En momentos en que más de 50% de la población mundial es menor de 30 años, es crucial integrar a los jóvenes y hacerlos partícipes de la toma de decisiones, afirma, en entrevista con EL UNIVERSAL, el doctor Felipe Paullier, secretario general adjunto para la juventud de la ONU.
“Es importante trabajar con los jóvenes como protagonistas y como socios, no necesariamente como beneficiarios de las políticas”, señaló.
¿De qué manera están siendo escuchados los jóvenes para tener más espacios de influencia?, y, ¿cuál es su futuro?
—Es importante trabajar con los jóvenes como protagonistas y como socios, no necesariamente como beneficiarios de las políticas, y es un contexto relevante donde la mitad de la población es sumamente joven, que ha demostrado en su accionar permanente que son personas que están transformando la realidad en el día a día, considerando su rol protagónico en cambiar la narrativa y las agendas globales, por ejemplo, en los temas climáticos, contra la corrupción, o en los movimientos por la paz.
Los jóvenes ya participan ampliamente en una variedad de foros de toma de decisiones y formulación de políticas en varios niveles, por ejemplo, la conferencia sobre el clima COP29, la conferencia sobre biodiversidad COP16, la Comisión anual sobre la condición jurídica y social de la mujer (...)
¿Cuál es la situación de los jóvenes en América Latina?
—América Latina, el Caribe y la región tienen grandes oportunidades para los jóvenes. Para el futuro, el primer paso es una transformación necesaria de narrativa: no podemos ver a los jóvenes como sujetos de beneficiarios, sino como personas de derechos como parte de estos procesos. Nuestra región tiene grandes desafíos, como solucionar las principales causas de muerte, vinculadas a situaciones de violencia, de homicidios a causas de suicidio, y creo que eso refleja una necesaria transformación estructural, de cómo las instituciones están incorporando su participación.
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¿Qué necesitan hacer los gobiernos por sus jóvenes?
—Se requiere una diversidad de respuesta de cada país. Desde mi lugar puedo decir que hay determinados principios que tienen que estar establecidos. Cuando las instituciones se abren a la participación de los jóvenes que sean verdaderamente con sentido y con propósito. Tener instituciones donde se garantice una participación segura y sostenida, habiendo otro componente que es la rendición de cuentas. Creo que se trata de no sólo abrir espacios para la consulta y para la participación, sino también generar un proceso donde la participación se devuelva, se muestre cuáles son los resultados de esos procesos.
¿En qué ámbitos concretamente es importante que los jóvenes se involucren y participen?
—Con más de 50% de la población mundial actual menor de 30 años, los jóvenes son demasiado diversos para estar representados por una sola persona o una sola oficina.
La generación más joven de hoy es, de hecho, una de las más numerosas de la historia. El mandato de la Oficina de la Juventud de las Naciones Unidas es ayudar a garantizar que más jóvenes sean incluidos de manera significativa en los espacios de toma de decisiones a todos los niveles, asegurando que se escuchen todas las voces y perspectivas de los jóvenes.
Todos tienen derecho a participar en asuntos públicos, pero vemos que muchas veces, en todo el mundo, existen barreras sociales, económicas, financieras y legales que impiden que los jóvenes participen de manera significativa. Nosotros [ONU] estamos trabajando para abordar esas barreras y garantizar que más jóvenes estén representados en los espacios de toma de decisiones a todos los niveles.
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¿Y las jóvenes?
—Son menos las que acceden a espacios de poder. Sólo 1% de las parlamentarias menores de 30 años del mundo son mujeres jóvenes. Creo que para que haya más en espacios de toma de decisiones, primero es un cambio sustancial y estructural que se está dando en el mundo, aunque muy lentamente, pero que se empieza a dar, y que claramente esto genera esperanza y optimismo, pero al mismo tiempo también un desafío y la oportunidad para que cada vez sean más, que puedan acceder a puestos políticos, de relevancia que son importantes para el mundo.