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Este 20 de enero falleció la senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba. Por ahora lo que se sabe es que llegó sin vida a la clínica Los Conquistadores de Medellín y al parecer, habría sufrido un infarto.
Córdoba fue una de las protagonistas más polémicas de la política colombiana de las últimas cuatro décadas. Varios sectores, por otro lado, reconocen su labor por gestiones para la paz de Colombia. El presidente Petro, quien lamentó su muerte, señaló que luchó "por una sociedad más democrática".
"Piedad Córdoba fue una mujer golpeada por un época y una sociedad. Luchó toda su vida madura por una sociedad más democrática. Su cuerpo y su mente no resistieron la presión de una sociedad anacrónica, que aplaudía los ajustamientos de jóvenes, que odiaba el dialogo y la paz, que odiaba a los negros, a los indígenas y a los pobres, que la trataba como una criminal", dijo el primer mandatario. La vicepresidenta Francia Márquez, por otro lado, la describió como "una mujer que abrió las puertas de la política colombiana a las mujeres afrodescendientes y que luchó de manera incansable por la paz y la justicia social en nuestro país".
La vida de Córdoba, sin embargo, estuvo marcada por las polémicas y duros cuestionamientos. Fue defensora a ultranza de Ernesto Samper durante el proceso 8 mil, de quien siguió siendo muy cercana hasta hoy.
Hoy, la Corte Suprema llevaba varios procesos en su contra relacionados con el supuesto ingreso de platas del régimen de Nicolás Maduro a sus cuentas, pero a lo largo de su carrera fue larga la lista de denuncias en su contra. El caso más sonado fue el proceso que cerró la Corte Suprema de Justicia hace más de 15 años por sus supuestos nexos con el ala más radical de las antiguas FARC, un fantasma que no tuvo finalmente consecuencias penales para ella, pero que siempre la persiguió. Era el caso de alias Teodora, la mujer que, según información de los computadores de 'Raúl Reyes', se movía entre el mundo de la política colombiana, el Palacio de Mirafores en Caracas y los campamentos de las FARC en la peor época de los secuestros de esa guerrilla. Según los organismos de inteligencia y otras autoridades colombianas, de la comparación entre la información de los correos secretos de las FARC, los movimientos públicos de la senadora Córdoba y la situación de los secuestrados, señalaba que en realidad Teodora Bolívar era, presuntamente, Piedad Córdoba Ruiz.
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Las raices de Piedad Córdoba
Un perfil, publicado en el 2009 por este diario, relataba que los rasgos de su polémica y sobresaliente personalidad, su estilo personal, y hasta su perfil político, son fruto de la simbiosis entre lo antioqueño y lo chocoano. Hija de Zabulón Córdoba y de la soprano Lía Ruiz -él chocoano, y ella antioqueña- hizo parte de una familia con 'vena política', heredada, principalmente, de su tío Diego Luis Córdoba, uno de los primeros chocoanos en estudiar derecho y representar a su departamento en el Congreso. Madre de cuatro hijos, Piedad fue egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana y tuvo especializaciones en Opinión Pública y Mercadeo de la Universidad Javeriana, y en Derecho Organizacional y de Familia de la Universidad Pontificia Bolivariana.
La fallecida senadora siempre enfatizó en que en sus primeros años sufrió la discriminación en carne propia. Aprendió a leer a los cuatro años junto a su abuela Eumelia, una educadora que trabajaba con las comunidades de los barrios y le inculcó el amor por el servicio a las personas menos favorecidas. Su carrera política comenzó, de manera formal, cuando ingresó al liberalismo atraída por las ideas de William Jaramillo Gómez, un reconocido dirigente defensor de las ideas liberales de izquierda que llegó a ser Alcalde de Medellín, senador y ministro. Desde su adolescencia, se vinculó al trabajo social y político con las comunidades marginadas de Medellín. En nombre de Jaramillo, fue tesorera del municipio, secretaria general de la alcaldía de Medellín, contralora auxiliar, concejal y diputada. Posteriormente, y luego de que él anunciara que no estaba interesado en ser reelegido como senador, Piedad alcanzó una curul en la Cámara de Representantes durante el periodo 1992 - 1994.
Al poco tiempo de llegar al Legislativo se convirtió en centro de atención. Sus posturas políticas, marcadas por la defensa de la mujer, las minorías étnicas y los derechos humanos, la llevaron a dar un paso al Senado para el siguiente periodo 1994 -1998. En agosto de 1998 viajó a Europa para gestionar, junto con el senador Javier Cáceres, la liberación del senador Carlos Espinosa, secuestrado por el Eln. Durante su segundo periodo como senadora, Piedad empezó a hacer especial énfasis en el tema de la solución del conflicto armado colombiano por la vía de la negociación. Sus pronunciamientos sobre el particular le valieron amenazas de grupos de autodefensa. De hecho, el 21 de mayo de 1999, hombres del entonces líder paramilitar Carlos Castaño la secuestraron. Permaneció en cautiverio varias semanas. Tras regresar a la libertad, Piedad se exilió junto con su familia durante un tiempo en Canadá. Meses después, a su regreso al país, fue víctima de dos atentados de los que salió ilesa. La vida volvió a poner a Córdoba en el Congreso de la República en el actual Legislativo. El presidente Gustavo Petro, en su mensaje en el que lamentó su muerte, manifestó que "un procurador fascista la expulsó del senado y se burló de sus electores, quise resarcir el daño y ayudé a que hiciera parte de la lista del Pacto Histórico, sentí que lo merecía".
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