorizada e incrédula el viernes por la noche. Un hombre dijo que comenzaron a llover platos y tapices de las paredes, y que la gente cayó al suelo. El terremoto derribó muros de piedra y mampostería, cubriendo comunidades enteras de escombros.

La devastación se apoderó de cada ciudad a lo largo de las empinadas y sinuosas curvas del Alto Atlas de manera similar: casas plegándose sobre sí mismas y madres y padres llorando.

     Más de 2 mil muertos; Marruecos devastado busca  sobrevivientes
Más de 2 mil muertos; Marruecos devastado busca sobrevivientes

En el pueblo de Moulay Brahim, en la zona montañosa del Alto Atlas, todos los vecinos están al corriente de la tragedia de Lahcen, quien perdió a su mujer y sus cuatro hijos por el fuerte terremoto en Marruecos.

Los rescatistas aún no habían logrado sacar el cuerpo de otra mujer y de uno de sus hijos de debajo de los escombros de su casa, que se derrumbó con el sismo. Los cadáveres de dos de sus hijos sí que fueron extraídos. Según la prensa marroquí, se trata del movimiento sísmico más potente registrado en este país del norte de África.

Los equipos de rescate, con la ayuda de máquinas de construcción, siguen buscando a posibles supervivientes entre las ruinas en Moulay Brahim.

Los vecinos del municipio, con unos 3 mil habitantes, ya empezaron a cavar las tumbas en una colina, luego del terremoto.

En la parte superior de la localidad, Bouchra se seca sus ojos llorosos mientras ve a algunos de sus vecinos cavando tumbas.

“Han muerto los hijos de mi prima”, lamentó antes de recordar con una voz frágil: “Vi en directo los estragos del sismo y aún tiemblo ahora. Fue como si una bola de fuego lo devorara todo a su paso”.

“Es la voluntad de Dios”, repitió este hombre vestido con una túnica tradicional y quien lamentó la dureza de la vida en esta región montañosa: “No tenemos nada aquí”.

Otro vecino, más joven y quien prefiere no dar su nombre, recordó cómo uno de sus tíos “salvó su vida por los pelos”.

“Es bastante impresionante cómo una sacudida de unos pocos instantes puede provocar una desgracia tan grande”, añadió.

El rey Mohamed VI de Marruecos decretó tres días de duelo en el país. Expresó el agradecimiento de Marruecos a “los muchos países hermanos y amigos que han expresado su solidaridad”. Ordenó que hoy se lleve a cabo una oración por fallecidos en conjunto de mezquitas.

Israel, Estados Unidos, Turquía, Francia y Alemania se ofrecieron a apoyar, mientras, Argelia ofreció abrir su espacio aéreo y ayuda humanitaria. La ONU se solidarizó y está “lista para asistir”.

México, Colombia, Venezuela, Cuba, El Salvador y Panamá enviaron mensajes de condolencias por el elevado número de decesos.

La Embajada de México en Marruecos siguió “dando seguimiento a la situación en Marruecos y hasta el momento no se registran personas mexicanas afectadas o que requieran algún tipo de asistencia”, dijo en X (antes Twitter). Agencias

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