El Ministerio de Salud elevó este lunes a 160 el número de fallecidos como consecuencia de la explosión el pasado día 4 en el puerto de Beirut , mientras que el Ejército encontró cinco nuevos cadáveres sin que las autoridades hayan informado del balance consolidado de víctimas hasta el momento.
Una fuente del Ministerio de Salud indicó que en este momento hay "menos de 20" desaparecidos aunque sigue la búsqueda de cuerpos debajo de los escombros tras la catástrofe que causó además más de 6 mil heridos.
Por su parte, el Ejército libanés anunció en un breve comunicado que equipos de rescate militares de este país, junto a los equipos de búsqueda de Francia y Rusia, rescataron cinco fallecidos más.
Ayer, el jefe del batallón de ingeniería del Ejército libanés, Rojeh Khoury, anunció el final de la primera fase de las labores de búsqueda y rescate, después de tres días de trabajos en los que participaron equipos libaneses e internacionales.
Khoury agregó que no se encontraron supervivientes y que a partir de ese momento "la esperanza de encontrar a personas con vida ha disminuido", pero que continuarían los trabajos para recuperar los cadáveres de debajo de los escombros.
Detalló que los rescatistas turcos, franceses y rusos siguen apoyando a los libaneses en la "zona roja", la más afectada por la explosión, mientras que otros equipos de distintos países se han retirado al dar por concluida su misión.
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La deflagración se originó en un almacén del puerto donde se encontraban casi 3 mil toneladas de nitrato de amonio desde 2014 sin las debidas medidas de seguridad, según han admitido las autoridades, aunque todavía se desconoce qué provocó su detonación.
El gobierno libanés quedó tambaleante este lunes tras la renuncia de cuatro ministros frente a la indignación de la población, que responsabiliza a la clase política por la mortífera explosión en la capital de un país que atraviesa una profunda crisis económica y social.
Casi una semana después de la explosión que provocó al menos 160 muertos y 6 mil heridos , las autoridades libanesas acusadas de corrupción e incompetencia por la ciudadanía aún no respondieron con claridad a la pregunta que se hace todo el mundo: ¿por qué una enorme cantidad de nitrato de amonio se encontraba almacenada en el puerto de la capital libanesa?
Fue un incendio en este depósito donde estaban almacenadas 2 mil 750 toneladas de nitrato de amonio desde hace seis años sin "medidas de precaución", según reconoció el primer ministro Hassan Diab, lo que provocó la explosión.
Sin embargo, el presidente libanés, Michel Aoun, cada vez más criticado, se opone a una investigación internacional y las autoridades no comunicaron los resultados de su investigación.
Dos días después de las tensas manifestaciones del sábado, los ministros de Finanzas, Ghazi Wazni, y de Justicia, Marie-Claude Najm, anunciaron este lunes su dimisión, lo que eleva a cuatro las renuncias de integrantes del ejecutivo después del siniestro.
El domingo ya habían anunciado su marcha del ejecutivo la ministra de Información, Manal Abdel Samad, y el de Medio Ambiente, Damianos Kattar. Nueve diputados también renunciaron a su cargo.
"Las dimisiones de ministros no son suficientes. Deben rendir cuentas", asegura Michelle, una joven manifestante que perdió una amiga por la explosión. "Queremos un tribunal internacional que nos diga los motivos de su muerte, ya que ellos (autoridades libanesas) quieren disimular lo que sucedió".
Según la prensa libanesa, otros ministros también contemplan abandonar el ejecutivo.
Si dimiten hasta siete ministros, esto comportaría la disolución del actual gobierno, pero el primer ministro aseguró que estaba dispuesto a mantenerse dos meses en su cargo hasta la organización de elecciones anticipadas.
En las protestas del fin de semana, reprimidas por las fuerzas de seguridad, los manifestantes clamaban venganza contra una clase política acorralada.
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"Todos quiere decir todos", gritaban los manifestantes que desconfían de la clase política en su conjunto y que no piden la convocatoria de nuevas elecciones en un país en que su sistema electoral y su tradición política comunitaria benefician a los partidos tradicionales, entre ellos el movimiento chiita Hezbolá.
lsm/fml