Miami.— El pasado 10 de septiembre se llevó a cabo el esperado debate presidencial entre el exmandatario republicano Donald Trump y la vicepresidenta demócrata Kamala Harris. Entre los temas de mayor impacto discutidos en este debate sobresalen la economía, la criminalidad, el aborto y la migración. En uno tras otro, Trump se encargó de decir mentiras que los datos refutan.
Aborto
Durante el debate, Donald Trump destacó repetidamente su papel en la anulación de Roe vs. Wade, atribuyéndose el mérito por haber nominado a los jueces conservadores que resultaron fundamentales para el fallo de la Corte Suprema en 2022, que eliminó las protecciones federales al derecho al aborto. Trump defendió la decisión de la Corte Suprema, argumentando que el tema del aborto debería ser regulado a nivel estatal.
En un momento del debate, Trump dijo que algunos estados demócratas permiten “abortos incluso después del nacimiento”, lo que describió como “ejecuciones”, o en el noveno mes de embarazo.
Harris condenó dichas afirmaciones calificándolas de “falsas y extremas”. La candidata demócrata señaló que “ninguna mujer lleva un embarazo a término para luego pedir un aborto”.
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En cifras, según los Centros para Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en 2021, 93.5% de los abortos en Estados Unidos se realizaron antes de las 13 semanas de gestación, y sólo 0.9% ocurrieron después de las 21 semanas. Estos datos refutan las afirmaciones de Trump sobre el aborto tardío y muestran que la gran mayoría de los abortos ocurren en las primeras etapas del embarazo. “Lo cierto es que esta temeraria afirmación de Trump se va a quedar en el imaginario de los votantes por mucho tiempo sabiendo que no sólo fue una terrible exageración, sino una terrible mentira”, subraya el analista Pablo Salas.
Criminalidad contra inmigración
El debate también puso de relieve la criminalidad, especialmente en relación con la inmigración y la frontera sur. Trump argumentó que la inmigración indocumentada ha contribuido a un aumento de la criminalidad en toda la Unión Americana, describiendo a los inmigrantes como portadores de drogas y delincuencia. Insistió en que su política de deportaciones masivas y construcción del muro fronterizo eran soluciones necesarias para detener la entrada de criminales.
Incluso acusó falsamente a los migrantes de comerse a las mascotas de los estadounidenses, algo fuera de todo fundamento.
La realidad muestra una realidad distinta de la que maneja Trump. “Hay numerosos estudios que demuestran que los inmigrantes, tanto documentados como indocumentados, son menos propensos a cometer crímenes que los ciudadanos nacidos en Estados Unidos”, comenta Salas. Como ejemplo están las ciudades fronterizas, a menudo percibidas como focos de delincuencia, pero que en los hechos tienen tasas de criminalidad más bajas en comparación con otras áreas urbanas. Un ejemplo es El Paso, Texas, que ha sido consistentemente una de las ciudades más seguras de la Unión Americana de acuerdo con informes de diversas ONG.
En un informe publicado en junio, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) indicó que el crimen violento se redujo 15.25% en el trimestre entre enero y marzo de este año, en comparación con el mismo periodo el año anterior.
En cambio, en 2022, los arrestos en la frontera sur de EU superaron los 2 millones; una cifra récord que ha sido utilizada por la oposición republicana para atacar las políticas migratorias del presidente Joe Biden y de Kamala Harris.
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Economía
La inflación fue un punto central de ataque para Trump, quien culpó a la política de gasto de Biden de la peor crisis inflacionaria en décadas y habló de lo genial que era la economía con él. Lo cierto es que si bien al principio de su administración la economía registró un fuerte crecimiento, en 2020 cayó 3.5% debido a la pandemia de Covid-19. Biden asumió la presidencia en medio de esta recesión. Para 2022, el desempleo volvió a situarse en 3.5%. Sin embargo, la inflación, situada en 2022 en un máximo de 9.1%, ha sido un problema constante.