Beirut.— Los disturbios que en los dos últimos días han dejado cientos de heridos en la capital de Líbano, tanto manifestantes como efectivos de seguridad, he empañado la revuelta libanesa, que comenzó el pasado 17 de octubre.

Ayer al menos 70 personas resultaron heridas en medio de una nueva jornada de protestas entre inconformes y la policía en las inmediaciones de la sede del Parlamento libanés, en Beriut, según informó la Cruz Roja Libanesa.

Del total, 30 tuvieron que ser trasladados a un centro hospitalario, mientras que las otras 40 recibieron atención de paramédicos en el sitio. La organización de salud subrayó que desplegó un total de 12 equipos en respuesta a los incidentes; anunció también que enviará más personal.

Este saldo se suma al del sábado por la noche, en el que 170 hospitalizados y 140 heridos más resultaron de los enfrentamientos más fuertes desde que inició la protesta social en el Líbano. Las nuevas víctimas elevan a 400 los heridos en tan sólo dos noches de violencia.

Las Fuerzas de Seguridad Interna informaron que 142 de sus elementos sufrieron heridas el sábado, incluidos siete oficiales, y tres casos graves que presentan fracturas.

Según la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), el sábado los manifestantes lanzaron piedras, bengalas y cócteles molotov contra los uniformados, que a su vez emplearon gases lacrimógenos, pelotas de goma y cañones de agua para dispersarlos y evitar que se aproximaran a los accesos del Parlamento.

La ministra de Interior en funciones, Raya al Hasan, afirmó en Twi-tter que mantiene el contacto con el comandante del ejército, Joseph Aoun, quien elogió el trabajo de los cuerpos militares y de seguridad en esta “delicada etapa” y aseguró que “continúa la coordinación para mantener el orden” en las calles.

El primer ministro en funciones de Líbano, Saad Hariri, pidió a los negociadores del nuevo gabinete que aceleren el proceso, en la medida de lo posible, para “calmar la tormenta popular”, tras las grescas.

Asimismo, Hariri instó a los inconformes a que se abstengan también de recurrir a la violencia y se esfuercen por preservar la “dignidad de Beirut (...) Ayer temimos por Beirut, pero como de costumbre hemos cosido nuestras heridas y los manifestantes han limpiado sus rostros de la ira”, escribió el premier en su cuenta de Twitter:

“Le suplicamos a Dios por la recuperación y seguridad de todos los heridos y por salvar a nuestro país de la amenaza de caer en una lucha”.

Hariri pidió a sus compañeros que “dejen de perder el tiempo, formen gobierno y abran la puerta a la llegada de soluciones políticas y económicas”, porque “mantener al ejército y a las fuerzas de seguridad en un estado de confrontación constante hace sino dilatar el problema”.

Ante esta situación, los manifestantes reconocieron que están en una “escalada y ha acabado el movimiento pacífico de hace más de un mes”, aseveró Ali Samadi, estudiante de 25 años.

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