El presidente venezolano, Nicolás Maduro, arrancó la campaña para intentar reelegirse en los comicios que se celebrarán antes del 30 de abril, con amplias posibilidades de ganar pese a que el país enfrenta una de sus peores crisis.
“No les voy a fallar. Asumo la candidatura presidencial para el periodo 2019-2025 (...) seré el candidato de la clase obrera venezolana y seguiré siendo el presidente de los humildes”, manifestó ayer en un acto con trabajadores.
Sumada al control institucional ejercido por el gobierno, la decisión estratégica de adelantar los comicios —que por lo general se realizan en diciembre— volvió a colocar al sucesor de Hugo Chávez en posición favorable frente a una oposición dividida y fragilizada.
La televisión gubernamental venezolana comenzó a difundir audiovisuales que exaltan su figura, mientras se espera que el Consejo Nacional Electoral (CNE) defina la fecha exacta. Maduro pidió que sea pronto: “Si estuviera en mis manos, las haría este domingo”.
Maduro vuelve a recuperar la iniciativa en el ajedrez electoral, a pesar del creciente aislamiento internacional que padece Venezuela —a excepción notable del respaldo que sigue recibiendo de Rusia y China— tras las sanciones impuestas por la Unión Europea.
Estados Unidos rechazó el llamado a elecciones presidenciales anticipadas y a través de una declaración del Departamento de Estado respaldó al Grupo de Lima —que incluye a Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Brasil, Costa Rica y Guyana—, que ya había condenado el adelanto de los comicios.
El ministro venezolano de Comunicación, Jorge Rodríguez, respondió que “la delegación de Venezuela para la mesa de diálogo... repudia la grosera e insolente declaración del autodenominado Grupo de Lima, resquicio fracasado, ilegal e inmoral de Luis Almagro (secretario general de la Organización de Estados Americanos) contra la soberanía de Venezuela”.
Rodríguez reiteró la intención del Ejecutivo de seguir con las negociaciones, pero uno de los negociadores de la oposición en el diálogo político, Luis Florido, dijo que esta negociación “está moribunda” tras el decreto de las elecciones presidenciales. “Después de la convocatoria adelantada de elecciones y la salida de México de la negociación, ésta está moribunda”, tuiteó el opositor.