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"No sentí miedo porque creía que mi demanda era justa", dice una desafiante mujer afgana de 18 años, cuya ambición de ir a la universidad fue frustrada por el veto del Talibán a la educación superior femenina.
Enojada ante la perspectiva de ver su futuro desaparecer, Adela (el nombre que le hemos puesto por su seguridad) protagonizó una extraordinaria protesta en solitario frente a la Universidad de Kabul mientras invocaba palabras del Corán.
El domingo 25 de diciembre, Adela se paró en la entrada sosteniendo un cartón con una palabra poderosa escrita en árabe: "iqra" o "lee". Los musulmanes creen que esta fue la primera palabra revelada por Dios al profeta Mahoma.
"Dios nos ha dado el derecho a la educación. Necesitamos temer a Dios, no al Talibán que quiere quitarnos nuestros derechos", dijo la mujer al servicio afgano de la BBC.
"Sabía que trataban muy mal a los manifestantes. Les pegan, usan armas -han usado tásers y cañones de agua contra ellos- pero aún así me paré frente a ellos", agregó.
"Al principio no me tomaron en serio. Luego un hombre armado me pidió que me marchara".
Primero Adela se negó a irse y se quedó en su posición, pero su pancarta llamó la atención de los guardias armados a su alrededor.
Mientras agarraba el cartón, se dirigió a un miembro del Talibán.
"Le pregunté si podía leer lo que tenía escrito", dice.
No respondió, así que Adela siguió más allá: "¿No puedes leer la palabra de Dios"?
"Se enfadó y me amenazó".
Le quitaron la pancarta y la forzaron a irse tras 15 minutos de su manifestación en solitario.
Mientras protestaba, su hermana mayor la esperaba en un taxi y le tomaba fotos y videos de la protesta.
"El taxista tuvo miedo del Talibán. Le pedía a mi hermana que dejara de grabar. Temiendo problemas, le pidió que saliera del carro", dijo Adela.
Incremento de restricciones contra mujeres
El Talibán retomó el poder de Afganistán en 2021 tras la retirada de tropas occidentales lideradas por Estados Unidos.
Primero prohibieron a las adolescentes el acudir a escuelas secundarias. En septiembre, veteron ciertas asignaturas universitarias y les dijeron que solo podían elegir universidades dentro de sus provincias.
Y el 20 de diciembre impidieron todo acceso a la universidad para las mujeres, provocando condena internacional.
Pocos días después, les prohibieron trabajar en organizaciones humanitarias internacionales y locales.
Las mujeres, especialmente las universitarias, han estado protestando desde entonces.
Algunas usaron el eslogan "mujeres, vida, libertad" que se popularizó en las manifestaciones recientes en Irán.
Funcionarios de la Universidad de Kabul, donde hay cuatro facultades lideradas actualmente por mujeres, dijeron a la BBC que las profesoras mujeres no tenían permitido entrar al campus ahora.
Llamado a los hombres
Protestar contra el Talibán no es fácil para mujeres como Adela. Quiere que los hombres muestren un coraje similar, aunque puede venir con un alto costo.
"Durante mi protesta, un hombre joven quiso grabarme para apoyarme. Lo golpearon fuerte", dice Adela.
Un profesor rasgó sus diplomas en vivo en televisión para mostrar su descontento y otras fuentes dicen a la BBC que más de 50 profesores universitarios han dimitido como forma de condena.
Uno de los que dimitió dijo dar marcha atrás en su decisión tras ser golpeado por el Talibán.
Sin embargo, Adela piensa que para las mujeres afganas es vital que los hombres afganos se unan a su lucha.
"Hay pocos hombres en Afganistán con nosotras. En Irán, los hombres se unieron a sus hermanas y apoyaron los derechos de las mujeres. Si nos unimos juntos para pelear por el derecho a la educación, seremos exitosos al 100%", dice Adela.
Rechazo continuo
También hay bastante presión externa sobre el Talibán.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dijo este martes que el veto de niñas y mujeres a la educación "representa un incremento en la erosión del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales".
Pero los líderes talibanes parecen imperturbables. El ministro de Educación, Nida Mohammad Nadim, fue citado en el periódico The Guardian diciendo que las decisiones no se revertirían "incluso si nos arrojan una bomba atómica".
Adela está igualmente determinada.
"Si no puedo volar, correré. Si no puedo correr, daré pasos lentos. Si tampoco puedo hacerlo, me arrastraré. Pero no detendré mi lucha, mi resistencia", dijo.
Adela dice que puede contar con el apoyo y el aprecio de sus amigos.
"Eres muy valiente y todos estamos contigo", le dicen.
Adela también cree que las mujeres en Afganistán hoy en día están mejor situadas para ganar esta lucha que en generaciones anteriores.
"No queremos volver a la edad oscura de hace 20 años. Somos más valientes que las mujeres de esa época, porque estamos más educadas y conocemos nuestros derechos", dijo.