Miami.— Partes de Louisiana amanecieron ayer inundadas y muchas viviendas y oficinas sin energía a causa de Francine, que tras tocar tierra el miércoles en este estado avanzó por el sureste de EU, aunque debilitada a .

del municipio de Lafourche, al sur de Nueva Orleans, dio a conocer que la noche del miércoles fueron rescatadas 26 personas, incluidos menores de edad, que se hallaban atrapadas en viviendas inundadas. Los damnificados fueron trasladados luego a refugios de emergencia.

Al mediodía del jueves, más de 350 mil viviendas y oficinas de Louisiana (400 mil si se añade Mississippi y Alabama) se hallaban todavía sin energía, mientras que varias escuelas, universidades y oficinas públicas se mantenían cerradas.

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En el momento más fuerte de la tormenta, alrededor de 450 mil personas en Louisiana se quedaron sin electricidad, según las cifras difundidas por la Comisión de Servicios Públicos. Muchos de los cortes estuvieron relacionados con la caída de escombros, no con daños estructurales. En un momento dado, alrededor de 500 personas se encontraban en refugios de emergencia, de acuerdo con autoridades estatales.

Como mostraron medios locales, los fuertes vientos del ciclón arrancaron tejados y dañaron viviendas en las áreas directamente impactadas, incluido el municipio de St. Marys, donde las autoridades además dieron cuenta de inundaciones más allá de lo previsto.

Las autoridades alertaron que si bien ha disminuido la fuerza de los vientos de Francine, que a mediodía de ayer se hallaba sobre el centro de Mississippi, el ciclón todavía carga el potencial de fuertes precipitaciones y la amenaza de tornados. Asimismo, los meteorólogos emitieron advertencias sobre posibles tornados, en especial en la citada zona de Florida y en el norte y centro de Alabama.

“La cantidad de dinero invertida en resiliencia ha marcado realmente una diferencia, desde los cortes de energía hasta la cantidad de hogares salvados”, subrayó Deanne Criswell, administradora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, que asistió a la conferencia de prensa del gobernador Jeff Landry.

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La tormenta arrojó hasta 15 centímetros de lluvia en zonas de Mississippi, Arkansas, Tennessee y Georgia, y hasta 25 centímetros de agua en algunos puntos de Alabama y Florida, según los meteorólogos, que advirtieron del posible riesgo de inundaciones repentinas en lugares tan alejados como Jackson, Mississippi; Birmingham, Alabama; Memphis, Tennessee, y Atlanta.

El miércoles fueron cancelados todos los vuelos que llegaban o partían del aeropuerto internacional de Nueva Orleans, donde no se registraron “daños significativos” en sus terminales y se retomarán las operaciones de forma paulatina, informó el aeródromo.

Es el cuarto huracán que se ha formado en la actual temporada atlántica, que comenzó el pasado 1 de junio y terminará el 30 de noviembre, después de Beryl, Debby y Ernesto. Es además el segundo que impacta el territorio estadounidense, tras Beryl, que alcanzó rápidamente la categoría 5, produjo muerte y destrucción en el país y el Caribe. Se prevé que esta temporada de huracanes en el Atlántico sea una de las más activas e intensas en décadas, con la formación de hasta 25 tormentas y 13 huracanes.

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