Jerusalén.— El ataque aéreo, que Israel describió como “no intencional” contra trabajadores humanitarios que distribuían ayuda en Gaza, empeoró la imagen del gobierno de Benjamin Netanyahu. Murieron siete personas.
La organización World Central Kitchen (WCK) del chef hispano-estadounidense José Andrés, para la cual trabajaban las víctimas del bombardeo, anunció la suspensión de sus acciones en el territorio palestino. “Tengo el corazón roto y estoy de luto por las familias y amigos y toda la familia WCK”, expresó el célebre chef en la red social X.
Entre las siete víctimas hay tres británicos. Londres ya convocó a la embajadora de Israel, Tzipi Hotovely, por el “inaceptable” ataque.
Las víctimas eran originarias “de Australia, Polonia, Reino Unido, uno con doble nacionalidad de Estados Unidos y Canadá, y Palestina”, detalló WCK.
“Lastimosamente ayer [lunes] se produjo un trágico incidente, nuestras fuerzas golpearon de forma no intencional a inocentes en la Franja de Gaza”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. “Son cosas que suceden en una guerra (...), estamos en contacto con los gobiernos y haremos todo lo posible para que no se vuelva a producir”, añadió, en referencia al ataque en Deir al Balah, en el centro de Gaza.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, habló con José Andrés y “expresó su profunda tristeza y sus sinceras disculpas por la trágica muerte del equipo de WCK”, indicó la presidencia israelí en un comunicado, que agregó que el mandatario “dirigió sus condolencias a las familias y allegados” de las víctimas.
“Este incidente fue un grave error”, dijo el jefe del Estado Mayor israelí, general Herzi Halevi, en un mensaje por video. “Fue un error que se produjo tras una identificación errónea durante la noche, durante una guerra, en condiciones muy complejas. Esto no debería haber sucedido”, agregó.
Los restos de las víctimas fueron llevados al hospital de Deir al Balah. Un corresponsal de AFP vio cinco cuerpos y tres pasaportes extranjeros. Imágenes de AFP muestran el cadáver de una de las víctimas, que llevaba una camiseta negra con el logo de la ONG; en otra se ve un vehículo de la misma entidad con el techo perforado.
En Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres, denunció el “desprecio” por la seguridad de los trabajadores humanitarios en la guerra de Gaza.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, exigió una investigación “rápida e imparcial” sobre lo sucedido, indicó el secretario de Estado, Antony Blinken. La Casa Blanca se dijo “indignada” e indicó que transmitirá “un mensaje claro a Israel de que los cooperantes deben ser protegidos”.
En un comunicado, el presidente Joe Biden dijo que no se trata de un “incidente aislado” y acusó a Israel de “no hacer suficientepara proteger a los trabajadores humanitarios que intentan distribuir la ayuda que los civiles necesitan con desesperación”. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, dijo que no hay elementos para pensar que el ataque haya sido intencional.
En Polonia, el viceministro de Relaciones Exteriores, Andrzej Szejna, dijo que Israel debería “indemnizar” a las familias de las víctimas.
Mientras, miles de israelíes, entre ellos numerosos familiares de rehenes secuestrados en Gaza, volvieron a exigir en Jerusalén la renuncia del primer ministro Netanyahu, a quien acusan de haber “traicionado” la confianza popular.
“Usted está en campaña contra mí, contra las familias de los rehenes, se ha puesto en contra de nosotros. Usted nos llama traidores cuando usted es el traidor, un traidor a su pueblo, a sus electores, al Estado de Israel”, proclamó micrófono en mano una de las manifestantes, Einav Zangauker.
Su hijo, Matan, es uno de los rehenes en manos de Hamas desde la letal incursión de milicianos islamistas en el sur de Israel, el 7 de octubre, que desencadenó la guerra en la Franja de Gaza.
El conflicto ha reavivado también las tensiones regionales.
Irán advirtió a Israel y Estados Unidos que responderá al bombardeo que mató a 13 personas, incluidos siete miembros de su Guardia Revolucionaria en su sede diplomática en Siria. Estados Unidos dijo que no está involucrado en el ataque.
“No tuvimos nada que ver con el ataque en Damasco, no estuvimos involucrados de ninguna manera”, dijo Kirby. Sin embargo, Estados Unidos puso en duda que el Consulado de Irán atacado el lunes en Damasco, presumiblemente por Israel, sirviera como oficina diplomática, según dijo al Consejo de Seguridad de la ONU el embajador adjunto de Estados Unidos, Robert Wood.