El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revirtió ayer parcialmente uno de los puntos más destacados de la reforma sanitaria que llevó a cabo su antecesor Barack Obama, —conocida como Obamacare—, al permitir que empresas y aseguradoras nieguen a sus empleados la cobertura gratuita de anticonceptivos por motivos religiosos.
La nueva norma emitida ayer por el Departamento de Salud y Servicios Humanos acaba con las partes más importantes de un mandato creado por Obama para obligar a las compañías a incluir la cobertura de control de la natalidad en los planes de salud que ofrecen a sus trabajadores.
Los defensores de la norma de Obama dicen que Trump está privando a millones de mujeres del acceso gratuito a los anticonceptivos. No obstante, altos funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos, bajo condición de anonimato, aseguraron que sólo 120 mil mujeres perderán acceso gratuito a los anticonceptivos.
La directiva de Trump permitirá que las compañías dejen de ofrecer cobertura de anticonceptivos a sus empleados, una exención que antes sólo incluía a las iglesias o casas de culto.
Las empresas pueden alegar desde ahora razones religiosas o morales para dejar fuera esta cobertura.
En respuesta, la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU) y el Centro Nacional de Leyes de la Mujer anunciaron que interpondrán una demanda contra Trump por “discriminar” a las mujeres y violar las cláusulas de la Constitución que garantizan la igualdad de derechos y la separación entre Iglesia y Estado.
Grupos profesionales, como Médicos a Favor de la Elección y la Salud Reproductiva, rechazaron la decisión y alertaron de un retroceso en la prevención de embarazos no deseados.
El paso dado por Trump es uno más en el desmontaje del legado de Obama y un movimiento ideológico, ya que grupos religiosos exigían desde hace tiempo el final la cobertura gratuita de anticonceptivos en los planes de salud.