Miami.— El viernes 16 de agosto, Kamala Harris, virtual candidata presidencial del Partido Demócrata en Estados Unidos, pronunció su primer discurso oficial sobre su visión de la economía, los retos financieros que enfrenta el país y propuso soluciones que buscan beneficiar a la clase media y a los más desfavorecidos. Sin embargo, su enfoque, centrado en un tipo de control de precios, desató críticas no sólo de los republicanos, sino de los mismos demócratas.
Aunque la tasa de desempleo en la Unión Americana sigue en niveles históricamente bajos, manteniéndose alrededor de 4.3%, “los votantes estadounidenses no se están fijando en esa estadística”, aseguró a EL UNIVERSAL el economista Iván Jiménez desde Florida; “la inflación está pesando más. La baja en el desempleo ha sido un punto fuerte para la administración de Joe Biden, pero no le está sirviendo mucho a la candidata Harris”.
La inflación sigue siendo una preocupación, pero ha habido señales de desaceleración en comparación con los picos de 2023. La administración ha destacado su capacidad para gestionar un “aterrizaje suave”. “Lo que han estado tratando de evitar es una recesión grave mientras se combate la inflación; recordemos que es muy probable que muy pronto la Reserva Federal comience a bajar las tasas de interés”, comenta Jiménez.
Los precios altos siguen afectando a los consumidores, especialmente en alimentos, vivienda y energía. Esto genera insatisfacción entre los votantes, quienes se sienten asfixiados por el costo de vida.
Consciente de ello, Harris se comprometió a implementar lo que llamó una “economía de oportunidades”, enfocada en reducir el costo de vida y aliviar la presión financiera sobre las familias trabajadoras. “Es inaceptable que las familias trabajadoras paguen el precio de la codicia corporativa”, afirmó, subrayando la necesidad de intervenir en el mercado para frenar lo que describió como el “aumento injustificado de precios” de alimentos, medicinas y viviendas. Una de sus principales propuestas fue la cancelación de la deuda médica, una medida que, según ella, aliviaría a millones de estadounidenses atrapados en el ciclo de la deuda debido a gastos médicos inesperados. “Ningún estadounidense debería arruinarse por tener que pagar una factura médica”, declaró con firmeza.
Otra propuesta importante fue su plan para expandir los créditos fiscales para las familias trabajadoras, al asegurar que “más dinero quede en los bolsillos de quienes realmente lo necesitan”. Harris también se comprometió a abordar la crisis de la vivienda mediante la construcción de más viviendas asequibles y la expansión de programas de asistencia para el alquiler y compra de casas y departamentos. “El sueño americano de tener una casa propia está fuera del alcance para demasiados”, afirmó Harris, subrayando la urgencia de esta problemática.
Sin embargo, las propuestas de Harris, en particular la de “intervenir” para evitar el aumento de precios, desataron las alarmas.
“Kamala Harris quiere transformar a EU en un Estado socialista, donde el gobierno controle cada aspecto de nuestras vidas”, declaró el candidato presidencial republicano, Donald Trump, en un mitin reciente. “Sus políticas llevarán a una inflación descontrolada, pérdida de empleos y un desastre económico sin precedentes”. Y la llamó “camarada Kamala”, al tiempo de señalarla como “totalmente comunista”.
Mitch McConnell, líder republicano en el Senado, advirtió que las políticas propuestas por Harris sólo servirían para “profundizar el déficit y ahogar el crecimiento económico” al aumentar innecesariamente la burocracia gubernamental. “La intervención del gobierno en los precios es un camino hacia el fracaso”, insistió.
Las críticas y la preocupación no vinieron sólo de los republicanos. Demócratas advirtieron de los riesgos de un Estado cada vez más interventor y de lo difícil que sería sosostener las medidas con el tiempo. “Apoyo el alivio de la deuda médica, pero debemos ser realistas sobre cómo financiamos estas iniciativas”, dijo el senador Joe Manchin. “No podemos simplemente prometer gastar sin tener un plan claro de dónde provendrá el dinero. Estas políticas deben ser sostenibles, y me temo que algunas de estas propuestas no lo son”.
William Owen, miembro del Comité Nacional Demócrata, manifestó su preocupación por la inestabilidad económica, especialmente tras una caída en el mercado, señalando que la percepción pública de una posible recesión podría afectar negativamente la campaña de Harris.
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¿Qué dicen los expertos?
Larry Kudlow, exasesor económico de Trump y ahora comentarista en Fox Business, fue otro de los críticos más duros. “El plan económico de Harris es una receta para el desastre. La idea de cancelar la deuda médica y controlar los precios es populismo puro y simple, sin ninguna consideración de cómo funcionará en la práctica. Esto sólo llevará a más inflación y estancamiento económico”.
El economista Jason Furman, quien fuera asesor de Barack Obama, criticó el plan de Harris, diciendo que “no es una política sensata”. The Wall Street Journal describió en un editorial la agenda económica de Harris como “un claro ejemplo de populismo económico que ignora las realidades del mercado”. El diario alegó que las propuestas de Kamala podrían aumentar la deuda nacional y desalentar la inversión privada, lo que a largo plazo podría tener un impacto negativo en la economía.
Expertos de CNN subrayaron que si bien los empresarios no son santos y verán siempre por sus intereses, la propuesta de Harris olvida un factor clave: la demanda, sin la cual, las empresas no podrían elevar sus precios. “La oferta y la demanda fijan los precios, no sólo las empresas”, explicaron. Y con la inflación que parece ir a la baja, los ataques contra la inflación y los precios abusivos, aunque quizá sean una buena política, pueden ser una mala política y crear “más problemas de los que resuelve”, dijeron economistas a CNN, alertando que este tipo de planes pueden “volverse en contra” de Harris.
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