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En vísperas de la Conferencia del Banco de Desarrollo de América Latina y El Caribe (CAF), su presidente ejecutivo, Sergio Díaz-Granados, mantuvo una entrevista vía correo electrónico con los medios integrantes del Grupo de Diarios América (GDA), en la que habló sobre la situación regional, la realidad en algunos países, la situación que deja el gobierno saliente en México y las perspectivas y posibilidades de una nueva administración.
P. Este año habrá una elección presidencial en México que probablemente concluirá con la primera mujer presidenta. ¿Qué tendría que tener en consideración la nueva administración para que México sea más competitivo para las inversiones en materia energética, de combustibles, y a la vez ambiental?
R. Desde nuestra perspectiva, la nueva administración contará con una base sólida para impulsar grandes proyectos que fortalecerán aún más la economía de México. En el último trimestre de 2023, México creció más que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Además, ha habido avances importantes en la reducción de la pobreza multidimensional y la desigualdad. Anticipamos que la economía se haya expandido 3,4%, muy por encima del promedio de nuestra región, tomando en cuenta además que la inflación se ha reducido considerablemente.
Una oportunidad para el país en los próximos años es el litio, un mineral estratégico para la transición energética global, y México posee grandes reservas, sobre todo en el estado de Sonora. El desarrollo de una industria tecnológica de baterías de litio, que venimos apoyando desde CAF, es una gran oportunidad para posicionarse como un actor relevante en el mercado energético alternativo.
También es importante fortalecer la infraestructura en el sursureste de México, una región que tiene un enorme potencial. Un ejemplo es el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que busca conectar los océanos Pacífico y Atlántico mediante una vía ferroviaria, una red de carreteras, un gasoducto, un poliducto y dos puertos modernizados. Este proyecto es impulsado por CAF y busca atraer inversiones, generar empleos, mejorar el comercio y la integración.
P. En momentos de desaceleración económica, ¿hay algún plan trazado por la organización para evitar que los índices de pobreza y en los países de la región, y particularmente en Colombia, continúen aumentando?
Tenemos mucho trabajo por delante en ese aspecto, en especial si tomamos en cuenta que América Latina es la región más desigual del planeta.
En Colombia presentamos nuestra estrategia que justamente persigue la reducción de la pobreza a través de más desarrollo rural, equidad, transformación productiva y modernización institucional. Para echar a andar este plan hemos puesto a disposición del país financiamientos por US$ 7.000 millones a 2026.
El planteamiento de CAF en Colombia va de la mano del Plan Nacional de Desarrollo que plantea una serie de acciones transversales en salud, educación, energía e innovación que ayudarán a que el país supere la trampa del ingreso medio y que el máximo provecho de las ventajas competitivas a nivel ambiental, agrícola y de talento humano.
Tenemos dos buenos ejemplos del trabajo que estamos impulsando. El primero es la escuela que acabamos de inaugurar en el sector Los brazos, en Timbiquí, un centro educativo modular de primer nivel en una zona de muy difícil acceso. Esta escuela beneficia a 132 estudiantes con instalación de agua potable, energía solar y saneamiento básico. Esto es un proyecto piloto que puede ser replicable para beneficiar a población vulnerable en comunidades remotas.
El segundo es el Fondo Prosperidad, un instrumento financiero por US$ 1.200 millones que aprobamos en 2021, para promover la reducción de la pobreza y la adaptación al cambio climático en la región Caribe, los Santanderes hasta el Urabá y norte de Chocó.
P. ¿Cómo evalúa las primeras medidas anunciadas por el nuevo gobierno de Javier Milei en Argentina? ¿Cree que son las adecuadas para salir de la crisis y bajar la inflación?
Nosotros resaltamos el avance que ha tenido Argentina en la gestión con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y somos optimistas de que ese acuerdo pueda ayudar a la estabilización económica del país. Aquí ha sido clave el apoyo de CAF y de toda la región, a través de nuestro directorio, con la aprobación del préstamo por US$ 960 millones para que el país pueda seguir cumpliendo sus compromisos con el FMI. Esto es una muestra de nuestro compromiso con Argentina.
Nuestro rol como banco de desarrollo es acompañar las necesidades y requerimientos de los países miembros contribuyendo al apoyo financiero y asistencia técnica que promuevan el desarrollo económico sostenible e inclusivo de los países.
