Baton Rouge.— Francine, convertido ayer en huracán, se dirige hacia la costa de Louisiana, donde los residentes realizaban preparativos de último momento, como llenar sacos de arena, comprar gasolina y abastecerse de artículos de primera necesidad para enfrentar una tormenta que se tiene previsto adquiera fuerza de huracán antes de tocar tierra firme.

Los meteorólogos señalaron que el impacto de Francine podría producirse este miércoles por la tarde o por la noche como un huracán de categoría 2 con vientos de 155 a 175 kilómetros por hora y una fuerte marejada.

Roxanne Riley, de 42 años, residente de toda la vida de Nueva Orleans, tomó agua potable, bocadillos y otros alimentos de un Walmart y dijo que planeaba quedarse en la casa de un familiar que se encuentra en un terreno elevado para evitar las inundaciones. Sin embargo, estaba preparada para evacuar si la situación empeoraba. “Es muy frustrante cada vez que viene una tormenta”, comentó Riley. “Simplemente me aseguro de que mi auto esté listo para rodar en caso de que necesite irme”.

Una alerta de huracán está en vigor para la costa de Louisiana, desde Cameron hasta Grand Isle, unos 80 kilómetros al sur de Nueva Orleans, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés). Había una alerta de marejada ciclónica desde la frontera de Mississippi y Alabama hasta la frontera de Alabama y Florida.

El gobernador de Louisiana, Jeff Landry, dijo que cuando el huracán toque tierra firme, los residentes deben permanecer en sus lugares en vez de aventurarse a las calles y correr el riesgo de bloquear a los socorristas o a las cuadrillas que trabajen para reparar el tendido eléctrico.

Para el martes por la tarde, Francine seguía siendo una tormenta tropical con vientos máximos sostenidos de 100 kilómetros por hora, de acuerdo con el NHC. Se ubicaba 580 kilómetros al suroeste de Morgan City, Louisiana, y se movía hacia el noreste a 17 kilómetros por hora. De acuerdo con meteorólogos locales, durante su camino debe ocasionar lluvias en algunas zonas costeras de Texas. Landry también anunció la instalación de albergues de respaldo en ciudades próximas. Detalló además que la Guardia Nacional está lista para actuar. De acuerdo con imágenes de televisoras locales, desde el lunes por la tarde habitantes de Nueva Orleans, cerca de la trayectoria de Francine, hacían filas en gasolinerías para abastecer sus vehículos o compraban botellas de agua en los supermercados.

La presidenta de la parroquia de Jefferson, Cynthia Lee Sheng, expresó la tarde del lunes su preocupación porque la zona ha sido golpeada recientemente por intensas lluvias, humedeciendo los suelos, y mayores precipitaciones pueden generar inundaciones rápidamente.

Joseph Simpson, de unos 70 años, fue uno de los primeros en llegar el martes al refugio instalado en la jurisdicción de Plaquemines, sureste de Luisiana. “Me traje algunos bocadillos, mis medicinas y agua”, dijo a la televisora local WDSU 6. Ese canal mostró a varios vecinos recolectando arena en sacos para proteger los accesos a sus viviendas ante posibles inundaciones y crecidas.

En tanto, la alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, instó “a todos los residentes y a todos nuestros visitantes a que tomen precauciones y se preparen para fuertes lluvias, ráfagas de viento y actividad aislada de tornados”. El miércoles y el jueves van a ser los días de mayor impacto enla ciudad, según dijo Collin Arnold, director de Seguridad Nacional de Nueva Orleans. Parte de la zona que estará afectada por Francine —el sexto fenómeno de la temporada— sufrió el impacto de los devastadores huracanes Katrina (2005) e Ida (2021).

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