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Cuando las parejas estadounidenses quieren adoptar un bebé, a menudo publican anuncios online y buscan en las redes sociales a mujeres embarazadas de un hijo no deseado.
Eso a veces funciona, pero hay riesgos. Una joven pasó tiempo engañando a innumerables parejas, solo por diversión. Lo hizo robando la identidad en Instagram de una mujer embarazada.
Es febrero de 2019. Estamos en medio de uno de los inviernos más fríos de Michigan de la historia reciente. El cielo gris amenaza nieve.
Samantha Stewart, de 33 años, está en pijama en su casa en Wixom, a las afueras de Detroit, haciendo las tareas de casa. Es domingo por la mañana.
La cesta de la ropa por lavar está llena, hay que limpiar y sacar al perro.
Un poco después de las 11:00 de la mañana recibe un mensaje directo en Instagram.
Quien le escribe es @ashleymamabear2019.
No conoce a nadie con ese nombre, pero acepta el mensaje y comienza a leer: "¿Aún estáis buscando adoptar?".
Esas son las primeras palabras que recibe.
Han pasado seis años desde que Samantha se enfrentó a una histerectomía, una operación quirúrgica que consiste en extirpar el útero total o parcialmente.
A lo largo de 20 años, esta mujer se sometió a una serie de operaciones en un intento de controlar su endometriosis, un trastorno del tejido que reviste el útero (endometrio).
En algunas pacientes puede provocar un dolor paralizante.
Pero los sucesivos pasos por el quirófano no funcionaron y para cuando cumplió 27 años había quedado claro que perdería el útero y, con eso, la posibilidad de tener un hijo propio.
A Samantha le llevó tiempo recuperarse del estrés y la angustia.
Aunque anhelaba formar una familia, solo a finales del año pasado, ella y su esposo, Dave, se sintieron preparados para contactar a una agencia y comenzar el laborioso proceso de adopción de un niño.
Pasaron un estudio de su hogar, una evaluación de su idoneidad para ser padres y se sometieron a cursos de capacitación.
Después abrieron una cuenta de Instagram, @findingbabystewart (buscando al bebé Stewart).
Cuando recibió ese mensaje de @ashleymamabear2019, Sam se puso a leer otras cosas que había publicado esa cuenta de Instagram.
Ashley es una adolescente de 16 años, de un pequeño pueblo a las afueras de Atlanta, en el estado de Georgia.
Entre sus fotos hay una en la que se la ve posando en el espejo, hay notas de amor para su novio Chris y selfies con filtros de Snapchat.
Su cabello es liso y de color rubio miel.
Fotos embarazada
Pero hay una cosa que los distingue de miles de otras parejas adolescentes estadounidenses: las fotos ocasionales del cuerpo de Ashley, su rostro radiante cuando Chris coloca su mano contra su vientre redondo.
Este es el bebé que Ashley quiere dar en adopción.
Las dos mujeres comienzan a intercambiar mensajes.
Samantha llama emocionada a su esposo y a sus padres.
No se preguntan por qué se ven tan felices a esta pareja con su embarazo, teniendo en cuenta que es un bebé no es deseado. Son jóvenes, piensa.
"¿Estáis hablando con otras familias adoptivas?", pregunta Sam.
"Solo tengo miedo de que me lastimen. Tengo tantas ganas de ser madre".
"No", responde la cuenta de Ashley.
Minutos después, Sam contesta: "Estoy llorando".
La vida de Ashley había sido desgarradora. Sus padres eran violentos, su madre se suicidó. Fue violada por su hermano a la edad de 14 años y quedó embarazada.
Dio a luz a un bebé prematuro, una niña que fue dada en adopción.
Los padres adoptivos decidieron excluir a Ashley de la vida de la niña, impidiéndole ver a su hija. Es difícil encontrar una historia más sombría.
Los mensajes son constantes.
A veces, es Chris, el novio, quien envía los mensajes de texto porque Ashley se siente mal.
Cuando hablan por teléfono, Samantha se da cuenta de que la conversación de Ashley es inmadura, inventa excusas y cuelga después de media hora de charla.
Se intercambian mensajes de texto sobre los planes de adopción hasta altas horas de la noche.