P. En un momento donde las tasas de interés a nivel internacional siguen altas, ¿se abre un mayor espacio para que organismos como CAF aumenten su cartera de créditos con los países de la región que no se financian "tan barato" en los mercados globales?
Una proporción de los créditos de CAF son de naturaleza contracíclica, que los países los necesitan cuando tienen dificultades. En un entorno retador, con una importante alza de tasas de interés, además de dificultades para conseguir recursos en los mercados internacionales, es cuando más se hace relevante el rol de CAF, al proveer financiamiento oportuno en condiciones aun competitivas. Es la razón de ser de la banca de desarrollo: ser el aliado necesario en tiempos complejos.
En paralelo, estamos desarrollando mecanismos de financiación innovadores, más adaptados y funcionales a las realidades de los países de la región. Uno de estos instrumentos financieros es el relacionado con los canjes de deuda por naturaleza, una opción beneficiosa para América Latina y el Caribe, una de las regiones menos contaminantes y que sufrirá los peores efectos del calentamiento global.
Otro instrumento innovador son los Derechos Especiales de Giro (DEG, del FMI), un activo mundial al que le podemos dar nuevos usos con innovación, responsabilidad y voluntad política. Podemos considerar opciones como usar los DEG como solución de financiamiento para enfrentar el cambio climático, por ejemplo.
P. ¿Cuál será el rol del CAF en la región este año y, particularmente en República Dominicana, ante los grandes desafíos como los conflictos geopolíticos y alzas de precios de materias primas, la desaceleración económica, la necesidad de la transición energética y de la mayor inclusión social?
En cuanto a los retos que tenemos por delante, no es un secreto que República Dominicana y los demás países de América Latina y el Caribe enfrentan el gran desafío de apuntalar un crecimiento potencial en los próximos años, para revertir las pérdidas sociales acumuladas y preservando la rica biodiversidad de la región; todo ello con limitaciones, crecientes presiones sociales y un contexto global cada vez más adverso.
El mundo necesita soluciones climáticas, alimentarias, y República Dominicana tiene la biodiversidad y el talento para ofrecerlas.
Este año será muy importante para nosotros en República Dominicana. En marzo celebraremos nuestro directorio por primera vez en el país. Ministros de economía de nuestros países se reunirán en Punta Cana para analizar proyectos de desarrollo y reflexionar sobre la región. En ese momento tendremos un nuevo hito: por primera vez en la historia, República Dominicana presidirá el directorio de CAF durante un año.
Otra noticia muy importante para nosotros es que en 2024 estaremos abriendo nuestra oficina de representación en Santo Domingo, la cual se suma a la Dirección de Turismo de CAF basada también en el país en 2023. De esta manera, podemos decir que 2024 será una oportunidad muy valiosa para estrechar los lazos entre el banco y República Dominicana, un país fundamental para el bienestar del Caribe y de toda la región.
P. En 2023, hubo solamente tres nuevas aprobaciones de financiamiento CAF en Brasil, por un valor de US$ 605 millones. Y, recientemente, Brasil anunció un conjunto de obras para la integración regional en América del Sur con un paquete de financiamiento del Bndes, el BID, CAF y Fonplata. ¿Es esto más que una carta de buenas intenciones? Si es así, ¿hay otros proyectos que se espera que reciban financiación para 2024? ¿Cuál debería ser la primera aprobación?
R. Es todo lo contrario: el año 2023 fue muy importante para muestro trabajo con Brasil. Aprobamos 19 operaciones por casi US$ 2.900 millones para ayuntamientos y estados, así como para banca de desarrollo regional, el Bndes y bancos privados, enfocados en financiar emprendimiento femenino, acción climática, energía limpia, entre muchos otros sectores. Brasil es uno de los países de la región donde tenemos una acción más extendida con una cartera de más de US$ 3.000 millones y 48 operaciones en marcha en distintas regiones.
En el país funciona también, además de nuestra oficina de representación en Brasilia, nuestro hub de sector privado en Sao Paulo, desde donde coordinamos la acción de este tipo de proyectos para toda la región.
Con respecto a Rutas para la Integración, es importante recalcar que no es una carta de buenas intenciones. Es la primera vez que se lleva adelante una iniciativa con el respaldo y compromiso de US$ 10.000 millones en pro de la integración de América del Sur. Este proyecto se viene gestando desde mayo del año pasado, cuando nos reunimos desde CAF con el presidente Luiz Inacio Lula Da Silva y comenzamos a avanzar con el Bndes. Al proyecto se unieron también el BID y Fonplata.
