El camino de Joe Biden para convertirse en presidente de Estados Unidos enfrenta nuevos obstáculos por las crecientes demandas de que ofrezca una respuesta a las acusaciones sobre agresión sexual presentadas en su contra por una exempleada.
Tara Reade, una mujer que trabajó hace casi 30 años con Biden, acusa al ahora virtual candidato presidencial del Partido Demócrata de haber abusado sexualmente de ella en los pasillos del Congreso.
En el pasado, el también exvicepresidente estadounidense ha sido acusado por varias mujeres de ser muy "sobón", pero esta es la primera vez que alguien hace una acusación grave en su contra por una supuesta conducta sexual inapropiada.
Tras guardar silencio durante semanas, este viernes Biden se defendió públicamente en un comunicado en el que asegura que las acusaciones "no son ciertas". "Esto no sucedió", dice el documento.
Biden también hizo un llamado a que los Archivos Nacionales hagan pública cualquier denuncia que la mujer presentara en la época en la que supuestamente cometió el abuso.
Reade, de 56 años de edad, trabajó como parte del equipo de Biden entre 1992 y 1993, cuando él era senador por el estado de Delaware.
En entrevistas recientes ha dicho que un día en 1993, después de que ella le entregara su bolso del gimnasio, su antiguo jefe la empujó contra una pared y metió sus manos bajo su falda y camisa.
"No hubo un diálogo realmente, él simplemente me puso contra la pared", comentó Reade durante una entrevista para un podcast en marzo.
"Recuerdo que todo ocurrió de pronto… Sus manos estaban sobre mí y bajo mi ropa", señaló y agregó que, en ese momento, él la penetró con sus dedos.
"Recuerdo que él decía, primero, mientras lo hacía: '¿Quieres ir a otro lugar?'. Luego me decía, cuando me aparté: 'Vamos, escuché que yo te gustaba'", dijo Reade.
"Esa frase se me quedó grabada", añadió.
Este 9 de abril, Reade presentó una denuncia penal ante la policía, diciendo que había sido víctima de una agresión sexual pero sin nombrar a Biden.
En un tuit dijo que presentó la denuncia "solamente por motivos de seguridad", dado que el plazo para su demanda había expirado y ella había empezado a recibir amenazas por internet.
Reade es una de varias mujeres que han acusado a Biden por tocamientos, abrazos o besos que consideran inapropiados. Sin embargo, ninguna hasta ahora había descrito sus acciones como agresión sexual.
Hasta ahora hay tres personas que respaldan la versión de Reade de lo ocurrido, aunque ninguna de ellas afirma haber sido testigo.
Se trata de su hermano, una antigua vecina y una antigua compañera de trabajo, quienes afirman que ellos la escucharon describir los hechos denunciados poco después del supuesto incidente.
Lynda LaCasse, quien vivía en la casa al lado de Reade después de que ella se mudara de Washington en 1993, le dijo a Business Insider: "Esto ocurrió, y yo sé que fue así porque recuerdo haber hablado de ello".
Ella recuerda que Reade lloraba mientras describía su experiencia, cuando ambas compartieron experiencias de violencia en sus vidas en algún momento entre 1995 y 1996.
"Yo recuerdo que ella decía que era esa persona con la que ella estaba trabajando y que ella idolatraba", dijo LaCasse.
"Recuerdo lo de la falda. Recuerdo lo de los dedos. Recuerdo que ella estaba destruida", agregó.
La exvecina indicó que se sentía impulsada a respaldar a Reade porque, "(las mujeres) necesitamos ponernos de pie y contar la verdad".
"Tengo que apoyarla simplemente porque eso fue lo que ocurrió", apuntó.
Pese a todo, LaCasse señaló que aún tiene previsto votar por Biden en las elecciones presidenciales de noviembre.
Lorraine Sánchez, una exasistente parlamentaria que trabajó con Reade en la oficina de un legislador de California entre 1994 y 1996, dijo a Business Insider que ella también escuchó la historia de Reade poco después de que ella abandonara la oficina de Biden en Washington.
Reade le había dicho que "había sido acosada sexualmente por su antiguo jefe cuando estaba en Washington DC", según Sánchez.
Una llamada en 1993 al programa de televisión de Larry King en CNN también parece ofrecer un recuento contemporáneo de la denuncia de Reade.
Según ella, la mujer que llamó al programa afirmando que su hija había dejado su trabajo en Washington después de tener "problemas" con un "senador importante" era su madre, quien murió en 2016.