La temperatura ahora ha bajado a -5 °C y nieva ligeramente. Samantha está agotada.
Se va a cenar, por lo que cortará la comunicación durante unas horas. Así que envía los detalles de su agencia de adopción.
Pero de repente, Ashley se pone violenta. Le dice a Samantha que sería una mala madre. Sorprendida y dolida, deja de responder.
La adrenalina que la ha mantenido en marcha todo el día se desvanece repentinamente y se hunde en el sofá.
"Fue simplemente devastador. No hay otra forma de describirlo", dice más tarde, recordando este momento.
Samantha supone que nunca más volverá a saber de Ashley.
Ella y Dave consideran eliminar la cuenta de Instagram. Comienzan a sentir que adoptar un bebé llevará mucho, mucho tiempo.
Luego, exactamente un mes después, cuando empiezan a derretirse la nieve de las calles, llega un mensaje.
Ashley le dice a Sam que el bebé nació prematuro, a las 31 semanas.
Exasperada, Sam le dice a Ashley que se comunique a través de su agencia de adopción o que la deje en paz: "Que te vaya todo bien, pero no me contactes".
Sin embargo, Ashley solo necesita 14 mensajes para persuadir a Sam de que realmente el bebé prematuro está esperando que la adopte.
Le da el nombre del centro médico donde dio a luz y Sam y Dave se preparan para tomar un vuelo que los lleve allí.
Mentiras y desaparición
Ashley les envía una fotografía de ella abrazando a un bebé prematuro, envuelto en una toalla blanca, con cables que salen de su pequeño cuerpo.
En el mensaje se puede leer: "Ella es tuya".
"¡Oh! No puedo esperar para conocerla", responde Sam.
"¡No puedo esperar para malcriar a esa linda bebé!".
Después de tres días de mensajes frenéticos, Ashley bloquea a Sam en Instagram.
Cuando Sam la llama por teléfono, Ashley no contesta. No hay ninguna explicación, solo silencio.
Angustiada, frenética, pero sintiendo que a Ashley le encantaba atormentarla, Sam publica un dibujo de un corazón roto en Instagram.
"No piden dinero, no piden cosas materiales como hacen muchas estafas", escribe.
"Quieren tu tiempo, que inviertas emocionalmente en ellos y, francamente, alguien con quien hablar mientras te prometen lo que estás desesperado por encontrar: tu futuro hijo", escribe en el pie de foto.
"Hay que hablar más de esto".
Los comentarios comienzan a llegar.
Sam no es la única a quien Ashley ha engañado.
En muchos países, las redes sociales serían el último lugar donde cualquiera buscaría un bebé para adoptar.
Sin embargo, en Estados Unidos, la mayoría de los estados permiten lo que se conoce como adopción privada, donde las parejas que esperan adoptar y las madres biológicas pueden acordar el proceso de manera independiente.
El acuerdo se formaliza a través de un abogado o una agencia de adopción.
Larga lista de espera
Cuando Sam y Dave se inscribieron por primera vez en su agencia de adopción, se situaron en el número 21 en la lista de futuros padres adoptivos.
La agencia les advirtió que iba a ser una larga espera y les comentó que podrían obtener resultados más rápidos si publicaban su búsqueda en internet.
Las mujeres embarazadas que no quieren quedarse con su hijo tienen la misma opción: inscribirse en una agencia de adopción o buscar padres adoptivos online.
Aparentemente, muchos sienten que al tener un contacto directo con los futuros padres tienen más control sobre el proceso.
Al momento de escribir este artículo, #hopingtoadopt(con esperanza de adoptar) es una etiqueta usada 44.892 veces en Instagram y #waitingtoadopt (esperando adoptar) se menciona 18.844 veces
Y #hopefuladoptiveparents (padres adoptivos llenos de esperanza) tiene 10.758 menciones.
Sin embargo, no hay suficientes bebés para todos, muchos de estos miles de padres esperanzados se verán decepcionados.
El problema ha empeorado desde que países que alguna vez permitían adopciones internacionales, como Rusia, China y Guatemala, dejaron de hacerlo.
"La mayoría de los países han dejado de permitir la adopción a nivel internacional, por lo que los números brutos se han desplomado en los últimos 10 a 15 años", dice Adam Pertman, presidente del Centro Nacional de Adopción y Permanencia.
