Puente Internacional Simón Bolívar, frontera Colombia-Venezuela.— La ayuda humanitaria no entró ayer a Venezuela desde Colombia, pero la sangre sí corrió, durante una intensa batalla campal entre venezolanos opositores y oficialistas en varios puntos de la frontera con territorio colombiano y brasileño que dejó al menos cuatro muertos y cientos de heridos.
El muro que desplegó el cuestionado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue infranqueable y la violencia estalló en el límite terrestre colombo-venezolano: tropas policiales, militares y paramilitares leales al gobernante atacaron con armas de fuego, disparos de perdigones y gases lacrimógenos a una avalancha de miles de venezolanos que intentaron penetrar a su país con una decena de camiones cargados con más de 600 toneladas de medicinas, insumos médicos y alimentos.
Con sus tropas, Maduro salió temporalmente victorioso al reafirmar su posición inamovible: impedir el ingreso de la asistencia de medicinas, alimentos y otros bienes enviada a puntos fronterizos terrestres de su país con Brasil y Colombia y a Curazao, isla caribeña y territorio autónomo de Holanda colindante por mar con Venezuela. Maduro insistió en que la ayuda está envenenada, es un pretexto de Estados Unidos para lanzar una agresión armada a Venezuela y en que es falso que en su país hay una crisis humanitaria.
Con ese respaldo político de Caracas, fuerzas de seguridad fieles a Maduro empezaron a atacar desde el mediodía de ayer a una multitud de venezolanos que, con cuatro camiones, intentó penetrar a Venezuela por esta zona del puente internacional Simón Bolívar, en el departamento colombiano de Norte de Santander. Colombia ordenó el cierre de los pasos fronterizos en esta zona hoy y mañana.
Los opositores respondieron con piedras, palos y botellas, constató EL UNIVERSAL en el puente que divide a ambos países y que se transformó en un escenario de incesantes y violentos choques.
Migración Colombia confirmó que dos camiones de ayuda humanitaria fueron incendiados en los choques con las fuerzas de Maduro en Ureña, sector venezolano del puente fronterizo Francisco de Paula Santander, tras ingresar desde el puesto colombiano limítrofe El Escobal. La ayuda medicinal y alimentaria se perdió.
Ante la situación, el gobierno colombiano optó por pedir el regreso a bodegas de los camiones que habían partido hacia Venezuela —14—. Cancillería de Colombia cifró en 285 los heridos en los disturbios en los dos puentes; 255 son venezolanos.
Según Guaidó, quien el viernes ingresó a Cúcuta, en Colombia, por vías subrepticias, confirmó que sólo un camión con ayuda humanitaria entró por tierra a Venezuela. Procedente del estado brasileño de Roraima, la carga llegó a Santa Elena, en el oriental estado venezolano de Bolívar, confirmaron fuentes oficiales. El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, confirmó que el barco procedente de aguas portorriqueñas cargado de ayuda “fue amenazado con fuego” por parte de la Armada venezolana, por lo que decidió detener su marcha.
También en Santa Elena se desató la violencia, con un saldo de cuatro muertos, indicó Foro Penal Venezolano. El diputado opositor venezolano Américo De Grazia dijo que de acuerdo con reportes del Hospital Zurita, la cifra de decesos fue de 14. Habría, asimismo, unos 50 heridos, muchos de ellos de bala, según el reporte del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
“Maduro es un egoísta por oponerse a que entre la ayuda humanitaria”, dijo la venezolana Taimá Ventura, de 20 años y todavía afectada por los gases lacrimógenos que recibió en el puente internacional Simón Bolívar. Consultada por este diario en el lado colombiano de las inmediaciones del puente, la joven dijo que “Maduro dice que quiere al pueblo, pero la verdad él no quiere a nadie”.
“El pueblo se cansó de las fechorías de Maduro y su grupo”, advirtió, al ser entrevistado por este periódico en el mismo sector fronterizo, el venezolano Donny Sandoval, de 45 y residente en el vecino estado de Táchira, Venezuela. “Impedir la entrada de la ayuda humanitaria… es otra fechoría de esos intocables”, acusó.