Incendios forestales
arrasaban el jueves áreas de la región española de Cataluña y las autoridades francesas elevaron sus restricciones sobre el consumo de agua en algunas ciudades, en momentos en que grandes áreas de Europa occidental sufrían por una aplastante ola de calor.
Las temperaturas ascendieron a los 44 grados centígrados en partes del norte de España y el sur de Francia, lo que llevaba a más personas a buscar alivio en las orillas de mares, lagos, ríos, fuentes y piscinas.
Bomberos
españoles trataban de contener las llamas por un incendio forestal que ha destruido casi 5 mil 500 hectáreas en la provincia catalana de Tarragona, en el norte del país. Advirtieron que el área afectada podría extenderse por efecto del intenso calor y de los vientos.
Helicópteros dejaban caer agua sobre las llamas, que se han propagado por unos 80 kilómetros desde la ciudad costera de Tarragona. No se reportaron víctimas hasta ahora, pero el Gobierno regional dijo que unas 30 personas han sido evacuadas de zonas rurales aledañas.
Se trata del peor incendio forestal en asolar Cataluña en unos 20 años, de acuerdo al Gobierno regional.
En la vecina Francia , las autoridades extendieron las restricciones a los vehículos -tras medidas tomadas ya en París y Lyon- a las ciudades de Marsella y Estrasburgo, en un esfuerzo por reducir la contaminación del aire.
Algunas escuelas aplazaron los exámenes de verano y partes del norte de Francia quedaron bajo una alerta por sequía, lo que implica límites al consumo de agua de empresas, agricultores y residentes. El ministro de Agricultura, Didier Guillaume , anunció una prohibición sobre el transporte de animales hasta que finalice la actual ola de calor.
El diario Midi Libre reportó que tres personas murieron en playas del sur de Francia esta semana en lo que va de esta semana debido al calor, aunque la ministra de Salud, Agnes Buzyn, afirmó el jueves que era muy pronto para entregar una estimación más precisa de las víctimas.
"Los llamados a los servicios de emergencia están aumentando en todo el país. Estamos viendo el comienzo de un claro impacto de la ola de calor", dijo Jerome Saloman, jefe de salud pública nacional. "Para nosotros lo peor aún no llega".
Alemania disfrutaba el jueves de una breve pausa del calor asfixiante. La temperatura en Berlín descendió a 21 grados centígrados, luego de alcanzar el miércoles 37 grados.
lsm