Naomi Rose Nichols es una bebé de ojos claros, pelo rubio y cachetes regordetes. Con seis meses de edad, recién ha empezado a comer sólidos. Sin embargo, esta pequeña ya tiene un trabajo de grandes: enseña en una escuela en Canadá.
Naomi es una de cientos de bebés que colaboran con un programa educativo llamado Roots of Empathy (Raíces de empatía), que busca combatir el acoso escolar o bullying.
La propuesta surgió en Toronto hace más de dos décadas por iniciativa de Mary Gordon, una educadora, emprendedora social y experta en crianza.
Gordon le contó al programa de radio BBC World Hacks que su idea original no tenía que ver con el bullying sino con enseñarle a los niños a ser ciudadanos responsables y, el día de mañana, a ser buenos padres, si decidieran tener hijos.
Trabajando en los años 80 con víctimas de abuso infantil y violencia doméstica, Gordon se dio cuenta de que "lo que tenía en común todo ese sufrimiento era la ausencia de empatía".
Fue así que en 1996 lanzó Roots of Empathy para enseñar empatía a niños en edad escolar.
Pero muy pronto las autoridades canadienses vieron que el programa era una herramienta efectiva para combatir el bullying, un problema creciente en todo el mundo.
Hoy el gobierno canadiense es la principal fuente de financiación de Roots of Empathy, una ONG que implementa sus programas en mil 400 escuelas de Canadá (el 10% del total).
También se han lanzado iniciativas en 11 países más, incluyendo Costa Rica, el único proyecto en Latinoamérica por el momento.
¿Cómo funciona?
La dinámica del programa es sencillo: una vez por semana un bebé, como Naomi, visita junto con su madre o padre una clase de escuela primaria.
El programa completo se realiza a lo largo de 27 semanas pero los bebés solo participan durante nueve.
Vestida con una camiseta que dice "maestra", la pequeña docente llega al aula. En el caso de Naomi sus "alumnos" están en cuarto grado y tienen 9 y 10 años.
Los niños forman un círculo y cantan una canción para darle la bienvenida.
Luego, sostenida por su madre, la pequeña se pone cara a cara con cada uno de sus "estudiantes".
Algunos le hacen cosquillas, otros juegan con sus pies o le hacen gestos graciosos. Ella los mira, sonríe y a veces les toca el rostro. "Todos están enamorados de Naomi", cuenta Cory, la mamá de la bebé.
Incluso el grupo de varones más cool no puede resistirse a la dulzura de esta pequeña, dice Kathy, la instructora de Roots of Empathy.
Kathy va guiando a los niños para que observen diferentes cosas de la bebé: cómo se comunica, cómo creen que se siente. El objetivo es enseñar sobre las emociones.
Los niños interpretan los estados anímicos de ella y hablan sobre los suyos. Sobre el enojo, la frustración, la tristeza.
"Todos tenemos los mismos sentimientos que Naomi, pero los mostramos de manera diferente", resalta la instructora.
Por qué un bebé
Roots of Empathy considera esencial que el programa cuente con un bebé. Tiene que ser pequeño e indefenso, de ahí que solo participen bebés de pocos meses.
Según los promotores de la iniciativa, los bebés generan mucha empatía porque todos fuimos bebés alguna vez y solemos sentir la necesidad de proteger a alguien tan pequeño.
"Naomi es vulnerable. Es más vulnerable que todos ellos y eso genera ganas de cuidarla", explica la instructora del curso.
"Los niños aprenden que cuando ella está triste pueden cantar y alegrarla, y se dan cuenta de que tienen el poder para hacer que otra persona se sienta mejor".
"Me gusta hacer que se ponga contenta", le contó una alumna a la BBC.
"Yo aprendí a interpretar cómo se siente y por qué", dijo otro de los estudiantes.
"Yo deseo que Naomi crezca libre y con amor", señaló un tercero.
Científicamente avalado
Hay quienes consideran que usar horas de clases para esta actividad es una pérdida de tiempo.
Pero existen estudios científicos que ratifican su efectividad como herramienta antibullying.
Investigaciones sobre los efectos del programa Roots of Empathy revelaron que los alumnos mejoraron su comportamiento social y se tornaron menos agresivos.
Uno de los estudios mostró que el 88% de los estudiantes con tendencia a hacer bullying habían reducido esos comportamientos abusivos.
Y otro reveló que los efectos beneficiosos se sintieron hasta tres años después de haber completado el programa.
Pat Dolan, fundador y director del Centro de investigación del niño y la familia de la Unesco, explicó a la BBC que el éxito de este programa radica en que genera cambios a nivel neuronal.
"El cerebro de un niño aún está en construcción y al aprender sobre la empatía literalmente activas neuronas en tu cerebro que desarrollan esa parte de tu mente, en la corteza frontal, y te hacen empático".
Dolan dice que el efecto es para toda la vida: "Una vez que enciendes esas lamparitas no se vuelven a apagar, se quedan prendidas".
Y esas "lamparitas de empatía" no solo reducen el bullying sino que encienden otras "lamparitas" -como la responsabilidad social y el altruismo- que hacen que las personas sean mejores ciudadanos.
"Bebés más grandes"
La fundadora y presidenta de Roots of Empathy, Mary Gordon, dio otra explicación de la efectividad del programa.
"Creo que ha funcionado porque la mayoría de los programas que buscan prevenir o reducir el bullying se basan en el castigo".
"A los niños se los suele avergonzar y criticar. El abordaje de Roots of Empathy es completamente diferente. No se nombra a ningún niño ni se escribe su nombre en el pizarrón. No hay humillación ni vergüenza", destaca Gordon.
"Los niños que redujeron su propio bullying gracias a este programa lo hicieron porque entendieron a través de un pequeño bebé que ese bebé es vulnerable, que es dañino para ese bebé sentirse triste y se dan cuenta de que ellos simplemente son bebés más grandes, que son igual de vulnerables y sus amigos también".
Lo "más increíble" del programa, para su creadora, es ver cómo los bebés instintivamente se sienten atraídos hacia los niños con mayores dificultades.
"No tenemos una explicación para esto pero lo vemos en todo el mundo: el bebé siempre encuentra a los que más lo necesitan".
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