Bruselas.— El futuro está plagado de incertidumbres y prever lo que ocurrirá en el ámbito de la guerra es aún más difícil, sobre todo porque los conflictos armados están determinados por evoluciones geopolíticas, sociales, tecnológicas, económicas, medioambientales y militares. Sin embargo, la invasión no provocada de Ucrania por parte de Rusia está transformando el carácter de la guerra de una manera que afectará a todas las confrontaciones armadas futuras.
En tanto que el asalto de Israel en Gaza, tratando de exterminar la ideología que representa el movimiento fundamentalista islámico de Hamas, se está convirtiendo en un prisma para descifrar el futuro en el ámbito de las guerras urbanas.
El Mando de Operaciones Estratégicas de la OTAN está convencido de que las futuras guerras implicarán intensos combates urbanos, debido a que las ciudades constituyen centros de riqueza, innovación y progreso, así como representan símbolos de poder político y económico. Además, las zonas urbanas albergarán dos tercios de la población mundial, que para 2050 habrá alcanzado los 10 mil millones de habitantes. Luego de 85 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, que abrió paso a la construcción del orden global actual, el entorno de la seguridad planetaria es uno fragmentado.
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Rusia fracturó el principio básico de la convivencia entre las naciones invadiendo unilateralmente un Estado soberano, al tiempo que hay gobiernos autoritarios empleando una amplia gama de herramientas políticas, económicas y militares tratando de aumentar su influencia y poder global.
A la rivalidad entre potencias se añade el terrorismo que en todas sus formas y manifestaciones representa la mayor amenaza asimétrica para los Estados, así como los grupos armados no estatales, cuyo poder aumenta y trasciende fronteras, como ocurre en el caso de los cárteles mexicanos. Según el último estudio usado como referente para la adaptación de los instrumentos militares de la Alianza Atlántica, y cuyo prefacio fue elaborado por el general responsable de la rama aérea de las Fuerzas Armadas Francesas, el comandante Supremo Aliado para la transformación de la OTAN, Philippe Lavigne, la seguridad internacional se encuentra actualmente frente a dos posibles vías: la cooperación global o la competencia generalizada.
“Los cambios están impulsados principalmente por las crecientes perturbaciones provocadas por el cambio climático, la escasez de recursos, la transformación tecnológica y las evoluciones en el orden internacional (...) Un comportamiento de cooperación en áreas críticas propicia un escenario más favorable, mientras que uno de menor cooperación conduce a más disrupciones y competencia”.
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Para el Mando Estratégico de la OTAN, el primer escenario es improbable, implicaría que Moscú deje de violar la soberanía de Ucrania y renuncie a sus actividades híbridas. Como consecuencia, lo más probable es que la humanidad evolucione por “la vía negativa”, en la que la cooperación será limitada y la competencia omnipresente y generalizada en todos los ámbitos y dimensiones. Este escenario provocará que la transición energética hacia un mundo verde siga siendo desordenada y que las perturbaciones al sistema global continúen siendo ilimitadas, multiplicando los desafíos para los Estados, las sociedades, las instituciones y las normas internacionales.
“Los competidores estratégicos, previniendo un entorno de seguridad degradado, probablemente ampliarán las operaciones para obtener una ventaja estratégica, incluyendo en los dominios no tradicionales y geográficos, como el espacio y el ciberespacio”.
Nada será igual
Luego de la intervención armada injustificada del presidente Vladimir Putin en Ucrania, ningún Estado soberano está exento de una eventual agresión exterior. Donald Trump, como presidente, fue impulsivo en política exterior, al menos preguntó dos veces a su entonces secretario de Defensa sobre la posibilidad de lanzar misiles a México para “destruir laboratorios de drogas” y acabar con los cárteles. Para Trump, la medida se justifica porque las autoridades mexicanas “no están a cargo de su propio país”. El Institute for the Study of War (ISW), prestigioso centro de investigación con sede en Washington, afirma que la guerra de Ucrania está transformando el carácter de la guerra de un modo que afectará a todos los conflictos en los años por venir.
