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Seúl.— El líder norcoreano, Kim Jong-un, está dispuesto a celebrar una nueva cumbre con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a recibir pronto en Pyongyang al secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, informó ayer el mandatario surcoreano, Moon Jae-in, al regresar a su país tras una cumbre de tres días en Pyongyang.
Durante el encuentro, que concluyó ayer, el líder norcoreano volvió a mostrarse abierto a una desnuclearización. El miércoles, Pompeo saludó los resultados logrados por ambos mandatarios y pidió que el desmantelamiento de las armas nucleares de Corea del Norte se concluya en 2021, que es cuando termina el mandato de Trump.
Moon, por su parte, pidió a Estados Unidos comprensión con la postura de Corea del Norte y “reanudar las conversaciones lo antes posible”.
“Kim expresó su deseo de una completa desnuclearización en un momento temprano y según el desarrollo económico”, dijo el presidente surcoreano al hacer un balance de su viaje, el cual concluyó con un viaje de ambos al Monte Paektu, símbolo de la nación coreana, en una señal de unidad.
Agregó que el próximo lunes, cuando sostendrá un encuentro con Trump en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, entregará al magnate un mensaje privado de Kim y también le transmitirá su deseo de que ambas Coreas concreten una declaración política sobre el fin de la Guerra de Corea (19501953) para fines de este año. Según Moon, este punto es parte de las “medidas correspondientes” a las que Corea del Norte hizo alusión a cambio de desmantelar su principal complejo nuclear, Yongbyon.
La declaración sobre el final de la guerra precedería a un acuerdo de paz que tendría que ser negociado, explicó el surcoreano.
Corea del Norte y del Sur se encuentran todavía oficialmente en guerra, ya que ambas partes sólo acordaron un armisticio, no un tratado de paz. Estados Unidos participó en la guerra coreana luchando del lado de Corea del Sur.
Corea del Norte luchó con ayuda de “voluntarios” de China. Por eso es probable que se sume Beijing. En su primera cumbre, en abril, Kim y Moon ya acordaron impulsar una declaración para poner fin a la guerra con EU e incluso con China.
Negocian buscar a caídos en guerra. Estados Unidos y Corea del Norte están discutiendo la posibilidad de retomar las tareas de búsqueda de soldados caídos en la Guerra de Corea (1950-1953), suspendidas en 2005, en lo que fuentes oficiales describieron como negociación “independiente” de la posible desnuclearización del país asiático.
“El secretario de Estado Pompeo nos autorizó a buscar una comunicación directa con el ejército norcoreano, de manera independiente a las negociaciones sobre la desnuclearización”, explicó ayer el director de la Agencia de Contabilización de Desaparecidos en Combate y Prisioneros de Guerra del Departamento de Defensa (DPAA, por sus siglas en inglés), Kelly McKeague.
El funcionario sostuvo que fue Corea del Norte la que dio el primer paso en julio, cuando hizo llegar a EU una propuesta para iniciar las tareas de recuperación y que, una vez que la DPAA contó con la autorización de Pompeo, se pusieron en contacto de forma “inmediata” con la misión diplomática norcoreana ante la ONU para que ejerciera de interlocutor.
Por el momento, las negociaciones siguen un cauce similar a unas conversaciones con idéntico propósito mantenidas por ambas partes en 2011, cuando se llegó a firmar un memorando de entendimiento, pero que finalmente no se puso en práctica por la decisión del gobierno norcoreano de realizar pruebas nucleares, lo que llevó a la Casa Blanca a cancelar la operación.
“Básicamente, esta ha sido una versión actualizada de la propuesta acordada en 2011”, detalló McKeague.
La iniciativa incluye que EU reembolse a Corea del Norte los gastos en los que incurra durante las labores de recuperación de los restos, una medida que es habitual en este tipo de misiones.
Sin embargo, subrayó, la propuesta inicial de los norcoreanos es “excesiva”, por lo que los estadounidenses están ahora preparando una contraoferta que esperan poder presentar la última semana de octubre, con la esperanza de comenzar las excavaciones el primer semestre de 2019.
De alcanzarse un acuerdo, la DPPA enviará a Corea del Norte equipos de entre 15 y 20 personas, incluyendo antropólogos y expertos en desactivación de explosivos, que junto con soldados norcoreanos realizarán las excavaciones.