Los embarazos no planificados también se han vuelto menos comunes en Estados Unidos.
Y se ha reducido el estigma en torno a las madres solteras lo que significa que, cuando ocurren, es menos probable que las madres den en adopción al niño.
La última encuesta del Consejo Nacional de Adopción estima que menos del 0,5% de los bebés son dados en adopción.
Las parejas que esperan adoptar pueden haber pasado años tratando de concebir antes de llegar a la adopción, e incluso si no lo han hecho, la larga espera del proceso de adopción puede ser frustrante.
"La urgencia crea desesperación, y la desesperación crea a veces decisiones que no se toman con suficiente análisis", dice el especialista en adopción Dawn Smith Pleiner.
Los comentarios se acumulan en la publicación de Instagram de Sam con el corazón roto.
Ashley y Chris también se pusieron en contacto con Kristen y Michael Johnson, de Utah, aunque esta vez los adolescentes de Georgia usaron una cuenta diferente.
En Kentucky, Ashley Middleton y su esposo Brian han recibido mensajes de esta segunda cuenta.
Otra mujer dice que ambas cuentas de Instagram la contactaron.
La mayoría de las veces se acercan primero a las mujeres. Estas dos últimas parejas confirman que Ashley se negó a hablar con los hombres.
Todas las fotos muestran a la misma joven embarazada de pelo rubio de Georgia, que ofrece a su bebé en adopción.
Kristen comienza a recibir mensajes de Ashley el 14 de marzo, un día después de que, sin que ella lo supiera, Ashley ha desaparecido de la vida de Samantha y la ha bloqueado en Instagram.
Durante frenéticas e intensas llamadas telefónicas, Ashley insta a Kristen a visitar a su bebé prematuro de 31 semanas.
"Una vez, hablé con ella durante cuatro horas. Es mucho tiempo. Ni siquiera hablo con mi madre durante tanto tiempo", dice Kristen.
Ashley engaña a los Johnson en un momento particularmente vulnerable.
Han estado esperando dos años y medio para adoptar un niño.
"Estábamos tan agotados y cansados de tratar de adoptar", dice Kristen.
"Nos emocionamos mucho al respecto en lugar de pensar de una manera más racional".
Kristen reserva vuelos a Atlanta por valor de U$500.
En medio del frenético intento para encontrar una niñera, se da cuenta de que Ashley no ha enviado ningún documento desde el hospital.
Así que llama para verificar los datos.
Es una llamada breve: la enfermera encargada le dice que no hay una niña de 15 años llamada Ashley, ni un padre llamado Chris, ni un bebé.
Caer en la trampa
"Me sentí literalmente enferma. Lloramos mucho. Mi esposo lloró", dice ella.
"No podíamos creer que después de todo lo que habíamos pasado hubiéramos caído en la trampa".
Hay un grupo de Facebook donde las parejas comparten historias como esta: internet ha facilitado las estafas, pero también es más fácil pillar una.
Los nombres utilizados por muchos de los estafadores en todo el país se comparten y circulan rápidamente.
Resulta que Ashley usa varios nombres y cuentas: Alyssa y Josh, Ciara y Daniel, Mackenzie y Matt.
La historia tiene siempre elementos familiares, ya sean los mismos padres violentos, la madre que se suicida o la conexión con Georgia.
Por lo general, coinciden las tres cosas.
Los mensajes son incesantes, las llamadas telefónicas llegan en momentos extraños y las conversaciones se prolongan durante horas.
A veces, la artimaña dura un día, a veces unos pocos.
Por lo general, termina en lágrimas.
Sam cree que el verdadero nombre de la estafadora es Melissa, porque un par de las cuentas falsas de Instagram han etiquetado a alguien con este nombre.
Melissa usa gafas de montura cuadrada, cabello rojo enmarañado y parece que tiene más de 20 años.
Siguiendo la pista
Kristen no está convencida.
Tiene el presentimiento de que la estafadora es una mujer rencorosade mediana edad.
Sin embargo, ambas están de acuerdo en que sea quien sea es probablemente que viva en algún lugar no lejos de Atlanta, porque conoce muy bien el área.
Otras víctimas tienen teorías diferentes.
