Los casos de la demanda de las cuatro niñas víctimas de violencia sexual y de maternidad forzada no son ajenos a la realidad colombiana. Los delitos sexuales en el país se han mantenido por encima de los 21.000 anuales en los últimos 10 años, y en 2018, tuvieron una cifra récord de 26.059.

Y las denuncias no solo han crecido sino que tienen niveles alarmantes. En 2018, la cifra de denuncias fue de 22.788; es decir que cada día 62 niños y jóvenes entre 0 y 17 años fueron abusados. Las niñas llevaron la peor parte: representan cerca del 85,5 por ciento de las denuncias (22.304).

Entre enero y abril de 2019, ya van 7.141 casos de violencia sexual contra menores, siendo los niños entre los 0 y 4 años los más afectados, según datos preliminares de Medicina Legal. Y preocupa que más del 80 por ciento de los casos quedan en la impunidad.

“El abuso de menores es un problema grave, sistemático y estructural. Deriva, por ejemplo, en aislamiento de las niñas, perpetuidad del círculo de violencia, abandono de la escuela e ingreso a trabajos precarios. Eso sin contar las consecuencias psicológicas y físicas, la mortalidad materna, nacimiento de niños prematuros o en condiciones de salud difíciles”, dice Susana Chávez, secretaria ejecutiva del Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro (Clacai).

Pero, además, el patrón de violencia empieza con el círculo más cercano. En Colombia, en 2018, 9.923 niñas menores de 14 años fueron abusadas por sus abuelos, tíos, padres, padrastros, primos o hermanos. Los otros agresores eran miembros de sistemas cercanos (iglesia, colegios, amigos).

Colombia cuenta con los Planes de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía (PESCC), que son lineamientos específicos del Ministerio de Educación, y con la ley 1620 para los derechos sexuales y reproductivos en instituciones educativas. Sin embargo, aunque la normativa es obligatoria, cada colegio lo interpreta a su modo o simplemente lo ignora.

El promedio latinoamericano en embarazo adolescente, una de las consecuencias de los abusos sexuales, es de 74 jóvenes en embarazo por cada 1.000 niñas entre 15 y 19 años. Colombia tiene una tasa de 75, muy por encima de Brasil (62), Argentina (65) y Chile (41), pero por debajo de Ecuador (111) y Venezuela (96).

La Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2018, de Profamilia, muestra que la cifra de mujeres entre 15 y 19 años que son madres o han estado embarazadas aún es alta (17,4 por ciento), que 1.900 adolescentes y jóvenes mueren cada año durante el embarazo, parto y posparto, y que el 48 por ciento de las jóvenes en embarazo solo cursó la primaria.

Según el Dane, entre enero de 2018 y marzo de 2019, 310.746 mujeres de 10 a 54 años han sido madres; de ellas, 2.562 son niñas entre 10 a 14 años (0,82 %) y 58.869, entre 15 y 19 años (18, 9 %).

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