San José.— Acorralado por el mayor repudio en su contra desde 2007, el dúo gobernante de Nicaragua —el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo— movilizó ayer a las fuerzas del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en una marcha en Managua para tratar de recuperar terreno político, tras casi dos semanas de masivas protestas ininterrumpidas que exigen la dimisión de la todavía poderosa pareja presidencial.
Ante miles de nicaragüenses en una plaza en Managua, Ortega condenó la violencia que sacudió al país desde la semana antepasada y fustigó a los “sembradores de odio”.
El gobierno reportó ayer por la tarde que “miles” de personas llenaron la Plaza de las Victorias, en Managua, en apoyo al diálogo y a la paz.
Opositores aseguraron que el FSLN transportó a miles de empleados públicos, provenientes de diferentes partes del país, a la capital en respaldo al gobierno de Ortega, que en enero de 2017 asumió un controversial tercer mandato consecutivo de cinco años con su esposa como vicepresidenta y convertida hace más de 11 años en el rostro de mando del régimen.
“Que brille la paz, que recuperemos la paz, la estabilidad”, afirmó Murillo ayer, en uno de sus discursos con mezcla de proclamas políticas y mensajes religiosos.
Al insistir en que “Nicaragua unida clama justicia y paz” y en que “nos unimos en clamor de justicia, diálogo y paz”, la vicepresidenta narró que “estamos en oración implorando la bendición de la paz y la reconciliación para nuestra tierra bendita y para nuestro pueblo”.
La situación política de Nicaragua continuó agitada ayer, luego de que la semana antepasada estalló una oleada de protestas en contra de la pareja por una reforma al sistema de seguro social que recibió el rechazo masivo de estudiantes, trabajadores y empresarios, y que el gobierno se vio obligado a derogar, pero tras lanzar una intensa represión policial que dejó más de 40 muertos.
Ortega aceptó iniciar un diálogo con empresarios, trabajadores y estudiantes con mediación de la jerarquía católica. El diálogo está pendiente de iniciar.
Aunque el detonante de la crisis fue la reforma del seguro social, el escenario interno está caldeado hace varios años por un prolongado conflicto institucional, como los denunciados fraudes electorales que la oposición atribuyó a Ortega, Murillo y al FSLN para reelegirse de manera consecutiva e indefinida, erigirse como dinastía dictatorial y consolidar el control de los poderes Legislativo, Judicial y Electoral amparado en el Ejército y la Policía Nacional.
A pesar de que el gobierno aseguró que hubo 10 muertos por los choques callejeros entre opositores y tropas policiales, organizaciones no estatales de derechos humanos de Nicaragua desmintieron esa cifra y advirtieron que osciló entre 43 y 63.
En una marcha antigubernamental el sábado en Managua, miles de nicaragüenses exigieron la renuncia de Ortega y de Murillo.
En tanto, el Movimiento Estudiantil 19 de Abril, formado por universitarios que protestan contra el gobierno, pospuso ayer sus actividades por medidas de seguridad ante la marcha de simpatizantes del gobierno.
“Para proteger la integridad física de los estudiantes y población en general, el Movimiento Estudiantil 19 de Abril pospone toda actividad en las calles el día 30 de abril”, indicaron los estudiantes.
“No queremos más violencia y muertes [y] no temeremos ser tolerantes”, expusieron y agregaron que la marcha estudiantil y ciudadana , que irá de la Universidad Centroamericana hasta la sede de la Asamblea Nacional será el 2 de mayo.
Eso fue aprovechado por la autoridad para informar que “la asistencia nacional de estudiantes está regularizada, 91% en algunas partes del país y el resto 80%”. Con información de