Hong Kong.- Los manifestantes de Hong Kong cambiaron
hoy el aeropuerto por los centros comerciales de la ciudad, después de que fracasara un plan para paralizar las operaciones en el aeródromo mediante una protesta camuflada.
Una multitud de personas inundó varios centros comerciales pertenecientes al operador del metro de la ciudad, MTR Corporation,
este sábado, después de que el plan para colapsar el aeropuerto internacional de Hong Kong, propuesto por internautas, fracasara a la hora de movilizar a suficientes participantes, pues el dispositivo de seguridad en el complejo fue ostensiblemente reforzado.
Ese plan consistía en que los manifestantes se camuflasen, al dejar de lado su habitual vestimenta negra, y, en principio, se iban a mezclar con la gente a partir de las 13.00 hora local (05.00 GMT), dificultando su identificación por parte de la Policía, para perturbar las operaciones en el aeropuerto.
El objetivo final era obligar al Gobierno de Hong Kong a aceptar las exigencias populares del actual movimiento de protesta antigubernamental,
que incluyen el establecimiento de un órgano independiente que investigue la supuesta brutalidad policial y la introducción del sufragio universal.
Con el fin de minimizar el caos, las autoridades tomaron una serie de medidas para evitar las protestas, como la limitación del servicio del tren del aeropuerto o el despliegue de un gran número de agentes para proteger el complejo.
La Policía también fue desplegada en las zonas adyacentes al aeropuerto, donde los agentes paraban a los jóvenes y comprobaban sus identidades.
Al no conseguir su objetivo en la terminal, una de las más transitadas del mundo, los internautas pidieron a la gente que se dirigiera a los centros comerciales que opera la MTR.
A última hora de la tarde local, la tensión se incrementó en centros comerciales de diferentes partes de la ciudad.
Agentes antidisturbios acudieron al Citygate y a la estación de metro de Tung Chung, área cercana al aeropuerto, y, según diversas informaciones, al menos una persona fue detenida.
En la zona periférica de Sha Tin, los manifestantes organizaron una sentada y gritaron eslóganes como "¡Hongkoneses, ánimo!" o "¡No hay alborotadores, solo tiranía!".
En el área residencial de la Bahía de Kowloon, cientos de personas entraron al Telford Plaza y se limitaron a deambular por el centro comercial sin efectuar compras.
La MTR se ha convertido en el último objetivo de los manifestantes de Hong Kong, especialmente después de la violencia registrada a última hora de la noche del pasado 31 de agosto, cuando la Policía irrumpió en la parada de Prince Edward, en Kowloon, para detener a quienes protestaban, golpeando también a los pasajeros.
Después, ordenaron el cierre de la estación y expulsaron a todos los periodistas.
Pasaron más de dos horas hasta que los detenidos que estaban heridos, atrapados dentro de la estación, pudieron ser llevados al hospital.
Este incidente causo conmoción en Hong Kong y provocó que los manifestantes más indignados tomasen las calles en varias partes de esta ciudad semiautónoma china durante varias noches consecutivas esta semana.
Los manifestantes exigen que la MTR publique las grabaciones de las cámaras de seguridad de la estación de Prince Edward durante la operación policial del 31 de agosto, pero la compañía todavía no ha respondido a esa exigencia.
Antes de que la Policía actuase con mano dura aquella noche, la indignación social con la MTR había crecido en las últimas semanas, ya que a finales de agosto la empresa prometió firmeza contra los manifestantes antigubernamentales después de que Pekín la presionase a través del diario nacionalista "Global Times", que criticó su supuesta postura blanda ante el movimiento de protesta.
Desde que el movimiento comenzó a principios de junio a causa de un polémico proyecto de ley de extradición que permitiría a Hong Kong enviar a sospechosos a otras jurisdicciones como la de la China continental, l os manifestantes han utilizado a menudo el metro para llegar a las zonas de las protestas y para marcharse posteriormente.
No obstante, el 31 de agosto la empresa, controlada mayoritariamente por el Gobierno local, anunció que sus servicios podrían ser interrumpidos y las estaciones, cerradas inmediatamente y sin aviso, en caso de "peleas, vandalismo u otros actos de violencia".
Sin embargo, esto no ha desalentado a los furiosos manifestantes, que en los últimos días han subido el nivel de sus protestas: anoche cometieron actos de vandalismo en varias estaciones de metro de la zona de Kowloon, que afectaron a máquinas de venta de billetes y tornos.
avo