El Día Mundial Sin Automóvil fue una iniciativa que instituyó oficialmente la Comisión Europea en el año 2000.
La Comisión fijó como fecha el 22 de septiembre y la propuesta se extendió a ciudades de otros países, que participan cada año de forma voluntaria, incluyendo México, que se sumó en 2014.
En Europa, las actividades se extienden una semana, conocida como “de la movilidad”.
Antes de eso, las ciudades de Reikiavik, en Islandia, La Rochelle, en Francia, y Bath, del Reino Unido, habían tomado la iniciativa de aplicar un Día Sin Automóvil , en 1994. A nivel nacional Reino Unido fue el primero en aplicar la idea, el 22 de septiembre de 1997.
EL CASO COLOMBIANO
En Colombia , en el año 2000 se aprobó la iniciativa Día Sin Carro y Sin Moto vía referéndum. Se aplica, obligatoriamente en la capital, Bogotá, los días 1 de febrero, y en Medellín. La multa, en caso de incumplimiento, es de 390 mil pesos (alrededor de 137 dólares).
En el día sin carro del año pasado unos 1.5 millones de vehículos y 500 mil motos dejaron de transitar y de acuerdo con las autoridades, la velocidad para el transporte que sí circuló aumentó 19% respecto a un día normal.
Los vehículos que pueden circular en esos días son aquellos en donde viajan personas en condición de discapacidad, los que prestan servicios de mensajería, los impulsados por motores eléctricos, el transporte escolar y el público, las carrozas fúnebres o los autos donde viajen al menos tres ocupantes, o motos con parrilleros que permiten llevar más de una persona.
Además de la fecha oficial, en Bogotá las autoridades han llegado a decretar otras jornadas sin auto. En su edición inicial, según cifras oficiales, la jornada fue considerada un éxito porque generó una reducción de 23% en las partículas menores de 10 micras (PM10) y de 28% en monóxido de carbono.
La alcaldía de Bogotá puso ese año algunos ejemplos de los beneficios de dejar de usar el automóvil un día: el río Bogotá, señaló, dejaría de recibir 3 mil 700 galones de aceite de motor, y tres toneladas de compuestos dejarían de ser emitidos a la atmósfera.
Sin embargo, la medida colombiana ha desatado polémica, principalmente de parte del sector empresarial. Según informó tras la edición del año pasado Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional Comerciantes (Fenalco), las ventas en el comercio en general disminuyen hasta 40% cada vez que llega el Día Sin Carro y sin Moto, lo que equivale a las pérdidas en un día festivo.
Otro de los sectores afectados es el automotriz. El presidente de Asopartes, Tulio Zuluaga, dijo en el el Día Sin Carro de 2014 las ganancias del sector se redujeron en 70%.
Otro de los problemas mencionados en Colombia es la insuficiencia y la calidad del transporte público. En la edición de 2017, el objetivo era un aumento de entre 15 y 20% en el uso del sistema de transporte masivo de Bogotá, el Transmilenio, aunque usuarios se quejaron de que la capacidad del transporte público se vio rebasada. En 2014, el sistema de autobuses registró un aumento de 117 mil usuarios en la capital, mientras que en el sistema articulado, el aumento fue de 100 mil pasajeros.
Gasolineras, lavadores de autos y restaurantes son otros de los perjudicados.
La apuesta de las autoridades es a que cada vez más los bogotanos opten por usar la bicicleta. En 2017, según el secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, hubo más de 1.3 millones de viajes en bicicleta en el Día Sin Carro. De hecho, según cifras de medios colombianos, este sector registra en estas jornadas un aumento de ventas de hasta 45%. Las ventas de artículos relacionados con el uso de bicis también se elevan. Los taxistas son otros de los beneficiados.
ae