San José.— Aquella enfermedad infecciosa aguda transmitida por un virus que surgió a finales de 2019 en China y se propagó por Europa y Estados Unidos, con fiebre, severa dificultad respiratoria y dolor corporal generalizado, nunca inquietó al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Al minimizar la más grave amenaza a la salud mundial en el siglo XXI, el gobernante del país que, el 25 de febrero, confirmó el primer caso de coronavirus en América Latina y el Caribe, narró: “Es una gripecita”.

El saldo de la “gripecita” surgió demoledor: 302 días después de que detectó el primer enfermo de la pandemia, Brasil se consolidó ayer como la tercera nación con más contagios en el mundo, con 7 millones 263 mil 619 y 187 mil 291 decesos...

Uno de los contaminados en julio fue el presidente. Sin mascarilla y sin acatar la bioseguridad, como portador del padecimiento, salió a pasear en motocicleta en Brasilia. El virus es como la lluvia, porque “le va a caer a todo el mundo”, dijo el gobernante la semana anterior, al anunciar que se negará a aplicarse una vacuna para protegerse del Covid-19 y replicar su rechazo a pedir aislamiento social, restricción vehicular y cierre comercial para contener la propagación...

“Bolsonaro es un presidente tan tan ruin que está consiguiendo con su negacionismo mejorar la imagen” de expresidentes de Brasil, como José Sarney (1985-1990) y Michel Temer (2016-2018), que aceptaron vacunarse, tuiteó el brasileño George Marques, analista y especialista en comunicación política y pública y estudioso de las controversias del poder en esa nación. “Lo lejos que hemos llegado”...

La decisión de Bolsonaro de restar importancia a la emergencia contrastó con la cautela de Uruguay, su vecino al sur: sin adoptar acciones extremas, los uruguayos mantuvieron controlados la transmisión del Covid-19 de febrero a octubre...

De 847 pacientes y 23 muertos al 13 de junio, Uruguay pasó a 872 enfermos y 25 fallecidos al 22 de ese mes. Al 1 de noviembre, el país sumó 58 difuntos y 92 al 14 de diciembre, en un recuento que se disparó al 18 de este mes, con 11 mil 436 infectados y 105 muertos, y ayer llegó a 13 mil 477 con 199 que perecieron.

Los datos de Brasil y Uruguay fueron recopilados por la Universidad Johns Hopkins... La situación en ambos países reflejó la profunda inquietud que proliferó a finales de 2020 en todas las naciones latinoamericanas y caribeñas. La realidad es que el coronavirus siguió avanzando y nunca dio tregua a la zona y los datos de la Universidad acerca del impacto en los 33 países latinoamericanos y caribeños son reveladores. De un millón 558 mil 369 enfermos y 76 mil 556 muertos al 13 de junio se aumentó a 2 millones 57 mil 338 pacientes y 95 mil 668 decesos al 22 de ese mes, según la Universidad.

Para el 18 de este mes, la cifra de ese centro creció a 13 millones 120 mil 392 contagios y 479 mil 909 que perecieron y, para ayer, subió a 14 millones 610 mil 683 infectados y 632 mil 841 que fallecieron a 2 mil 95,5 al día.

El promedio cada 24 horas en 110 días del 25 de febrero al 13 de junio fue de 695,96.

Brasil y San Cristóbal y Nieves ocuparon sitios opuestos. Brasil se ubicó en el tercer lugar mundial y en el primero en América Latina y el Caribe. En el último del hemisferio occidental, con 30 casos y ningún difunto, siguieron San Cristóbal y Nieves, el dúo de islas que forma el país más pequeño de América en tamaño y en población, y está ubicado en el sector oriental de la cuenca del mar Caribe.

Por el inminente colapso hospitalario ante la saturación de las unidades de cuidados intensivos y los riesgos por las aglomeraciones en los festejos navideños y de fin de 2020 e inicio de 2021, los gobiernos del área quedaron obligados a ordenar nuevos y rigurosos planes de prevención.

Un bloque de sindicatos costarricenses de salud pidió ayer al gobierno de Costa Rica ordenar el “confinamiento inmediato” de la población, “a partir de este momento y hasta el Año Nuevo, para darle un respiro a la agotada red hospitalaria y su personal.

“Hacemos (…) un vehemente llamado para que tome las medidas extraordinarias ante la gravedad de la crisis sanitaria que enfrentamos. No basta con decir que ‘el virus no entiende’, hay que afrontar con valentía el caos y poner orden en nuestras calles y hogares”, adujeron...

Con distinta intensidad... en varias partes de la región se debió volver en noviembre o diciembre a protocolos de urgencia del inicio del conflicto, como toque de queda... cuarentena o confinamiento prolongado.

Sin descartar que otros países adoptarán limitaciones similares, gobiernos nacionales o locales de Uruguay, Panamá, Ecuador, Perú, Chile, Colombia, Honduras, República Dominicana y Brasil dictaron nuevas y estrictas restricciones por la… “gripecita”.

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