Los registros de los 36 años de carrera de Biden como senador están guardados en la Universidad de Delaware, que asegura que no liberará ningún documento hasta que hayan transcurrido dos años desde que él abandone la vida pública.
Reade dice que esos registros contendrán evidencia de que ella se quejó a sus superiores sobre Biden y cree que quizá otros miembros de su equipo pueden haber hecho acusaciones similares.
Antes de que este viernes ropiera su silencio para negar las acusaciones en su contra, el virtual candidato presidencial del Partido Demócrata no había dicho nada sobre los señalamientos de Reade.
Desde su comando de campaña se dijo a inicios de abril que el supuesto incidente "definitivamente no ocurrió".
La portavoz de su campaña dijo que Biden, de 78 años de edad, "cree firmemente que las mujeres tienen el derecho a ser escuchadas de forma respetuosa".
"Esos señalamientos deberían ser revisados de forma diligente por la prensa independiente. Lo que está claro al respecto es que son falsos", agregó.
Ningún asistente de alto nivel de Biden ha dicho que recuerde haber oído la queja de Reade.
"No tengo absolutamente ningún conocimiento o memoria de loque cuenta Reade, lo que habría dejado una fuerte impresión en mi como mujer profesional y como gerente", dijo Marrianne Baker, asistente ejecutiva de Biden.
No ha habido ninguna otra acusación de este tipo contra Biden.
En una investigación sobre las denuncias de Reade, realizada por The New York Times, las dos amigas y el hermano dijeron que ella les había descrito los detalles de una traumática agresión sexual en la que estaba implicado el ahora virtual candidato presidencial.
Sin embargo, el diario estadounidense no encontró a ningún exmiembro del equipo de Biden que pudiera corroborar la historia y tampoco halló un "patrón de mala conducta sexual" por su parte.
Análisis de Katty Kay, presentadora del Servicio Mundial de la BBC
Es posible que la acusación de Tara Reade de agresión sexual en contra de Joe Biden haga descarrilar su candidatura, pero parece poco probable.
Los estadounidenses ya saben sobre lose señalamientos de "sobón" hechos contra el exvicepresidente y ya los valoraron mientras lo escogían como nominado a la presidencia.
Él publicó un video en el que decía que había aprendido del movimiento #MeToo que los tiempos habían cambiado y que entendía que su historial de estar tocando los hombros de las mujeres o besando sus cabezas no era algo apropiado.
Evidentemente, eso fue visto como una disculpa suficiente para la mayor parte de los votantes que participaron en las primarias del Partido Demócrata.
Una denuncia por agresión sexual es, evidentemente, más grave pero el criterio para juzgar si una persona es un abusador sexual se basa en mirar de forma consistente la historia del acusador y los patrones de conducta del acusado.
Reade es hasta ahora la única mujer en acusar a Biden de agresión sexual. Si no surge nadie más, los demócratas pueden inclinarse a creerle más a su candidato en lugar de a ella.
Biden está compitiendo en contra de Donald Trump, quien ha sido acusado de conductas sexuales inapropiadas por unas 25 mujeres. Puede que eso no evite que el presidente use lo ocurrido como una línea de ataque (ya ha hecho insinuaciones al respecto en el pasado), pero eso disminuye la credibilidad del ataque.
En medio de esta pandemia, casi no hay otras noticias que destaquen en los titulares. En una situación normal, esta historia habría logrado mucha más atención en las portadas de los diarios y en los informativos de televisión. Hoy apenas es registrada. Eso es algo que favorece a Biden.
El Partido Demócrata se somete a unos estándares más altos en términos de inclusión de raza y género que el Partido Republicano, por lo que está acusación causa incomodidad. Pero este año, el estándar que más importa a los demócratas es sacar a Trump de la Casa Blanca. Ellos creen que Biden es quien tiene más posibilidades de lograrlo.
Reade formó parte de un grupo de media docena de mujeres que el año pasado salieron a acusar a Biden por comportamiento inapropiado que incluía tocamientos, abrazos o besos.
En respuesta a ello, Biden se comprometió a tener más cuidado en sus interacciones.
Reade, que fue una de las primeras en hacer sus señalamientos, dijo que Biden la había tocado varias veces el hombro y el cuello.
En entrevistas con The Washington Post el año pasado, ella no mencionó la agresión sexual y, en cambio, dijo que culpaba más al equipo de Biden por hacerle "bullying" que a él.
"Esto es lo que quiero destacar: no es él. Es la gente a su alrededor que está constantemente cubriéndole", dijo entonces.
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