El presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció ayer varias medidas de recorte en el gobierno nacional que supondrán el despido de mil funcionarios y la paralización de los salarios de otros 500, una decisión con la que busca dar “un ejemplo de austeridad”. Mientras que sindicatos ya se quejan de los ceses en las dependencias.
“La austeridad tiene que partir de la política, ese lugar en el que, durante mucho tiempo, los que tenían que entender el poder como un servicio estaban más preocupados por beneficiarse a sí mismos que por cuidarnos”, declaró el mandatario en un acto realizado en la Casa Rosada, la sede del Ejecutivo en Buenos Aires.
Recién llegado de una gira internacional que lo llevó por Rusia, Suiza y Francia, reveló la puesta en marcha de tres medidas de ajuste que afectarán en distintos sentidos a la estructura del gobierno nacional.
El recorte más fuerte estará dirigido a los cargos políticos, ya que se reducirán en 25%, lo que supondrá cerca de mil despidos y “un ahorro” de mil 500 millones de pesos (unos 75 millones de dólares). Además, Macri comunicó que en 2018 no habrá negociaciones salariales para los funcionarios con puestos políticos, por lo que su sueldo no aumentará en un año en el que el propio Ejecutivo marcó una meta de inflación de15%.
El último anuncio del presidente fue que próximamente firmará un decreto para que ningún ministro pueda tener familiares dentro del gobierno, algo que, admitió, le da “mucha pena”, porque va a perder colaboradores “muy valiosos”, pero que está en línea con su idea de lograr “un país más transparente”.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), uno de los dos gremios en los que se agrupan los empleados estatales, advirtió que hubo cientos de despidos en lo que va de enero por el gobierno de Macri en organismos oficiales: 130 en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, 250 en Fabricaciones Militares, 122 en el Hospital Posadas y 200 en el Yacimiento de Río Turbio, entre otros.