Los niños sobrevivientes de los terremotos en Turquía y Siria están desarrollando estrés exacerbado, así como episodios de depresión, señaló a EL UNIVERSAL Dan Stewar, jefe de prensa de la Organización no gubernamental (ONG), Save the Children.
La cifra de muertos rebasa ya los 44 mil. Los movimientos telúricos hicieron colapsar cientos de edificios en la zona. El pánico renació luego de que el pasado 21 de febrero la ciudad de Hatay registrara un nuevo temblor de magnitud 6.4.
Dan advirtió que los menores recatados están viviendo momentos traumáticos luego de presenciar la catástrofe que dejo el sismo en su país. “ Los niños están viviendo un círculo grande de depresión por las pérdidas que han vivido, las más traumáticas evidentemente son cuando pierden a sus familiares, pero también existen otros duelos, como perder a mascotas, la escuela, amigos y su cotidianeidad, por lo que es necesario el apoyo psicológico sobre todo si están viviendo experiencias traumáticas una tras otras”, dijo.
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Tal es el caso de Samir, un niño sirio de seis años que se fracturó una pierna, además de presentar lesiones en la cabeza. “Samir ha recibido apoyo médico para lograr su recuperación. Sus heridas físicas no son tan graves; ahora ha estado durmiendo en tiendas de campaña, porque no tiene un hogar; sin embargo, después de vivir esa tragedia su madre nos contó que Samir le dijo: ‘Mamá, gracias a Dios que ahora dormimos en una casa de plástico porque si vuelve a temblar ya no se nos va a caer encima ningún edificio y así ya no nos vamos a lastimar nuevamente’. Su percepción de que es más seguro dormir en una tienda de campaña refleja cómo la salud mental de los niños está siendo severamente afectada”, comentó.
Hasta el momento se han registrado 6 mil réplicas desde el seísmo el 6 de febrero que dejó más de 105 mil heridos cifra que varía según diversas fuentes. Siete millones de menores han sido afectados en Siria y Turquía, según cifras de la ONG.
Sin embargo, los problemas de salud que los niños han desarrollado no es el único problema para Save the Children , que tiene como prioridad a los infantes que han perdido a sus padres, pues busca cómo con sus familiares primarios o terciarios, ya que pueden ser víctimas de abusos si se encuentran vulnerables.
“Las niñas y los niños pueden vivir abuso, sobre todo si se encuentran solos. Sí existe un riesgo por esta situación, es por eso que es muy importante generar sistemas de cuidado y protección para ellos y poder reducir las posibilidades de que haya abusos hacia los menores”, indicó.
“En Siria nosotros como organización estamos trabajando con aliados en el terreno y se está generando un sistema de gestión y monitoreo de casos para ir buscando dentro de las comunidades a familiares cercanos o familias extendidas para así lograr la reunificación de estos niños con gente que pertenece a su círculo familiar”, argumentó. Sin embargo, en las calles y carreteras de Siria se ha dificultado el acceso a la ayuda a los afectados, por lo que la Save the Children ha pedido al gobierno apoyar en ese acceso.
En Turquía, las ONG trabajan en conjunto con el gobierno para canalizar la información del infante y así poder reunificarlo con algún familiar. “Es un sistema de rastreo y búsqueda en donde se localiza a la gente que tiene una vinculación con los niños que lo han perdido todo”, dijo.
Save the Children informó que otra opción que hay para los menores afectados son las “adopciones internacionales”, aunque es poco recomendada para un menor que ha experimentado un trauma de esa magnitud.
“Estas adopciones desde nuestra perspectiva no es lo mejor que se puede hacer para los niños. Estos pequeños han pasado por situaciones trágicas en donde lo que se requiere inmediatamente es brindarles un sentido de estabilidad y de pertenencia a su comunidad. Una adopción internacional implica sacarlo de su entorno y llevarlo a un lugar completamente diferente y esto puede implicar riesgos para los infantes”, aseguró.
El panorama para los próximos años es complicado. “Va a tomar mucho tiempo, sobre todo en este soporte de recuperaciones de los menores para que vuelvan a tener otra vez confianza en su vida cotidiana y no vivan con miedo de volver a vivir un temblor trágico. Van a necesitar una intervención de largo plazo; básicamente es reconstruir desde cero, la vida, la confianza, los medios de vida y la comunidad, por lo que prevemos es que va a ser bastante largo y se va a necesitar mucha más ayuda en el futuro”, finalizó.
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