Los montos anunciados por los bancos están en línea con proyectos de infraestructura que están conectados a los grandes corredores de integración, desarrollados en el ámbito de la iniciativa IIRSA-Cosiplan. Podemos adelantar que de inicio se va a dedicar un foco especial al Eje Capricornio, que tiene un perfil de proyectos más desarrollados y oportunidades para conexiones bioceánicas.
P. ¿Cómo podría participar CAF —si así lo resolviera— en proyectos de financiamiento compartido en Chile con el proyecto de la Agencia Nacional de Financiamiento para el Desarrollo que prepara el Ministerio de Economía del país?
R. CAF cuenta con una vasta experiencia en apoyo financiero e institucional a la banca nacional de desarrollo de la región. De hecho, en diciembre pasado aprobamos un préstamo por US$ 80 millones dirigido a Corfo para apoyar el desarrollo del hidrógeno verde.
A la fecha CAF cuenta entre sus clientes a 23 instituciones financieras de desarrollo con productos activos, incluyendo líneas de crédito y de garantías que luego se canalizan, entre otras cosas, para financiar pymes, proyectos de eficiencia energética (como el caso de Corfo) o iniciativas de ciudades pequeñas adonde es más eficiente llegar a través de estos mecanismos.
Actualmente estamos en conversaciones con el Ministerio de Economía para identificar potenciales áreas de sinergia y apoyo. Existen vías de colaboración en la etapa de estructuración de la agencia, por ejemplo, poniendo a disposición asistencia técnica que permita conocer las experiencias de otras bancas de desarrollo con las cuales tenemos estrecha relación.
CAF ha estado igualmente muy involucrado con la promoción de infraestructura TIC y telecomunicaciones en Chile. Hemos apoyado los estudios de factibilidad del proyecto de Cable Submarino Humboldt y, el año pasado, anunciamos junto al Centro de Cooperación Multilateral para la Financiación del Desarrollo la elaboración de estudios para la construcción de la primera fibra óptica submarina entre Chile y la Antártida, además de la creación de una red de centros de computación para inteligencia artificial.
P. En términos de transición verde, ¿tienen alguna colocación en Perú o tienen alguna prevista para el 2024? Y, en términos de transformación digital, ¿cómo califica el avance del Perú en términos de inclusión financiera: saludable o aún incipiente?
R. Sí, en Perú tenemos en ejecución iniciativas de transición verde tanto con el sector público como con el privado. Aprobamos un crédito por US$ 500 millones para gestión fiscal que incluye una matriz de cumplimiento de criterios ambientales. Además, tenemos una facilidad por hasta US$ 150 millones para la empresa Cálidda, que financia el desarrollo de infraestructura de distribución de gas natural por red de ductos de Lima y Callao, y beneficia a cerca de 205.000 hogares.
Es importante recordar que el gas natural es un valioso puente en el proceso de transición energética. El aprovechamiento de las grandes reservas de gas natural de varios países de la región permitiría reducir las emisiones, tanto de los países de América Latina y el Caribe como de otros, con respecto al consumo actual de petróleo y carbón que son los de mayor contaminación.
Por otra parte, quisiera comentar que Perú ha mostrado avances importantes en materia de inclusión financiera en los últimos años. La tenencia de cuentas, por ejemplo, aumentó de 43% a 57% entre 2017 y 2021, aun cuando se mantiene por debajo del promedio de América Latina. De igual manera, aún persisten en el país brechas de género (53% mujeres y 62% hombres) y ámbito geográfico (50% rural y 60% urbano).
El banco ha venido apoyando al Ministerio de Economía y Finanzas y la Superintendencia de Bancos, Seguros y AFP en poner en marcha buenas prácticas que promuevan una mejor implementación de la política pública y mayores niveles de inclusión financiera en el país, que redunden a su vez en una mayor salud financiera para la población.
P. Respecto al Caribe, ¿cómo atajará CAF el problema de la “gran grieta” de desigualdad social y cambio climático, particularmente en Puerto Rico?
