Washington.— El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, está dispuesto a dinamitarlo todo en los últimos días que le quedan en la Casa Blanca. Así lo demostró su llamada al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que lo presionó para revertir el resultado en ese estado que le dio a Joe Biden la victoria.
Dos congresistas demócratas: Ted Leu, representante por California, y Kathleen Rice, de Nueva York, pidieron en una carta al director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), Christopher Wray, abrir una investigación criminal contra Trump. “Como miembros del Congreso y exfiscales creemos que Trump participó en una solicitud o conspiración para cometer delitos electorales”. En la llamada, de casi una hora, que fue filtrada a los medios, Trump intentó el sábado convencer a Raffensperger para revertir a su favor los resultados de los comicios del 3 de noviembre, que ganó en el estado el demócrata Biden por 11 mil 779 votos.
“Todo lo que quiero hacer es esto. Sólo quiero encontrar 11 mil 780 votos, que es uno más de los que tenemos”, dijo Trump, quien insistió en que él ganó las elecciones y en que hubo fraude, ante lo cual Raffensperger respondió que los datos del magnate están “equivocados”. Trump lo amenazó con “consecuencias penales”.
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El secretario no descartó ayer una pesquisa por la llamada, pero dijo que no creía adecuado que su oficina fuera la encargada de iniciarla. “Tengo entendido que el fiscal de Distrito del Condado de Fulton quiere verlo. Tal vez ese sea el lugar apropiado para hacerlo”, e insistió en la limpieza de las elecciones en el estado, certificada en tres ocasiones.
Abogados, así como el exfiscal general Eric Holder, se refirieron al título 52, sección 20511, del Código Penal, que declara como un delito privar a los ciudadanos de una elección libre y justa, o defraudarlos “a sabiendas y voluntariamente”, o intentarlo. “Mientras escuchan la grabación, consideren este estatuto criminal”, tuiteó Holder, explicando el artículo.
Pero según el abogado Justin Levitt, profesor en la Universidad Loyola Marymount, citado por The Washington Post, el meollo está en decidir si Trump presionó “consciente y voluntariamente” a Raffensperger para que contara votos no existentes cuando le dijo que “sólo quiero encontrar 11 mil 780 votos”.
Para la exfiscal Joyce Vance, quien habló para el programa Morning Joe, de MSNBC, el que Trump haya pedido repetidamente en la llamada “encontrar” esos votos “es un indicio de que no está buscando un recuento electoral, sino robarse la elección (...) Necesitamos una investigación realizada por funcionarios de carrera en el Departamento de Justicia que saben cómo hacer esto de forma correcta”, subrayó.
Levitt coincidió: “O el presidente se involucró en una felonía o ha perdido noción de la realidad”. Michael R. Bromwich, exinspector de Justicia, tuiteó: “Su mejor defensa sería la locura”.
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Más allá de lo difícil que sea probar una ilegalidad de Trump para varios la pregunta real es si Biden está dispuesto a que esa asveriguación sea lo que marque el inicio de su mandato, que arranca el 20 de enero.
El próximo “gran acto” de Trump tendrá lugar el miércoles, cuando dijo que participará en la manifestación que denominó como “salvaje” y que coincide con la reunión del Congreso para la cuenta formal y final de los votos del Colegio Electoral, que dan al demócrata Joe Biden la victoria en las elecciones de noviembre. Washington activó a la Guardia Nacional, pues se prevé la asistencia de grupos extremistas.
Legisladores republicanos han dicho que no reconocerán el resultado, lo que forzará una votación ese día en el Congreso, aunque la posibilidad de revertir el resultado es nula, porque se requeriría del apoyo de los demócratas de la Cámara Baja.