Algunos se preguntan si el estafador es en realidad un grupo de personas, debido a la cantidad de tiempo toma enviar tantos mensajes.
Tal vez es un grupo de activistas contra la adopción, cuyo objetivo es mantener ocupados a los futuros padres, desmoralizarlos y obstaculizar su búsqueda de madres biológicas reales.
Juli Wisotsky, abogada de adopción con sede en Athens, Georgia, dice que a ella también ha perdido el tiempo con esta estafa.
En marzo, una agencia de adopción de otro estado le pidió que hablara con una niña embarazada que había ofrecido a un bebé en adopción a una de sus familias.
Aunque Juli estaba a punto de marcharse de vacaciones, lo retrasó para hablar con ella.
Ella y la joven de 15 años intercambiaron mensajes durante toda la noche.
Una joven de Georgia
La niña afirmaba que estaba ingresada en el hospital.
A pesar de sus 23 años de experiencia en el trabajo, Juli tardó casi 24 horas en darse cuenta de que estaba siendo engañada.
El regalo final fue una imagen de ultrasonido, a la que le habían borrado todos los detalles de identificación de la madre.
"En parte es mi culpa. Soy una persona muy cariñosa. Así que estaba tratando de cuidarla y ayudarla", dice Juli.
La misma estafadora se ha mantenido activa.
Juli dice que desde marzo, ella y sus colegas han recibido llamadas de familias de Georgia, Colorado, Texas, Alaska, Nueva York, Minnesota, Alabama, Illinois y Utah.
Todas fueron abordadas en Instagram por una joven de Georgia.
"Cuando era más joven, las estafas emocionales me tomaron por sorpresa", dice Dawn Smith Pleiner, que ha dirigido la agencia Friends in Adoption, con sede en Vermont, durante casi cuatro décadas.
"Hoy hay muchas personas solitarias en este mundo que solo quieren un poco de atención".
Es una estafa que es difícil de llevar a juicio.
La mayoría de los estados aún no tienen las herramientas legales.
Desde septiembre de 2018, se han implementado leyes en Georgia para detener el fraude de adopción financiera, pero no del tipo emocional.
"Es muy frustrante", dice Juli Wisotsky.
Las parejas traumatizadas informan regularmente de esta estafa al Centro de Quejas de Delitos en Internet del FBI.
En un comunicado, el FBI le dijo a la BBC que, aunque estaban al tanto de las estafas emocionales en los procesos de adopción, todavía eran poco comunes.
Ninguno de los padres ha recibido una llamada de seguimiento.
Pero no solo los posibles han salido heridos. También hay otra persona.
Porque Ashley no es un perfil falso de Instagram creado a partir de algunas imágenes y una imaginación creativa.
Ashley es de verdad.
Tiene 22 años y vive en Georgia. Su nombre es Ashley King, y su identidad de Instagram ha sido robada.
Haciendo de detective, Samantha encontró fácilmente el perfil de Ashley: todas las imágenes de su cuenta de Instagram son públicas.
Por eso, le envía un mensaje para advertirle de que sus fotografías están siendo utilizadas para engañar a la gente.
Y señala que la propietaria de las cuentas falsas de Instagram conoce detalles íntimos sobre su vida, su esposo y su bebé.
Ashley susurra mientras describe la conmoción que supone ver fotos de su hijo recién nacido en la cuenta de Instagram de otra persona.
"Hay un montón de gente pensando que iban a adoptar a mi hija", dice ella. "Es un pensamiento realmente aterrador. ¿Por qué alguien haría eso?".
Nada más enterarse acudió a la policía del condado de Gwinnett.
Lo que dice la estafadora sobre la infancia de Ashley es completamente falso, explica, pero en lo que respecta a su hija, la impostora sabe incluso en qué hospital nació.
Samantha cree que es probable que la falsa Ashley conozca a la verdadera.
"No vivo en una ciudad muy grande, pero si eligiera a una mujer al azar de mi ciudad no me sabría su vida", dice.
"Solo sabría ese grado de detalles si realmente la conociera".
Pero Ashley no tiene idea de quién podría ser, y esto la pone nerviosa.
