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Rabat.— El ministro marroquí de Relaciones Exteriores Nasser Bourita pidió ayer a España evitar el “agravamiento” de la crisis generada por el recibimiento de Brahim Ghali, jefe del Frente Polisario, y restaurar la asociación estratégica entre ambos países, especialmente en términos de cooperación migratoria.
Marruecos afirma que el jefe del movimiento independentista saharaui apoyado por Argelia viajó de manera “fraudulenta”, “con un pasaporte falso” y pidió una investigación “transparente” sobre las condiciones de su llegada a España, que el gobierno de Pedro Sánchez justifica por “razones humanitarias”. Ghali fue hospitalizado en abril en un establecimiento de Logroño (norte de España) tras contagiarse de Covid-19 y su estado de salud está en “constante mejoría”, según el Polisario.
Su hospitalización provocó una crisis diplomática entre Marruecos y España, que se agravó esta semana por la llegada de miles de migrantes marroquíes al enclave español de Ceuta.
Bourita desmintió a la ministra española Arancha González-Laya, quien ayer por la mañana aseguró que España y Marruecos mantienen conversaciones de manera discreta. “No hay contactos desde el estallido de la crisis (a mediados de abril), y contrariamente a lo que dice, jamás fuimos informados sobre la llegada de ese individuo” a España, dijo a la emisora Europe 1.
Luego, en declaraciones a la AFP Bourita dijo que facilitar a Ghali “regresar a su casa, evitar la justicia española e ignorar a las víctimas sería un llamado al agravamiento” de la crisis.
La justicia española abrió esta semana un expediente contra Ghali por “crímenes contra la humanidad” tras una antigua queja presentada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos, que lo acusa de “violaciones de los derechos humanos” de disidentes de los campamentos de Tinduf (oeste de Argelia). El dirigente de 75 años ya había sido citado a comparecer el 1 de junio por otra queja sobre “torturas” presentada por Fadel Breika, disidente del Polisario, naturalizado español. El Polisario milita por la independencia del Sahara Occidental, excolonia española controlada en su mayoría por Marruecos, que propone una autonomía bajo su soberanía.
Marruecos ha aceptado la devolución de 7 mil 500 personas de las casi 9 mil que entraron ilegalmente en el enclave español de Ceuta entre el lunes y martes pasados, entre los que salieron voluntariamente y los obligados a regresar, según cifras de la Delegación del gobierno en Ceuta y sin que en Marruecos se haya ofrecido la menor información al respecto. Las frontera permanecía tranquila en Ceuta ayer, aunque la Policía española aumentó los controles en las zonas montañosas donde se tiene constancia de asentamientos ilegales.