Los Ángeles está por convertirse en la ciudad más grande de Estados Unidos en permitir el uso recreativo de la marihuana después de que el ayuntamiento aprobó ayer emitir licencias para su venta y cultivo el próximo año.
La histórica votación se realizó después de una audiencia en la que los miembros del ayuntamiento describieron los lineamientos como un trabajo en proceso que, seguramente, será revisado el año entrante, una vez que California lance su sector de marihuana para uso recreativo a partir de enero.
La oficina del presidente del ayuntamiento, Herb Wesson, indicó que las reglas de la ciudad entrarán inmediatamente en vigor después de que el alcalde Eric Garcetti firme la medida, como se tiene previsto.
“Las otras ciudades del país tienen la mirada puesta en Los Ángeles”, dijo Wesson, quien pronosticó que el modelo de la ciudad marcará la pauta para la legalización en otras partes de la nación.
Bajo las regulaciones de Los Ángeles, los negocios de venta de marihuana se mantendrían alejados en gran medida de los vecindarios residenciales, y se instalarían zonas de protección alrededor de escuelas, bibliotecas y parques.
Sin embargo, a tan solo unas semanas del nuevo año, expertos de la industria no tienen la certeza de cuántos negocios, si es que los hay, estarán listos para abrir sus puertas a las multitudes de consumidores deseosos de probarla a partir del 1 de enero.
Si el mercado legal no satisface la demanda, entonces “sólo se le está dando oxígeno al mercado negro que todos queremos erradicar”, dijo Adam Spiker, director general de la Coalición del Sur de California, un grupo del sector del cannabis.
En California el uso de marihuana con fines médicos ha sido legal desde hace dos décadas.
El gran número de regulaciones aprobadas el miércoles dictan los lugares en los que se puede sembrar y vender marihuana en el nuevo mercado, así como la forma en que se emitirán las licencias para los negocios.
Los negocios que quieran ingresar al mercado necesitan permisos locales antes de solicitar la licencia estatal que se requiere para operar en 2018.
El estado y cientos de ciudades enfrentan la desafiante tarea de intentar regular al enorme y creciente sector, que cuenta con un valor estimado de 7 mil millones de dólares. Algunos lugares han prohibido cualquier actividad comercial relacionada con la marihuana, mientras que otros la acogen.