París.- La izquierda francesa pidió al presidente Emmanuel Macron la llave del Gobierno, mientras que la derecha conservadora advirtió que bloqueará cualquier Ejecutivo que tenga ministros del izquierdista La Francia Insumisa (LFI), al que considera "extremista".

Este es el resumen de la primera jornada de conversaciones entre Macron y los responsables de los principales partidos con representación para tratar de buscar una salida a la situación creada tras las elecciones adelantadas de junio, de las que no salió una mayoría clara.

La candidata a primera ministra francesa por el Nuevo Frente Popular (NFP), Lucie Castets, aseguró que está "lista" para conseguir coaliciones que le permitan gobernar, tras la reunión de los líderes de la coalición de izquierdas con Macron.

Castets, en declaraciones a la prensa al salir de la cita en el Elíseo, dijo que el diálogo había sido valioso y que Macron reconoció que los franceses habían enviado un mensaje de cambio en las elecciones de julio, aunque matizó que la "tentación" del jefe de Estado de querer "componer su gobierno" sigue presente.

Ella defendió que, como fuerza política en cabeza en cuanto a número de diputados (193 junto a sus socios) tras las elecciones del pasado 7 de julio, corresponde al NFP gobernar. No obstante, son conscientes de que no tienen la mayoría absoluta (289) y de que tienen que hallar "compromisos".

"Estoy lista desde hoy para construir coaliciones, para debatir con las demás fuerzas políticas para tratar de encontrar una vía que garantice la estabilidad del país y responda finalmente a las necesidades urgentes expresadas por el pueblo francés", recalcó.

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Emmanuel Macron, presidente de Francia.
Emmanuel Macron, presidente de Francia.

¿Un primer ministro rápido?

Entre los líderes del NFP que también acudieron a la reunión en el Elíseo, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, quien destacó también que aunque no hay fecha fijada, el anuncio de un nuevo primer ministro será "rápido".

"Hay asuntos urgentes que tratar y dejar pasar semanas sin abordarlos es grave e incluso irresponsable", manifestó por su parte la secretaria nacional de Los Ecologistas, Marine Tondelier, antes de explicar que ellos piden una decisión a Macron el próximo martes, al día siguiente de que termine su ronda de consultas con todos los partidos.

Los líderes del NFP valoraron de manera positiva el encuentro y, en especial, que Macron admitiera extender la invitación a Castets, ya que inicialmente -y como ocurrirá con el resto de partidos- solo los jefes de grupo y líderes parlamentarios estaban invitados al Elíseo.

"El presidente de la República parece empezar a comprender que ha perdido estas elecciones legislativas, pero aún no parece extraer todas las consecuencias", consideró Manuel Bompard, coordinador de La Francia Insumisa (LFI), que completa junto al Partido Comunista Francés las cuatro familias del NFP.

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La incógnita de qué hacer con La Francia Insumisa

Precisamente, la presencia de este grupo más radical, fundado por Jean-Luc Mélenchon, es lo que suscita más incógnitas respecto a la capacidad del NFP -que en su propio seno ha dejado ver también graves divisiones en todo este proceso- de entablar acuerdos con otras fuerzas.

En concreto, el resto de grandes bloques amenazan con tumbar cualquier gobierno que comprenda figuras del LFI, incluido el macronismo.

Pero en un detalle significativo, el primer secretario del Partido Socialista contó hoy a la prensa que en la reunión Macron ha admitido que todas las fuerzas que participaron en el "frente republicano" para parar lo que parecía una victoria inevitable de la extrema derecha tienen legitimidad para gobernar.

Tras el NFP, Macron se reunión con los dirigentes de los tres partidos de su movimiento, aunque ninguno de ellos realizó declaraciones a la salida.

Sin embargo, el primer ministro saliente, Gabriel Attal, dijo en un mensaje a los diputados del partido macronista Renacimiento que defendió ante Macron la designación de un primer ministro "que no proceda del bloque central" (en referencia al macronismo) y que su gobierno "represente un amplio espectro de sensibilidades", según informó la televisión pública francesa.

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El presidente cerró su ronda de hoy con los dirigentes del partido conservador La Derecha Republicana.

El líder del grupo de ese partido en la Asamblea Nacional, Laurent Wauquiez, afirmó claramente a la salida que su partido "no participará en ninguna coalición gubernamental", porque las coaliciones "reúnen a gentes que no piensan lo mismo".

Además, Wauquiez advirtió claramente que si un Gobierno tuviera miembros de LFI "votaríamos inmediatamente una moción de censura", ya que consideran a ese partido como "extremista" y fuera de los valores de la República Francesa.

El lunes será el turno de la extrema derecha de Marine Le Pen, que apuntaba a la victoria en las elecciones de julio pasado pero se tuvo que conformar con la posición de tercera fuerza en la Asamblea Nacional debido al cordón sanitario organizado por el resto de partidos.


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