Bruselas.— El lunes 30 de septiembre a medianoche concluirá un sexenio que transcurrió entre políticas concebidas por una sola persona, Andrés Manuel López Obrador.
Las decisiones “caprichosas” del tabasqueño no resolvieron los grandes retos de México, al tiempo que generaron problemas adicionales por el debilitamiento institucional, la desaceleración económica, el aumento del déficit fiscal y la expansión del poder de la delincuencia.
Esa es la conclusión a la que llegan mexicanistas, historiadores e internacionalistas en Europa consultados por EL UNIVERSAL para evaluar el sexenio de López Obrador y hablar sobre el país que hereda a Claudia Sheinbaum y los desafíos más inmediatos.
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“Fue un sexenio de crecimiento económico débil, de políticas ‘personalistas’, es decir, concebidas por el gran líder, que sirvieron para debilitar las instituciones que, en los últimos años, fueron construidas con la idea de fortalecer la incipiente democracia del país”, asegura el reconocido historiador Alan Knight, miembro asociado del Centro para América Latina de la Universidad de Oxford. “El grave problema de seguridad pública sigue igual o peor: los abrazos no produjeron mejores resultados que los balazos”.
El profesor Günther Maihold, del Instituto para América Latina de la Universidad Libre de Berlín, dice que el mandato que termina fue uno de muchos cambios, pero sin estar encaminados a solucionar los problemas de la nación. “AMLO logró desaparecer muchas instituciones y organismos, centralizar fideicomisos para sus programas sociales y con ello cambió la estructura del Estado y su funcionamiento, pero no resolvió el tema de la pobreza, la distribución de la riqueza y la cultura clientelista que sigue aquejando a la sociedad mexicana”.
“En consecuencia, su gran aceptación popular es resultado de los diferentes programas de becas, subsidios y apoyos, que se lograron financiar secando las arcas de otras instituciones, especialmente las encargadas de la transparencia y el control del gobierno”.
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Edmé Domínguez, especialista en relaciones internacionales de la School of Global Studies de la Universidad de Gotemburgo, dice que llega a su fin un sexenio profundamente populista, asistencialista y que más que cambiar la estructura de injusticias, calmó el descontento con transferencias que no resolvieron la desigualdad y la brecha social. “Cometió terribles errores, desde el cierre masivo de guarderías para madres trabajadoras, a principios de su sexenio, hasta sus megaproyectos que sólo traerán más injusticias sociales y depredación ambiental, sobre todo el Corredor Interoceánico.
“Por no hablar de los recortes y control arbitrario de centros de investigación y universidades, un sistema de salud en ruinas (...), una nefasta y absurda reforma judicial que le entrega la justicia a las mafias de los cárteles criminales y no al pueblo, como él dice, y el desmantelamiento de un sistema de monitoreo electoral que era la envidia de muchos países latinoamericanos y que vuelve al control del Ejecutivo”.
Gilberto Rescher, coordinador del Departamento de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Hamburgo, Alemania, y quien trabaja con comunidades indígenas, ve la administración con claroscuros. “Hubo altas y bajas. Aunque muchos académicos y en la clase media se quejan, hizo llegar recursos del Estado a grupos que nunca se habían beneficiado. La baja es que Morena quiso presentarse como un partido de izquierda, pero a la antigua, con líderes y caudillos, no creando espacios para la participación ciudadana”.
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En cuanto al México que recibe Sheinbaum, los expertos coinciden en que es uno más clientelista que nunca, en donde los problemas centrales continúan, como el crimen, la militarización y la falta de infraestructura. Además, toma las riendas de un Estado que no ve más allá de la realización de un puñado de megaproyectos y con una narrativa de autoaislamiento como fórmula para hacer frente a problemas transfronterizos como la migración, el clima y la seguridad energética.
“Es un México altamente identificado con el proyecto de la Cuarta Transformación para recibir apoyos del gobierno y con una oposición marginada y sin concepto para poder responder a las acciones del gobierno”, sostiene Maihold.
“El México que entrega AMLO es económicamente débil, con menos inversión y mayor déficit presupuestal; con muchas incógnitas en cuanto al futuro político del país: ¿La presidenta será capaz de gobernar independientemente? ¡Dudoso!”, indica Knight. Los estudiosos afirman que son múltiples los retos que enfrenta Sheinbaum, uno es la disciplina entre las distintas tribus del partido Morena, hay dudas sobre el comportamiento de quiénes tienen las riendas de poder político-partidista.
“Tiene muchos desafíos, tal vez el principal es hacerse respetar por los poderes de facto que habían hecho alianza con AMLO, el Ejército y la cúpula empresarial. Aunque si triunfa Donald Trump tendrá problemas porque no respeta a mujeres, sobre todo si éstas tienen algún poder”, señala Domínguez.
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Rescher añade dos más: “Debe evitar que le pase lo mismo que a la presidenta Dilma Rousseff, a quien se le vio alejada de la gente en Brasil, y resistir el intento de Morena de seguir con la agenda de AMLO, porque tiene que ser una nueva presidenta y no seguir con lo mismo”.
Durante los últimos seis años, fueron innumerables los desplantes de AMLO hacia la Unión Europea. Llamó borregos a los eurodiputados, no asistió a la primera cumbre UE-AL celebrada desde 2015, desestimó los esfuerzos de la jefa del Ejecutivo, Ursula von der Leyen, para firmar el modernizado Acuerdo UE-México pactado en principio en 2018 y no condenó al presidente ruso Vladimir Putin por la agresión a Ucrania.
Desde el punto de vista europeo, “fue un sexenio decepcionante”, sostiene Knight; Rescher dice que fue provechoso para la UE, porque está aprendiendo a tratar con gobiernos que supuestamente son aliados, pero no van en la misma tendencia.
La investigadora de la Universidad de Gotemburgo señala que las relaciones con la UE mejorarán si Sheinbaum acepta firmar el tratado modernizado. “El gobierno saliente metió al país en broncas con la UE, España, Panamá, Perú, Ecuador, entre otros. En general, México perdió su presencia internacional. Habrá que ver si la nueva administración logra cambiar esto”, indica Maihold.