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Río de Janeiro.— El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, preso la noche del sábado por un caso de corrupción, todavía tiene que responder por otros seis procesos y es objeto de otras dos investigaciones.
Además del proceso en que fue condenado a 12 años y un mes de prisión —por el que se encuentra encarcelado desde la noche del sábado—, los otros casos contra Lula también están relacionados con corrupción y están vinculados al escándalo de la petrolera estatal Petrobras y al de la constructora brasileña Odebrecht.
En el caso que lo mandó a la cárcel, la justicia dio por probado que Lula favoreció a la constructora OAS en contratos con Petrobras y que la empresa lo recompensó con un lujoso apartamento en un balneario del estado de Sao Paulo.
El juez federal decimotercero de la ciudad de Curitiba, Sergio Moro, concluyó que el ex mandatario recibió de la OAS ventajas indebidas por 2.4 millones de reales (unos 730 mil dólares).
El mismo Moro aceptó en agosto pasado la denuncia de la Fiscalía en otro proceso en que Lula también está acusado de corrupción y lavado de dinero por las obras que constructoras favorecidas en contratos de Petrobras hicieron en una casa de campo frecuentada por la familia del político en la ciudad de Atibaia.
El mismo juez instruye un tercer proceso, en el que Lula también ya fue imputado, acusado de haber recibido beneficios de la constructora Odebrecht.
Otros cuatro procesos están en las manos del juzgado décimo federal de Brasilia. En uno fue acusado de haber intentado comprar el silencio de Néstor Cerveró, un ex funcionario de Petrobras que está preso por su responsabilidad en el escándalo, para que no lo implicara, y en otro, de recibir sobornos, mediante un contrato supuestamente ficticio por 757 mil dólares en beneficio de la empresa de unos de sus hijos.