Después de que Andrés Manuel López Obrador les solicitara al rey Felipe VI de España y al papa Francisco que pidan perdón por los abusos cometidos durante la Conquista se armó revuelo a ambos lados del Atlántico.
El gobierno de España respondió con un comunicado que rechaza "con firmeza" el contenido de la carta de AMLO.
Mientras en México, los partidos de la oposición acusaron a AMLO de querer distraer la atención de otros asuntos.
"Este es un tema electoral al 100 % y verdaderamente se me hace vergonzoso este tipo de peticiones cuando deberíamos estar viendo los temas importantes del país", dijo ante la prensa Mauricio Kuri,coordinador del conservador Partido Acción Nacional (PAN, centro-derecha) en el Senado.
En BBC Mundo recopilamos algunos casos en que países o Papas que sí han pedido que se les perdone por hechos cometidos hace muchos años.
"Hemos fallado como país", decía en junio de 2017 la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en referencia a las políticas de reconocimiento político y cultural de los pueblos originarios.
"Quiero solemne y humildemente pedir perdón al pueblo mapuche por los errores y horrores cometidos o tolerados por el Estado en nuestra relación con ellos y sus comunidades".
Con estas palabras, Chile inauguraba un nuevo marco de relaciones con la comunidad indígena más grande del país y la Araucanía, la zona del sur del país de la que son originarios.
El objetivo era crear una comisión que escuchara las reivindicaciones territoriales para proponer soluciones concretas tras años de conflicto.
Sin embargo, el reconocimiento no trajo la paz, la comunidad mapuche y el Estado siguen enfrentados.
A mediados del siglo XX, más de 5 mil inuit, es decir, la mitad de la población total del Ártico oriental canadiense, fueron evacuados forzosamente por padecer tuberculosis.
Los inuit son los pueblos originarios que habitan la región del Ártico.
Durante un brote de la enfermedad a mediados de siglo, muchos se vieron obligados a ir al sur de Canadá para recibir tratamiento.
Fue entre las décadas de los años 40 y los 60. Entonces, la tuberculosis era un grave problema entre la población inuit y registraban algunas de las tasas más altas del mundo.
Pero separados de sus familias e incapaces de hablar su idioma, muchos fueron enterrados en tumbas sin nombre.
El pasado mes de marzo, en un viaje oficial a Iqaluit, la ciudad inuit del ártico canadiense, el primer ministro Justin Trudeau pidió disculpas por lo que calificó de "comportamiento colonial".
"Durante demasiado tiempo, la relación del gobierno con los inuit ha sido una de dobles estándares y de un tratamiento injusto y desequilibrado. Canadá debe cargar con esa culpa y vergüenza".
Juan Pablo II fue el primero, pero Benedicto XVI y el papa Francisco también han reconocido los atropellos cometidos por la Iglesia católica en su intento de evangelizar América Latina.
El más reciente fue en julio de 2015, cuando en un viaje oficial a Bolivia, el papa Francisco pidió expresamente perdón a los pueblos originarios por los crímenes "durante la llamada conquista de América".
El primer Papa latinoamericano pedía disculpas formalmente por ese periodo oscuro de la era colonial.
"Alguno podrá decir, con derecho, que cuando el Papa habla del colonialismo se olvida de ciertas acciones de la Iglesia", dijo.
"Les digo, con pesar: se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios", añadió Francisco en su discurso en Santa Cruz durante el II Congreso Mundial de Movimientos Populares en Bolivia.
Sus predecesores también tuvieron palabras de arrepentimiento.
En octubre de 1992, Juan Pablo II pidió en Santo Domingo a los indígenas que perdonasen las injusticias cometidas contra sus antepasados, mientras que Benedicto XVI afirmó en 2007 que "el recuerdo de un pasado glorioso no puede ignorar las sombras que acompañaron la obra de evangelización del continente latinoamericano".
"No es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales", dijo entonces.
Estados Unidos expresó su pesar por la esclavitud mediante dos resoluciones: una por parte de la Cámara de Representantes en 2008 y otra en 2009 por parte del Senado.