"Ahora tengo que mirar por encima del hombro para asegurarme de que esta mujer no esté vigilando a mi hijo porque sabe dónde vivía", dice. "Es realmente aterrador".
Desde que esta historia salió a la luz, Ashley y su familia se mudaron.
La policía del condado de Gwinnett dice que actualmente no están investigando.
Para la estafadora debe ser difícil recordar exactamente lo que le ha dicho a cada una de las diferentes parejas.
Cuando contactó a Sam por primera vez, fingía tener 16 años.
Pero un mes después, Ashley le dijo que le pediría a su padre que llamara al abogado de adopción porque, dijo, solo tenía 15 años.
Errores de la impostora
A otra pareja les dijo que su segundo nombre era Lorraine.
Así que cuando sugieren el nombre de Olivia Lorraine para el bebé, ella respondió: "¡Olivia es mi segundo nombre! ¡Suena perfecto!".
Pero estos no fueron sus mayores errores.
Para hablar con los esperanzados padres normalmente usa servicios de llamada en internet que son muy difíciles de rastrear.
Pero ocasionalmente cometió algún descuido. Uno de los números utilizados para contactar a Juli y Kristen no es un número de internet.
Es un número de móvil real, de Georgia, y registrado a nombre de alguien llamado Harry.
Si escribes el número en Google inmediatamente aparecerá una web que vende "slime".
Y hay una dirección de correo electrónico con un nombre: Gabby.
Cuando llamé a ese número, no fue bien. Después de mi primera pregunta Gabby se quedó en silencio y colgó.
Jessica Simmons, madre de dos hijos adoptivos, a quienes encontró en Facebook, conoce demasiado bien el nombre de Gabby y ese número de teléfono.
En agosto de 2016, una joven la contactó en Facebook y le dijo que estaba embarazada.
Comenzó a llenar formularios con la agencia de adopción de Jessica, dando su nombre y dirección: un pequeño pueblo a las afueras de Atlanta. Su edad: 23.
"Después de aproximadamente un mes hablando con ella todos los días, contacté a un miembro de su familia por mensaje privado", cuenta Jessica.
Esa persona le dijo que no era la primera vez que Gabby fingía estar embarazada y le recomendó que no confiara en ella.
"No hay nadie que pueda pararla", le dijeron a Jessica.
Tres años más tarde, una embarazada de Georgia de 16 años llamó con un número de internet a la una pareja de Minnesota que quería adoptar un bebé.
Un día de largas charlas, la pareja grabó parte de una conversación.
Es la misma voz
Al escuchar la grabación, la voz nasal todavía pone ansiosa a la mujer. "Era exigente y me hizo sentir muy incómoda".
Además de las cuentas falsas de Instagram, Gabby también tiene una cuenta personal.
Las fotos de una chica de cabello rizado con gafas están junto a varios videos en los que se puede escuchar su voz.
Es la misma de la grabación, y es la que escuché por teléfono.
No se ha publicado nada en esta cuenta de Instagram desde junio de 2018. No se mencionan bebés, adopciones o embarazos.
Sin embargo, la lista de personas a las que sigue es reveladora: incluye a Ashley King.
Cuando hablo con Ashley por segunda vez, ella misma sospecha que Gabby puede ser la mujer que se hace pasar por ella.
En mayo, Samantha recibió otro mensaje en Instagram. "Aquí vamos otra vez", pensó.
"Estaba muy recelosa. Pero esta vez fue diferente", recuerda Sam.
Esta vez es diferente
La mujer "hizo todas las preguntas correctas".
"Quería saber cosas sobre mí y mi esposo. Sobre nuestra casa".
Al día siguiente sale el sol. Sam y Dave conducen durante tres cuartos de hora para encontrarse con la joven y con su agente de adopción.
Doce días después, la pareja está en casa con su nuevo bebé, Parker.
"En el instante en que respiró por primera vez, me olvidé de todo", solloza Sam.
"Cada dolor y preocupación, todo desaparece. No quisiera que este tipo de estafa disuadiera a las personas. Porque a pesar de que es horrible, no te arrepentirás. No importará".
"Traes a tu bebé a casa y nada de lo que te pasó importa".
Samantha ha cambiado su cuenta de Instagram a @wefoundbabystewart (Encontramos al bebé Stewart).
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