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Al menos 183 personas han muerto y cientos permanecían desaparecidas hasta este domingo como consecuencia de las graves inundaciones que causan estragos en Alemania y Bélgica.
Pequeñas calles, grandes avenidas y unos cuantos riachuelos se han convertido en fortísimos torrentes que han arrastrado árboles, casas y automóviles en la región.
Una de las poblaciones más afectadas es Schuld, un pequeño pueblo que ha quedado casi completamente destruido.
Ubicado en el noroeste del Ahrweiler y a unos 50 km de la frontera con Bélgica, Schuld cuenta con alrededor de 700 habitantes, muchos de los cuales no han podido ser localizados.
Sin embargo, según la prensa local, unas 50 personas lograron ser evacuadas con la ayuda de helicópteros.
Quizá la estructura más conocida del pueblo es la iglesia parroquial católica romana de St. Gertrud, que fue reconstruida en la década de 1970 tras haber sido destruida en un ataque aéreo el 29 de octubre de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial.
El gobernador regional ha asegurado que el distrito de Ahrweiler atraviesa "la mayor catástrofe desde la Segunda Guerra Mundial".
Y las torrenciales aguas también han afectado a la emblemática estructura eclesiástica, y a muchas otras.
No son pocos los alemanes que comparan la magnitud de la devastación actual con los golpes que sufrió el país en la Segunda Guerra Mundial.
Y como recordatorio de la guerra, el ejército de Alemania está utilizando vehículos blindados para ayudar a limpiar los escombros.
En Schuld, la inundación repentina destrozó edificios enteros y arrastró automóviles, llenando las calles de escombros y gruesas capas de barro.
Marlene Wiechmann, una residente de 76 años, explicó al borde de las lágrimas que la última vez que Schuld experimentó una inundación tan catastrófica fue en 1910. Fue un shock tan grande para la comunidad que se convirtió en parte del folclore local.
"Todo está roto, ha sido arrastrado, es una catástrofe", le dijo a la emisora pública SWR sobre el diluvio del jueves.
"Nuestras canchas de tenis estaban allí, la casa de Stanni de Polonia estaba allá", indicó, señalando una maraña de barro, árboles destrozados y escombros.
De acuerdo con un portavoz del gobierno local, las redes móviles se habían quedado fuera de servicio, lo que hacía imposible contactar a muchas personas.
En la vecina ciudad de Sinzig, 12 de los 35 residentes de un hogar de ancianos para personas discapacitadas murieron después de que las aguas impactaran el edificio mientras dormían.
La escala de los daños es evidente en el valle de Ahr, en donde se encuentran Schuld, Sinzig y muchas otras poblaciones que han sido gravemente afectadas, según reporta desde Alemania Jenny Hill, corresponsal de la BBC en Berlín.
"Conocimos a un anciano que intentaba entrar en una aldea que había quedado casi destruida. Nos dijo que sus nietos estaban allí (con él), pero no podía localizar a los padres".
Las autoridades locales han informado que no saben con certeza cuántas personas están desaparecidas.
Según Hill, se espera que el número de muertos continúe aumentando. "Con cada hora que pasa, la magnitud de este desastre se vuelve cada vez más clara", agrega.
Arrastra el botón para ver la ciudad alemana de Bad Neuenahr-Ahrweiler antes y después de las inundaciones
A lo largo del río Ahr, que atraviesa el poblado de Schuld, hay casas inundadas, puentes rotos, así como muchos restos de campings y caravanas.
"Veremos la magnitud del desastre en los próximos días"
"Para muchas de las personas desorientadas que conocimos al inspeccionar los daños acá, es casi imposible imaginar que tendrán que limpiar todo y comenzar de nuevo", destaca la periodista.
Tras las impactantes noticias, la canciller Angela Merkel ha pedido emprender una batalla contra el cambio climático.
"Me temo que sólo veremos la magnitud del desastre en los próximos días", estimó Merkel desde Washington la noche del jueves, describiendo un día "caracterizado por el miedo, la desesperación, el sufrimiento".
Durante una reunión con el presidente estadounidense Joe Biden en Washington DC, Merkel expresó su "más sentido pésame" y prometió el apoyo del gobierno a los esfuerzos de rescate.
El ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia dijo que era imposible dar un número claro de víctimas, y agregó que muchas personas lo habían "perdido todo".
Por su parte, el presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, hizo un llamado a la acción frente al cambio climático.
"Sólo si emprendemos la lucha contra el cambio climático de manera decisiva podremos mantener bajo control las condiciones climáticas extremas como las que estamos experimentando ahora", explicó.
Unos 15.000 policías, soldados y trabajadores de los servicios de emergencia se han desplegado en Alemania para ayudar con la búsqueda y el rescate, mientras que los helicópteros han sido desplegados para recoger a residentes varados en los tejados.
Un equipo de tanques también ha sido utilizado para despejar las carreteras de árboles caídos y escombros.
Crónica de un desastre anunciado
Roger Harrabin, corresponsal del medio ambiente de la BBC
Los científicos han condenado a los políticos por no proteger a sus ciudadanos de los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones en el norte de Europa y el "domo de calor" de Estados Unidos.
Han estado prediciendo durante años que las lluvias de verano y las olas de calor se volverían más intensas debido al cambio climático inducido por el hombre.
Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad de Reading, dijo: "Las muertes y destrucción en Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia que debería haberse evitado".
"Los meteorólogos emitieron alertas a principios de semana y, sin embargo, las advertencias no se tomaron lo suficientemente en serio y los preparativos fueron inadecuados.
"El hecho de que otras partes del hemisferio norte estén sufriendo olas de calor e incendios sin precedentes debería servir como recordatorio de cuán más peligroso podría volverse nuestro clima en un mundo cada vez más cálido".
Los científicos aseguran que los gobiernos deben comprometerse a reducir las emisiones de CO2 que están alimentando los eventos extremos y prepararse para un clima más extremo.
Sin embargo, en Reino Unido, afectado por graves inundaciones el lunes, el comité asesor de cambio climático del gobierno dijo recientemente a los ministros que la nación estaba aun peor preparada para el clima extremo que hace cinco años.
Indicó que el gobierno estaba cumpliendo solo una quinta parte de sus promesas de reducir las emisiones.
Y sólo esta semana, el gobierno de Reino Unido le indicó a la gente que no necesitan reducir los vuelos porque la tecnología resolverá el problema de las emisiones, una noción que la mayoría de los expertos considera una arriesgada apuesta.
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