Ambas instituciones se disculparon con los afroamericanos en nombre del pueblo de Estados Unidos por los errores cometidos contra ellos y sus antepasados bajo la esclavitud, y las muchas décadas de segregación que siguieron.
Aunque hubo poca oposición a las declaraciones, el hecho de que ambas cámaras del Congreso no lograran ponerse de acuerdo en una sola resolución, expone uno de los principales problemas cuando se trata de pedir perdón.
Las disculpas del Senado incluyeron un descargo de responsabilidad que decía que la resolución no podía usarse para reclamar una compensación financiera a EU por la esclavitud o la segregación.
A esto se opusieron algunos miembros del grupo de representantes negros de la Cámara, quienes estaban haciendo campaña para lograr pagos a los descendientes de esclavos.
El presidente en ese momento, Barack Obama, recibió con agrado las disculpas del Congreso, pero nunca pidió que se pagara una indemnización mientras él estaba en el cargo.
Las personas con historias familiares como la de Obama demuestran lo difícil que sería la compensación: la historia familiar de su madre blanca incluye tanto a dueños de esclavos como a al menos a un esclavo, mientras que su padre negro nació en Kenia y llegó a Estados Unidos mucho después de que la esclavitud hubiera terminado.
Si se autorizaran las compensaciones, ¿quiénes tendrían que pagar y quiénes recibirían los pagos?
Los problemas sobre si las disculpas deben incluir una compensación financiera han impedido que muchos líderes admitan formalmente la culpa.
Poco más de 150 años después de que comenzara la hambruna irlandesa en 1845, el entonces primer ministro británico, Tony Blair, dijo: "Aquellos que gobernaron en Londres en ese momento le fallaron a su gente".
Alrededor de un millón de personas murieron y dos millones emigraron cuando la plaga arrasó con la cosecha de papa de Irlanda y el Parlamento británico tardó en eliminar las restricciones a la importación de alimentos.
El discurso de 1997 llegó en un momento en que mejoraban las relaciones entre Reino Unido e Irlanda (que no se independizó hasta 1922) y se firmó el Acuerdo de Viernes Santo, que buscaba resolver muchos de los problemas de los dos países respecto a Irlanda del Norte.
Los críticos se han quejado de que las palabras de Blair no fueron una disculpa completa y formal.
Si bien no se ha hecho ninguna oferta de compensación a Irlanda por la hambruna, Reino Unido ha pagado a personas que fueron gobernadas por los británicos más recientemente.
En 2013, el gobierno se disculpó y acordó un paquete de compensación de US$25 millones para los kenianos que fueron torturados durante la revuelta de Mau Mau en la década de 1950.
A diferencia de los casos anteriores, Alemania Occidental acordó rápidamente pagos de compensación después de la Segunda Guerra Mundial por las acciones de la Alemania nazi.
En 1951, el canciller Konrad Adenauer dijo: "Se han cometido crímenes indecibles en nombre del pueblo alemán, lo cual hace un llamado a una indemnización moral y material".
Los pagos a Israel y a los sobrevivientes del Holocausto, que comenzaron en 1953, totalizaron más de US$70.000 millones.
Tal vez sorprendentemente, en este caso, son algunas de las víctimas las que se han quejado de que se haya pagado una indemnización.
Los opositores opinaban que si Israel aceptaba dinero de Alemania Occidental, sería el equivalente a perdonar a los nazis por sus crímenes.
Parte del dinero, pagado a Israel como compensación por el costo de reasentar judíos desde Europa, ayudó al país en sus primeros años de existencia.
Otros países no han sido tan decididos.
Aunque Japón firmó acuerdos posteriores a la Segunda Guerra Mundial con Corea del Sur y China, que incluían paquetes financieros, en ocasiones sus relaciones con sus vecinos se han ido a pique.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha sido criticado por ser ambiguo sobre si Japón fue "agresivo" durante el conflicto.
Abe ha visitado y enviado ofertas a un santuario que honra a los criminales de guerra.
Pero también ha acordado paquetes de compensación para mujeres coreanas que fueron utilizadas como esclavas sexuales por soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Al igual que muchos políticos, al primer ministro Abe le ha resultado difícil equilibrar los sentimientos nacionalistas de su país y las buenas relaciones con líderes extranjeros.
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