R. Las proyecciones climáticas para América Latina y el Caribe de nuestro reporte indican que la temperatura media durante el período 2021-2040 será de alrededor de 1°C más alta que durante 1985-2014. Esta realidad implica serias alteraciones en el clima que afectarán a todos los países de la región, siendo el Caribe (incluido Puerto Rico, por supuesto) de las regiones más vulnerables.
No puede haber acción climática sin tener al Caribe en el centro, por eso, en 2022 creamos la Gerencia Regional para el Caribe y esperamos seguir sumando países accionistas.
Debemos hacer una ruta de transformación productiva con mayores oportunidades para los más vulnerables. En ese camino, la reducción de la pobreza y la adaptación al cambio climático deben ser una prioridad. Por ello en CAF estamos comprometidos con ser el banco verde de la región, con la meta de destinar US$ 25.000 millones a financiamiento verde a 2026, lo cual implica un aumento de 24% a 40% del total de aprobaciones.
Además, como lo anunciamos en la COP 28 de Dubái, invertiremos US$ 15.000 millones hasta el 2030 para mejorar la gestión de riesgos ante desastres naturales. También destinaremos US$ 1.250 millones en los próximos cinco años para financiar proyectos que contribuyan a preservar, dinamizar e impulsar los ecosistemas marinos y costeros de América Latina y el Caribe.
P. ¿Cómo avanzan las conversaciones con el gobierno de Costa Rica para materializar el plan de capitalización de CAF, por US$ 300 millones, que le permitiría al país convertirse en miembro pleno del organismo? ¿Cuáles son las ventajas (relación costo-beneficio) concretas de esta capitalización para Costa Rica, tomando en cuenta necesidades apremiantes del país, como seguridad, infraestructura y educación?
R. Actualmente la incorporación de Costa Rica se encuentra avanzando en las debidas instancias del Estado. Nosotros pensamos que la materialización de esta capitalización del país es una gran noticia para CAF y Costa Rica. Recordemos que Costa Rica ingresó a CAF en 2002 y, desde entonces, hemos aprobado financiamiento para proyectos de desarrollo por más de US$ 1.800 millones.
La conversión a miembro pleno le permitirá tener la opción de acceso a un mayor volumen de recursos para desarrollar iniciativas y programas estratégicos para el país.
Es totalmente cierto que la seguridad, la infraestructura y la educación son áreas críticas para la mejora de la calidad de vida no solo de los costarricenses, sino de todos los latinoamericanos y caribeños. CAF puede apoyar al país con acceso a recursos financieros de largo plazo, acompañamiento, mejores prácticas y asistencia técnica para atender las necesidades prioritarias en ese sentido.
Otro aspecto clave es el trabajo de la mano del sector privado. Iniciaremos pronto la acción con CAF-AM, nuestra gestora de fondos de capital, para desarrollar proyectos de infraestructura con financiamiento privado. Hemos tenido muy buenos resultados con esta figura en Colombia y Uruguay, con infraestructura vial y social, y esperamos poder impulsarlo muy pronto en Costa Rica.
Además, en 2023 realizamos nuestra primera emisión de bonos en el país por 53.000 millones de colones, equivalentes a US$ 99 millones. Aquí hubo una inversión destacada por parte de fondos de pensiones y aseguradoras que apostaron a CAF. Nosotros seguiremos apostando a Costa Rica y esperamos convertirnos en un emisor frecuente de ese mercado.
P. En el caso de El Salvador, ¿cuál es la cuota anual que puede dar CAF al país en financiamiento?
R. En menos de dos años como accionista de CAF, hemos apoyado al país en cinco operaciones por casi US$ 500 millones en temas estratégicos e innovadores que beneficiarán la calidad de vida de los salvadoreños.
Por ejemplo, hemos promovido los esfuerzos del sector salud para mitigar los impactos de la pandemia; el equipamiento y capacitación docente en tecnología e innovación para el aprendizaje; agua y saneamiento, manejo de emergencias, e iniciativas para mejorar la productividad y competitividad del país a través de la facilitación del comercio internacional; y la infraestructura de transporte resiliente al cambio climático.
El financiamiento a cada país accionista depende de la sinergia que haya entre las necesidades y las prioridades que defina el país y la estrategia desarrollada con CAF. Periódicamente realizamos reuniones con los equipos de gobierno para revisar las iniciativas que mejoren la calidad de vida de la gente y mejoren la competitividad del país, para determinar cuáles serán las próximas acciones para desarrollar.