De acuerdo con la investigación en la que participan expertos como Frederick Kagan, profesor de historia militar, y Kimberly Kagan, presidenta del ISW, la guerra de Putin se ha convertido en la primera que es testigo de varios fenómenos tecnológicos que sin duda caracterizarán las próximas guerras. Los sistemas de defensa antiaérea son usados por vez primera para repeler masivos y repetidos ataques con sistemas aéreos no tripulados; y el reconocimiento de posiciones rivales por medio de drones se ha convertido en el método previo al uso de artillería.
Las actividades de la 68th Separate Airborne Brigade de Ucrania, que participa en la defensa de la ciudad de Pokrovsk, ofrece una clara ilustración de la metodología. Desde su posición vuela un dron para identificar movimientos de infantería rusa. Posteriormente, un proyectil sale de un mortero dirigido a las coordenadas fijadas por el dron. Así sucesivamente frente a las interminables olas de soldados rusos.
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“El moderno campo de batalla en Ucrania es excepcionalmente mortífero, con limitada capacidad para ocultarse. En todo momento, decenas de vehículos aéreos no tripulados cubren el cielo con eficaces capacidades de reconocimiento y puntería”. Nunca antes la guerra electrónica había evolucionado con tanta rapidez. Hay bloqueo a gran escala del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) y empleo de herramientas que ayudan a interferir el enlace de comunicaciones entre los drones y sus operadores.
También se están usando drones navales de control remoto para destruir posiciones en puertos y en el mar, así como aviones no tripulados y misiles de crucero para degradar cada una de las capas que componen los sistemas de defensa antiaérea.
“Estos fenómenos tecnológicos son sólo las características más destacadas del conflicto actual, que probablemente serán fundamentales en cualquier guerra de gran envergadura que se produzca en el futuro. Hay muchos otros ejemplos de sistemas y técnicas contemporáneas usadas por primera vez a gran escala contra un adversario con capacidades similares”. Otra enseñanza que deja la confrontación bélica, es que las guerras a gran escala no podrán resolverse en una sola campaña decisiva. Tampoco su resultado será concluyente al previsto al inicio. Putin equivocadamente pensó que sus tropas marcharían sin oposición rumbo a Kiev y Ucrania se rendiría en cuestión de días, como lo hizo Georgia en 2008.
La incursión armada de Israel en la Franja de Gaza también ofrece oportunidades de aprendizaje táctico para los ejércitos de las naciones que hoy se encuentran en paz.
Los estudiosos afirman que para ver el futuro de la guerra urbana hay que mirar lo que está ocurriendo en Gaza, como en su momento ocurrió en Irak y posteriormente en Siria.
Si bien cada batalla urbana es única, al estar determinada por el paisaje urbano, las dimensiones del terreno y el tamaño de la población, en el caso del conflicto desencadenado por el mortífero asalto terrorista de Hamas en territorio israelí, existe como componente adicional y sin precedentes la toma de rehenes, aproximadamente 116 hasta el pasado 12 de julio.
Según Jack Watling y Nick Reynolds, expertos del Royal United Services Institute for Defence and Security Studies (RUSI), se pueden sustraer lecciones tácticas operacionales tanto de Hamas como de Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y que en un futuro podrían ser usadas en una eventual confrontación armada entre la OTAN y Rusia.
“Para el ejército británico, que debe estar preparado para luchar contra Rusia para contribuir eficazmente a la posición disuasoria de la OTAN, las capacidades deben estar orientadas a maximizar los efectos sin concentrar fuerzas. Para ello, los niveles de dispersión de las compañías mixtas israelíes armadas con aviones no tripulares y ATGM (misil contra blindados) pueden ser muy instructivos para el blindaje eficaz en el terreno urbano”, indican.
Hamas, para evitar la aniquilación de sus 40 mil combatientes en ataques aéreos, rara vez concentra más de cinco personas en una unidad. “Para el ejército británico, en algunos aspectos, es más útil considerar la posición de Hamas”.
Entre otras lecciones, destaca la importancia de mantener la capacidad de fuego, el desarrollo de sistemas de defensa aérea para mantener posiciones en el espacio urbano y el acceso a planos impresos en papel para neutralizar el dominio rival del espectro electromagnético, como ocurre en el caso de Israel en Gaza.