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El asesinato de Leidy Bacallao, de 17 años, ha conmocionado e indignado a Cuba.
A la crueldad del ataque y los más de 30 años de diferencia entre el presunto asesino y su víctima se suma el hecho de que ocurrió en una comisaría de policía.
Sucedió en la madrugada del sábado en la ciudad de Nuevitas, en la provincia central de Camagüey, a unos 500 km al este de La Habana.
"Un individuo de 50 años de edad, de pésima conducta social y con múltiples antecedentes penales, ultimó con el empleo de armas blancas a su expareja de 17 años de edad, quien buscaba resguardo en la subestación de la Policía Nacional Revolucionaria de la comunidad", menciona el comunicado oficial del Ministerio del Interior, sin aportar más datos.
BBC Mundo habló con el periodista independiente local José Luis Tan, que recabó información de lo sucedido.
La víctima y el presunto asesino, Elesvan Hidalgo, de 50 años, habían mantenido una relación sentimental en el pasado cercano, según indicaron al periodista fuentes cercanas a la familia.
La adolescente se encontraba sobre la medianoche del sábado en una fiesta cuando Hidalgo comenzó a acosarla y amenazarla.
Leidy corrió hacia una estación de policía cercana para pedir ayuda y él la siguió armado con un machete.
Tan asegura que "se sigue sin conocer la descripción exacta de los hechos, pero sí sabemos que el hombre entró en la estación de policía, sacó a la víctima y cometió el feminicidio".
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Ineficiencia policial y violencia machista
"Ya el hecho de que eso suceda en una estación de policía habla de problemas muy graves de actuación policial", declara desde Cuba a BBC Mundo una portavoz de la asociación feminista YoSíTeCreo.
A falta de que se esclarezca lo sucedido, otros activistas e internautas han denunciado la supuesta ineficiencia de la policía a la hora de proteger a la menor y la ausencia de un protocolo para emergencias en este tipo de casos.
En todo caso, el asesinato de Leidy ha puesto el foco sobre la violencia de género y los feminicidios en Cuba.
Solo en lo que va de año, seis mujeres han sido asesinadas y el año pasado la cifra fue de 36, otros 36 en 2021 y 32 en 2020, según datos de YoSíTeCreo que, a falta de estadísticas oficiales, publica sus propias cifras a partir de los registros que logra verificar.
"El número real sabemos que es mucho mayor", explica la portavoz del colectivo feminista.
Asegura que, como las autoridades cubanas no ofrecen información periódica sobre feminicidios, esta asociación tiene que verificar caso por caso y no puede abarcar todos los que ocurren en este país de unos 11 millones de habitantes.
La violencia ya no es invisible
De hecho, hasta hace pocos años el gobierno y los medios oficiales no solían divulgar este tipo de sucesos, que quedaban en completa invisibilidad, fuera del conocimiento de la inmensa mayoría de la población.
Pero la generalización del uso de las redes sociales -especialmente desde que a finales de 2018 comenzó el servicio de internet móvil 3G en el país- hizo imposible ocultar los crímenes de relevancia que se producían en el país.
"Esto se debe a internet y a más activistas y personas sensibilizadas. Las personas que nos dan información son parte vital de esta visibilidad. Se ha roto el silencio de muchas maneras", explica desde el anonimato la representante de YoSíTeCreo.
Por lo general, cuando se produce un feminicidio o un crimen flagrante en Cuba, la información comienza a divulgarse en redes sociales y en canales de prensa independientes o extranjeros. Después el gobierno publica su versión oficial a través de los medios estatales, los únicos permitidos oficialmente en el país.
"No creemos que (los medios estatales) informen sobre ese tema. Han realizado algunos trabajos pero no son constantes ni claros. De hecho, se debaten mucho entre si femicidio o feminicidio o asesinato basado en género y no en buscar cifras o facilitar el debate", critica la portavoz del colectivo.
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Los avances
En todo caso, muchos coinciden en que algo está cambiando en Cuba -un país de arraigadas costumbres machistas según critican activistas e incluso reconocen en ocasiones entidades gubernamentales- en cuanto a la violencia de género.
En septiembre de 2022 se aprobó por referendo el nuevo Código de Familias, que estableció un nuevo marco legal en las relaciones sociales y personales.
Entre otras cosas, este nuevo código abre vías para penalizar a los agresores domésticos en aspectos como la custodia de sus niños, a lo que se suman otras reformas legislativas en favor de la igualdad de género emprendidas por el gobierno desde el año pasado.
Para YosíTeCreo no es suficiente: "Carecemos de protocolos y mecanismos efectivos de prevención en Cuba, porque no accedemos a la justicia. Persisten problemas en el cumplimiento de las órdenes de alejamiento y la recepción de denuncias", denuncia la asociación.
El caso Bécquer
En todo caso, los esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil y medios independientes han logrado resultados impensables hace solo unos años, y no solo hablamos de reformas legislativas.
Un ejemplo significativo y reciente es el caso del trovador Fernando Bécquer.
Varios testimonios publicados en 2021 en el portal independiente "El Estornudo" señalaron a este artista como autor de delitos sexuales contra numerosas mujeres a lo largo de su carrera.
El caso se convirtió en el "Me Too" cubano y Bécquer fue llevado a juicio pese a su notoria afinidad política con el régimen que preside Miguel-Díaz-Canel, algo que muchos creían lo convertía en "intocable".
Demostrados en el juicio los abusos del trovador, en octubre de 2022 fue condenado a 5 años de libertad condicional vigilada.
Pero en los meses siguientes el artista publicó contenidos burlándose de las víctimas y la fuerte presión social llevó a la justicia cubana a reconsiderar su situación penitenciaria.
Ahora cumple el resto de su condena en prisión.
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/mcc