"Pensé que íbamos a morir en la calle", dice Faheem* después de ser evacuado de un hospital con su hija Amal, de 14 años, en brazos.
En Sudán, mientras algunas personas están siendo desalojadas, otras llevan días atrapadas en los hospitales del país.
Desde el sábado, cuando estalló la violencia que ha dejado al menos 100 muertos, muchos de los pacientes hospitalizados quedaron atrapados en centros sanitarios sin electricidad ni agua y aquellos que necesitan atención médica están siendo evacuados, según relata Faheem a la BBC.
"Amal tenía que someterse a una operación delicada por un tumor en la cabeza, por las complicaciones desatadas por cirugías anteriores. Pero tuvimos que cambiar de habitación a causa de los bombardeos. Al final llegamos a la planta baja. Pero entonces nos dijeron que nos fuéramos y buscáramos una zona segura".
La violencia que vive Sudán es consecuencia de una ruptura entre dos hombres que pelean por el control: el general Abdel Fattah al Burhan, que es jefe del ejército y ejerce como presidente del país, y el general Mohamed Hamdan Dagalo, líder del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés).
"Llevé en brazos a Amal mientras bombardean los edificios a nuestro lado. Ella se sentía muy mal y se estaba por descomponer", cuenta Faheem, quien explica que la niña se encuentra bien y que esperan volver a ver a un médico en un par de semanas.
Trabajadores y voluntarios contaron a la BBC que llevan días viviendo bajo una "inmensa tensión psicológica debido a la escasez de comida y bebida", además de lidiar con el miedo por los continuos bombardeos indiscriminados en la zona.
"Escuchamos el ruido de los bombardeos y los disparos", le dice a la BBC Ashraf, un acompañante de un herido en un hospital sudanés.
"El hospital se enfrenta a un problema grave: la interrupción del suministro de agua y electricidad está poniendo en una situación precaria a los pacientes que quedan", dice un médico que lleva tres días atrapado en el mismo centro.
Si bien las entidades sanitarias han recibido ayuda alimentaria, al médico le preocupa lo que pueda llegar a pasar si el edificio es alcanzado por los disparos.
"En estos momentos están intentando evacuar el hospital, en coordinación con las autoridades competentes. Pero no existe un plan de evacuación adecuado, lo que causa gran preocupación, ya que el hospital está situado en una zona de alto riesgo, vulnerable a posibles ataques", explica el médico.
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La escasez de alimentos y electricidad no es un problema que golpea sólo a las instituciones de la salud: gran parte de Jartum, la capital de Sudán, está siendo afectada por los altos niveles de violencia.
"No tenemos agua en los grifos. No sabemos cómo podemos arreglárnoslas sin agua. Estamos intentando averiguarlo", dice Duaa Tariq, una ciudadana de Jartum que lleva dos días sin dormir en medio de las fuertes explosiones y la sensación de "terror".
"Vivimos en una azotea, en el tercer piso, y los aviones vuelan muy cerca de los tejados, es aterrador", cuenta Tariq, quien afirma que los activistas están organizando una resistencia pacífica al gobierno militar para pedir una transición sin violencia hacia un gobierno civil en Sudán.
Los combates han tenido lugar en gran parte del país, desde el oeste en Darfur hasta el este en Puerto Sudán, pero Jartum no está acostumbrada a la guerra. Es la primera vez que los habitantes de la capital presencian enfrentamientos de este tipo.
Kholood Khair, un residente de la capital, le contó a la BBC que no se sentían seguros en ningún lugar. "Se ha instado a todos los civiles a que permanezcan en sus casas, pero eso no nos mantiene a todos a salvo. Hay mucha gente que ha resultado herida o que terminó muerta por una bala perdida".
Por su parte, el investigador y analista político del Tahrir Institute for Middle East Policy de Jartum Hamid Khalafallah relató: "Nos despertamos con sonidos de disparos y bombardeos muy intensos, en algunos casos incluso más fuertes que los de ayer".
Khalafallah agregó que el ejército sudanés parecía estar bombardeando objetivos dentro de la ciudad.
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Muchos hospitales, ubicados cerca del cuartel general del ejército en Jartum, han sido los más afectados, causando graves daños en lugares como el hospital Al Shaab, donde resultaron heridos un conductor de ambulancia y otras tres personas.
También se vieron afectados otros cuatro hospitales, algunos de los cuales quedaron completamente fuera de servicio, mientras que un hospital de la policía ha sido vaciado por completo y, al parecer, tomado por la RSF.
En las redes sociales, videos verificados por la BBC muestran a personas evacuando un hospital, mientras se escuchan disparos de fondo.
En otro se puede ver a un trabajador sanitario intentando tranquilizar a los pacientes preocupados por el agotamiento de las reservas de oxígeno, mientras se escucha a una mujer gritar pidiendo ayuda en el fondo.
En un video enviado directamente a la BBC se puede ver a un grupo de mujeres en un sótano de un hospital a oscuras, refugiándose de los bombardeos, mientras preparan la cena.
El sindicato de médicos de Sudán publicó una declaración urgente en la que pide que se protejan las instalaciones sanitarias y se permita el paso seguro de las ambulancias.
La asociación de profesionales calificó los bombardeos de violación del derecho internacional humanitario y pidió ayuda a la comunidad internacional.
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