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París.- La promesa de Irán de vengar la muerte del general Qasem Soleimani en un ataque con dron estadounidense puede llevarlo a movilizar a sus aliados en Irak, a acciones en el Golfo de Ormuz o a un ciberataque, entre otras posibles represalias, según analistas.
Tras múltiples incidentes entre Estados Unidos e Irán y la aceleración de la crisis, los expertos no se imaginan la muerte del poderoso general, hombre clave del régimen de Teherán, sin respuesta.
"Hay un amplio espectro de respuestas posibles que no todas implican una acción militar o violenta", matiza Heiko Wimmen, responsable de la organización Crisis Group para Siria, Líbano e Irán.
"Ninguno de los dos bandos quiere la guerra, ninguno de los dos tiene nada que ganar. El peligro es que estén en una colisión frontal, esperando que el otro retroceda. Si ninguno de los dos lo hace, puede terminar en un desastre", afirmó a la AFP.
El estallido del teatro iraquí
Irák, donde la República islámica cuenta con un gran apoyo, debería estar en el centro de las primeras respuestas de Teherán, aunque sólo sea a través de sus milicias, aliados y otros simpatizantes.
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"Irak se convertirá ahora en el primer campo de batalla", estimó Alex Vatanka, experto de Irán en el Middle East Institute de Washington.
"Habrá mucha presión sobre la presencia militar en Irak", opinó, recordando que los estadounidenses perderían mucho estratégicamente si se retiran.
En Bagdad, les comandantes de las facciones pro-Irán ya llamaron a sus combatientes a "estar preparados". El líder chiita Moqtada Sadr reactivó el Ejército de Mehdi, su milicia disuelta hace una década tras haber acosado al ocupante estadounidense en Irak.
Acciones antiestadounidenses son también posibles en Líbano, posiblemente en Yemen o Siria, donde Irán es activo con sus aliados, como los hutíes yemenitas o el Hezbolá libanés.
El petróleo del estrecho de Ormuz
Irán fue acusado muchas veces en 2019 de haber atacado petroleros frente a las costas de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos y de haber confiscado buques marítimos cerca del Estrecho de Ormuz. También se sospecha que está detrás de un espectacular ataque contra dos instalaciones petrolíferas sauditas, que tuvo un enorme impacto.
"Irán ha demostrado que puede atacar instalaciones, bloquear buques. ¿Es posible un bloqueo?", cuestiona Jean-Charles Brisard, presidente del Centro de Análisis del Terrorismo (CAT) en París.
Los países occidentales anunciaron varias operaciones para asegurar el transporte en esta zona ultramilitarizada.
La opción del ciberataque
"Irán (...) intenta dotarse de capacidad cibernética ofensiva que permita ataques contra infraestructuras críticas de Estados Unidos y sus aliados", declaró ante el Senado estadounidense en enero de 2019 Dan Coats, director del National Intelligence, que dirige los servicios de inteligencia estadounidenses.
Los expertos consideran a Irán como uno de los principales actores en la escena cibernética mundial.
"Los iraníes formaron un 'ejército cibernético', un grupo que juró lealtad al guía supremo sin ser una estructura social", explicó a la AFP Loic Guézo, secretario general del Clusif, agrupación de profesionales franceses especialistas en seguridad e información.
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"Sus medios de acción son más bien sobre infraestructuras de tipo industrial, es allí donde dan bastante miedo: una intrusión en los sistemas de producción de energía estadounidense", afirmó.
El asunto nuclear
Desde mayo, Irán ha incumplido varios compromisos del acuerdo de 2015 que garantizaba el carácter pacífico de su programa nuclear, en respuesta al retiro de Estados Unidos del texto en 2018 y el restablecimiento de sanciones estadounidenses que asfixian la economía iraní.
Para el próximo lunes se esperaba un anuncio de Irán de nuevas decisiones sobre el moribundo acuerdo, como la reactivación de instalaciones prohibidas o la superación de nuevos umbrales de enriquecimiento de uranio.
Francia pidió el viernes a Teherán evitar el riesgo de una "grave crisis de proliferación nuclear".
Nadie quiere una guerra frontal
Según Vatanka, Soleimani era una figura importante y "será necesario un discurso de venganza masiva" del régimen iraní. Pero ni Washington ni Teherán desean ir al enfrentamiento mayor, convencional y brutal.
Otras figuras de la revolución han sido abatidos y "nunca fueron verdaderamente vengados", señaló el investigador.
El régimen iraní, ya en gran dificultad en el plano interno, no tiene posibilidad de ganar una guerra de esta magnitud. "No es un régimen suicida", insiste Vatanka.