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Washington.— Gina Haspel, quien podría ser la primera mujer en dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en sus 70 años de historia, tiene una carrera de más de 30 años en espionaje y prácticas de tortura.
Esta mujer de 61 años, nacida el 1 de octubre de 1956, entró a la CIA en 1985, donde se desempeñó como agente encubierto y escaló posiciones hasta llegar a ser subdirectora del Servicio Nacional Clandestino, en el país y en el extranjero. Según su biografía en la página de la CIA, Haspel juró como directora adjunta de la agencia el 7 de febrero de 2017, puesto en el que gestionó la recopilación de información de inteligencia, análisis, acción encubierta, contrainteligencia y enlace con servicios extranjeros.
Tiene “amplia experiencia en el extranjero” y se desempeñó como “jefa de la estación” en varias ocasiones. También ha sido subdirectora del Servicio Nacional Clandestino, subdirectora del Servicio Nacional Clandestino para Inteligencia Extranjera y Acción Encubierta, y jefa de gabinete del director del Servicio Nacional Clandestino.
Su dedicación le valió la Medalla de Inteligencia al Mérito Civil o el premio George H.W. Bush a la Excelencia en Labores de Contraterrorismo. “Ha demostrado ser una líder con una extraña habilidad para conseguir que las cosas sean hechas e inspirar a aquellos que la rodean”, dijo de ella Mike Pompeo —a quien sustituirá en el puesto de ser confirmada por el Senado— cuando la nombró subdirectora.
Sin embargo, esa “habilidad” para conseguir resultados es motivo de controversia. De acuerdo con The Washington Post y The New York Times, ella estuvo al frente de la prisión secreta de EU en Tailandia, donde militantes de Al-Qaeda fueron torturados durante la guerra contra el terrorismo posterior a los ataques del 11 de septiembre.
Según un informe del Senado estadounidense, Abu Subaida y Abd al Rahim al-Nashiri, miembros de Al-Qaeda detenidos en esa cárcel clandestina, fueron sometidos varias veces a ahogamiento simulado (waterboarding), así como a la privación de sueño, entre otros métodos cuestionables de interrogatorio. Ambos fueron enviados después a la cárcel que EU tiene en Guantánamo, Cuba. Medios estadounidenses señalan que Haspel habría dirigido personalmente interrogatorios mediante el waterboarding. También es señalada como quien supervisó la destrucción de videos de las sesiones de tortura.
Por eso, el Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos ( ECCHR) con sede en Berlín, pidió a fiscales federales alemanes una orden de arresto contra ella en 2017. En teoría, de viajar a Europa podría ser detenida.